VIVE. Revista de
Investigación en Salud
https://revistavive.org
Volumen 7 No. 19, enero-abril 2024
ISSN: 2664-3243
ISSN-L: 2664-3243
pp. 121 – 131
Autoestima, agresividad y salud en estudiantes adolescentes
Self-esteem, aggression and health in adolescent
students
Autoestima, agressividade e saúde em adolescentes
escolares
Angie Adriana Machuca
Ledesma
angieadriana04@gmail.com
https://orcid.org/0009-0002-7608-9921
Koralito Ethel Huallanca
Carhuancho
https://orcid.org/0009-0006-8471-8758
César José
Cabieses Pechú
ccabieses@continental.edu.pe
https://orcid.org/0000-0002-1608-1728
Universidad Continental. Huancayo, Perú
Artículo recibido 22 de noviembre 2023 | Aceptado 22
de diciembre 2023 | Publicado 15 de enero 2024
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en tu dispositivo móvil o revisa este artículo en:
https://doi.org/10.33996/revistavive.v7i19.288
RESUMEN
La adolescencia es un período crítico para el desarrollo de la
autoestima, por ello, es importante que las instituciones educativas promuevan
su desarrollo con la finalidad de que los estudiantes tengan los suficientes
recursos protectores, de ajuste psicológico y social. Objetivo. Determinar la relación entre la autoestima y la
agresividad en un grupo de adolescentes peruanos. Materiales y métodos. La población estuvo conformada por
estudiantes, el número de la muestra por selección aleatoria fue de 324
adolescentes, varones entre 11 y 17 años de edad. Se utilizó la escala de
autoestima de Rosenberg y el cuestionario de agresión-AQ de Buss y Perry; el
estudio es de nivel correlacional y el diseño de campo, transversal. Resultados. Mostraron que no existe
relación significativa entre las variables, ambas se comportan
independientemente, los niveles obtenidos en el estudio fueron medios altos y
altos, la agresividad física y verbal fueron predominantes. Conclusiones. Los
resultados señalan que no necesariamente por poseer niveles bajos de
autoestima, el constructo agresividad se encuentra presente en niveles
elevados.
Palabras clave: Autoestima; Agresividad;
Adolescentes
ABSTRACT
Adolescence is a critical period for the development of self-esteem;
therefore, it is important that educational institutions promote its development
so that students have sufficient protective, psychological and social
adjustment resources. Objective.
To determine the relationship between self-esteem and
aggressiveness in a group of Peruvian adolescents. Materials and methods. The
population consisted of students, the number of the
sample by random selection was 324 adolescents, males between 11 and 17 years
of age. The Rosenberg self-esteem scale and the Buss and Perry aggression-AQ
questionnaire were used; the study was correlational and the field design was
cross-sectional. Results.
They showed that there is no significant relationship between the variables,
both behave independently, the levels obtained in the study were medium high
and high, physical and verbal aggression were predominant. Conclusions. The results
indicate that the aggressiveness construct is not necessarily present at high
levels because of low levels of self-esteem.
Key words: self-esteem; Aggression;
Adolescent
RESUMO
A adolescência é um período crítico para o desenvolvimento da
autoestima, pelo que é importante que as instituições educativas promovam o seu
desenvolvimento para que os alunos disponham de recursos de proteção,
psicológicos e de ajustamento social suficientes. Objetivo. Determinar a relação entre a autoestima e a agressividade
num grupo de adolescentes peruanos. Materiais
e métodos. A população foi constituída por estudantes, o número da amostra
por seleção aleatória foi de 324 adolescentes, do sexo masculino, entre os 11 e
os 17 anos de idade. Foi utilizada a escala de autoestima de Rosenberg e o
questionário de agressividade-AQ de Buss e Perry; o estudo foi correlacional e
o desenho de campo foi transversal. Resultados.
Mostraram que não há relação significativa entre as variáveis, ambas se
comportam de forma independente, os níveis obtidos no estudo foram médio alto e
alto, predominando a agressão física e verbal. Conclusões. Os resultados indicam que o constructo agressividade
não está necessariamente presente em níveis elevados devido aos baixos níveis
de autoestima.
Palavras-chave: Autoestima; Agressão; Adolescentes
INTRODUCCIÓN
La prevención de la violencia juvenil debe realizarse
de manera integral, abordando los diversos factores que la provocan, entre
ellos la agresividad como determinante personal y otros aspectos sociales como
la desigualdad económica, los bajos niveles de protección social, la
discriminación y el abandono (1).
La violencia es una amenaza mundial para la salud
pública, desafortunadamente, a pesar de los esfuerzos de las autoridades para
erradicar las altas proporciones de comportamientos agresivos en los
adolescentes y jóvenes, este problema aún es persistente (2). Posiblemente las estrategias que
se vienen utilizando para combatir las conductas agresivas en los adolescentes
y jóvenes no son las más eficaces, la ciencia puede aportar con este hecho
desde una teorización y formulación de discusiones y conclusiones, a partir de
investigaciones que puedan permitir la gestión de acciones innovadoras para las
instituciones educativas a partir de sus hallazgos (3).
El sector de la salud es el más solicitado cuando se
requieren acciones preventivas y de intervención en estos temas, sin embargo la
educación es un sector importante que podría aportar positivamente en la formación
de niños y adolescentes más adaptativos, trabajando de manera preventiva la
resiliencia, la autoestima, el autocontrol y las habilidades sociales, que
permitan posteriormente desarrollar jóvenes y adultos con capacidad para
convivir en sociedad de manera asertiva y pacífica (4). La Organización Mundial de la
Salud (5) y la
Organización Panamericana de la Salud (6), manifiesta
que los niños escasamente tienen oportunidades para acceder a programas
psicoeducativos que les enseñen a gestionar sus emociones y mejorar su
autoestima.
En este orden de ideas, Perú cuenta con muy pocos
programas educativos formales a cargo de profesionales, como psicólogos, en los
colegios del estado donde, realmente, se puedan trabajar variables
determinantes en la formación y desarrollo socioemocional personal de los niños
y adolescentes(7). Entre estas variables se encuentra
la autoestima, que se define como una actitud de admiración y aceptación tras
una autoevaluación que genera como respuesta la aprobación del concepto
positivo de sí mismo. Cuando un adolescente ha llegado a apreciarse, viviendo
alegremente con el concepto que tiene de sí, y admirando diversos ángulos de su
personalidad, entonces se dice que ha desarrollado una autoestima saludable (8).
La autoestima se convierte en los niños y adolescentes
en un mediador de eventos negativos pasados que, conjuntamente con la
resiliencia, pueden reducir el impacto de eventos adversos de la infancia que
generan agresión y autoagresión en los jóvenes (9).
Diversos estudios reconocen las asociaciones negativas
entre la autoestima y las conductas de agresión y acoso. Su influencia es
crucial durante la adolescencia, generando diversos patrones de comportamiento
agresivo activo y pasivo, en consecuencia, los adolescentes con baja
autoestima, estarían en riesgo de desarrollar conductas hostiles y violentas,
el desprecio por sí mismos estaría provocando el desprecio por los demás, e
inclusive el odio por el prójimo (10).
Estudios anteriores han demostrado que las
experiencias cotidianas, las relaciones sociales y los rasgos personales de los
adolescentes se relacionan con comportamientos agresivos. Existen teorías que
demuestran que los adolescentes al ver dañado su ego, y sentir su autoconcepto
amenazado manifiestan ira y muchas veces agresividad hacia el exterior. Estos
estudios advierten, de algún modo, la asociación que podría haber entre la
autoestima y el desarrollo de conductas agresivas en los adolescentes (11).
A pesar del costo que implica la agresión en el mundo,
el aumento de la prevalencia y a más de 100 años de estudios e investigaciones
sobre el tema, no se ha podido definir la agresividad desde una mirada clínica.
En la actualidad se define desde sus constructos como la ira, la impulsividad,
la hostilidad, que son niveles más sintomáticos de la variable en cuestión (12).
Ahora bien, se observa que existe una relación
significativa entre ser testigo de violencia verbal y física entre los padres y
ser agresivos posteriormente o ser potencialmente agresor. Aquellos niños que
hayan presenciado la violencia intrafamiliar, estarán más propensos a volverse
agresivos, manifestando hostilidad, impulsividad e inclusive odio. Por
consiguiente, es evidente la gran necesidad de promover una cultura de paz y de
sana convivencia inclusiva y asertiva (13).
En Perú se han desarrollado investigaciones para
determinar la relación entre la autoestima y la agresividad en niños y
adolescentes, reconociéndose que en estas etapas es necesario promover el
desarrollo de la autoestima desde la escuela y la familia, puesto que es uno de
los predictores más significativos del grado de ajuste psicológico durante la
esta etapa, pues contribuye en la adaptación social y al desarrollo de la
identidad (14, 15).
El presente estudio tuvo como objetivo determinar la
relación entre la autoestima y la agresividad en adolescentes de una
institución educativa peruana.
MATERIALES Y
MÉTODOS
El estudio es de tipo confirmatorio, su enfoque es
cuantitativo porque emplea el análisis estadístico para probar la hipótesis de
investigación, el estudio es de nivel correlacional con un diseño transversal
no experimental, ya que únicamente se observa el fenómeno de estudio en el
contexto donde surgió para posteriormente ser analizado, por lo que no existe
tratamiento alguno aplicado sobre la variable. Se ejecutó en la institución
educativa Santa Isabel, ubicada en la provincia de Huancayo, departamento de
Junín, Perú, 2023.
La población estuvo conformada por un total de 2089
estudiantes, el tamaño de la muestra fue de 324 adolescentes entre primer y
quinto grado del nivel secundario y fue calculado de manera probabilística con
un coeficiente de confianza al 95 % y un margen de error del 5 %. Los
estudiantes seleccionados para la muestra cumplieron con los siguientes
criterios de exclusión: a) estudiantes diagnosticados con trastorno psicológico
y/o médico grave, b) estudiantes que no quisieran participar en el estudio, c)
estudiantes que completaron de manera errónea las respuestas del instrumento de
evaluación y d) estudiantes que no tuvieron el consentimiento de los padres de
manera formal. Del mismo modo cumplieron con los criterios de inclusión: a)
estudiantes del primer al quinto grado de secundaria que pertenecen a la
institución educativa, b) estudiantes que desearon participar del estudio y c)
estudiantes que presentaron el consentimiento firmado por sus padres.
Con respecto a los procedimientos de la investigación,
se solicitó el permiso formal a la Dirección de la institución educativa para
la ejecución del estudio; posteriormente se llevó a cabo la recolección de
datos por medio de la encuesta a los estudiantes, donde se les explicó el
estudio a realizar, enfatizando el objetivo y la finalidad. Para la recolección
de datos se empleó la Escala de autoestima de Rosemberg que mide de manera
global la variable autoestima, esta escala ha sido validada por Rojas-Barahona, Zegers y Förster (16).
El tiempo promedio para aplicar la prueba fue de 5 a
10 minutos aproximadamente, consta de 10 ítems que contienen afirmaciones de
sentimientos que tienen las personas sobre sí mismas, la prueba cuenta con
ítems positivos y negativos. El instrumento presenta un Alpha de Cronbach de
0,86 y se interpretan los resultados según las puntuaciones del baremo: de 31 a
40 puntos autoestima alta o elevada, de 21 a 30 autoestima moderada-alta, de 11
a 20 autoestima moderada–baja y de 1 a 10 autoestima baja (17). Posee una fiabilidad adecuada que
ha sido calculada mediante el coeficiente Omega y presenta evidencia de validez
y consistencia interna favorables para poder ser utilizada en la población
peruana (18).
Para medir la variable agresividad se utilizó el cuestionario
de agresión Aggresión Questionnarie – AQ de Buss y Perry (19), adaptado a la realidad peruana,
consta de 29 ítems, estructurados en una escala de Likert (nunca, casi nunca, a
veces, casi siempre y siempre) y evalúa 4 dimensiones: agresividad física
(ítems 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8 y 9), agresividad verbal (ítems 10, 11, 12, 13 y
14), hostilidad (ítems 15, 16, 17, 18, 19, 20, 21 y 22) e ira (ítems 23, 24,
25, 26, 27, 28 y 29). Su validez fue determinada por la técnica de juicio de
expertos, el promedio de las valoraciones fue de 0,874. La confiabilidad fue
determinada a través de una prueba piloto, obteniéndose un coeficiente Alfa de
Cronbach de 0,940, lo que quiere decir que el cuestionario es altamente
confiable (20).
El proyecto de investigación del artículo y la matriz
de consistencia fueron evaluados por el Comité de Ética Institucional de la Universidad
Continental y aprobado mediante una carta formal, para posteriormente ejecutar
la recolección de los datos.
Para el procesamiento de los datos se utilizó el
software SPSS versión 26. Se realizó un análisis univariado para hallar
frecuencias, porcentaje, media, mediana, desviación estándar y rango. Se
realizaron pruebas estadísticas bivariadas con la prueba Chi cuadrado, para
encontrar la asociación entre la variable dependiente e independiente. Tomando
como nivel de confianza mínimo a 95 % para considerar asociación,
posteriormente se realizó un análisis estadístico multivariado con el modelo
lineal.
RESULTADOS
La muestra estudiada incluyó 324
estudiantes adolescentes únicamente del sexo masculino entre 11 y 17 años de
edad, siendo en su mayoría los de 14 años de edad con el 31,5 %; los estudiantes de 15 años con el 22,2 %, los
de 12 años con el 20,4 % y los adolescentes de 11 años con el1,2 %. Con respecto al grado que cursan, los estudiantes de
tercer grado representan en el estudio el 25,6 %, seguido de los del cuarto
grado con el 24,4 % y del segundo grado con el 11,1 %.
En la Tabla 1 se aprecia que el 0,5
% de los estudiantes presentan autoestima baja, mientras que la gran mayoría
(70,7 %) muestra una autoestima moderada alta y el 2,8 % alta. Estos datos son
interesantes, ya que advierten que los adolescentes en estudio, se encuentran
desarrollando una autoestima favorable.
Tabla 1. Niveles de la
autoestima.
Variable |
Baja |
Moderada |
Moderada Alta |
Alta |
Total |
|||||
Autoestima |
f |
% |
f |
% |
f |
% |
f |
% |
f |
% |
2 |
0,6 |
84 |
25,9 |
229 |
70,7 |
9 |
2,8 |
324 |
100 |
En la Tabla 2 se aprecia que la
mayoría de los estudiantes presentan niveles de agresividad altos (36,7 %),
seguidos de niveles medios (26,2 %), los niveles bajos se han manifestado en el
19,1 % de los estudiantes. El 34,0 % han presentado niveles medios en la
dimensión agresión física y el 31,25 % niveles altos. En relación a la
agresividad verbal el 30,6 % presentan niveles medios y el 31,2 % altos. En
cuanto a la ira, el 30,2 % mostró niveles medios y el 25,6 % altos. La
dimensión hostilidad presenta niveles similares, el 34,65 % bajos, el 31,8 %
medios y el 27,5 % altos. Estos resultados son de interés, puesto que advierten
sobre las diferencias en relación a los resultados de los niveles de
autoestima.
Tabla 2. Niveles de agresividad y
sus dimensiones.
Variable y dimensiones |
Muy baja |
Baja |
Medio |
Alto |
Muy alto |
Total |
||||||
f |
% |
f |
% |
f |
% |
f |
% |
f |
% |
f |
% |
|
Agresividad |
36 |
11,1 |
62 |
19,1 |
85 |
26,2 |
119 |
36,7 |
22 |
6,8 |
324 |
100 |
Agresión
física |
18 |
5,6 |
39 |
12,0 |
110 |
34,0 |
101 |
31,2 |
56 |
17,3 |
324 |
100 |
Agresión
verbal |
28 |
8,6 |
75 |
23,1 |
99 |
30,6 |
98 |
30,2 |
24 |
7,4 |
324 |
100 |
Ira |
43 |
13,3 |
83 |
25,6 |
98 |
30,2 |
83 |
25,6 |
17 |
5,2 |
324 |
100 |
Hostilidad |
0,0 |
0,0 |
112 |
34,6 |
103 |
31,8 |
89 |
27,5 |
20 |
6,2 |
324 |
100 |
Al analizar los resultados de la prueba de Chi-cuadrado se observa p=0,791>0,05, por tanto, se rechaza la
hipótesis alterna y se acepta la hipótesis nula, lo cual indica que no existe
relación entre la autoestima y la agresividad.
En la tabla 3 se puede observar que entre las variables agresión y
autoestima el coeficiente de correlación es igual a 0,066, por lo que se
determina que la correlación es nula. El valor de probabilidad p=0,237, mayor
que el valor de significancia α=0,05, lo que implica rechazar la hipótesis
alterna y aceptar la hipótesis nula. En conclusión, se puede decir que, para un nivel de riesgo del 5%, no se observa
correlación significativa, por tanto, las variables agresión y autoestima son
independientes.
Tabla 3. Correlación entre
agresividad y autoestima.
Variable y dimensiones |
Autoestima |
|
Agresividad |
coeficiente de correlación |
0,066 |
Sig. (bilateral) |
0,237 |
|
N |
324 |
|
Agresión física |
coeficiente de correlación |
0,055 |
Sig. (bilateral) |
0,32 |
|
N |
324 |
|
Agresión verbal |
coeficiente de correlación |
0,032 |
Sig. (bilateral) |
0,576 |
|
N |
324 |
|
Ira |
coeficiente de correlación |
0,059 |
Sig. (bilateral) |
0,288 |
|
N |
324 |
|
Hostilidad |
coeficiente de correlación |
0,071 |
Sig. (bilateral) |
0,203 |
|
N |
324 |
Al analizar la correlación entre la
dimensión agresión física y la autoestima se obtiene el valor del coeficiente
de correlación de 0,055, por lo que se determina que la correlación es nula, el
valor de probabilidad p=0,32 es mayor que el valor de significancia α=0,05, lo
que conlleva a rechazar la hipótesis alterna y aceptar la hipótesis nula, por
tanto, la dimensión agresión física y la variable autoestima no están
relacionadas.
En la correlación de la dimensión agresión verbal y la autoestima se tiene el valor del
coeficiente de correlación del valor de 0,032, se determina que la correlación
es nula, la probabilidad p=0,576 es mayor que el valor de significancia α=0,05,
por lo que se rechaza la hipótesis alterna y se acepta la hipótesis nula. Se
concluye que no hay correlación significativa entre la dimensión agresión
verbal y la variable autoestima.
En la correlación de la dimensión ira y la autoestima se tiene el valor del coeficiente de
correlación del valor de 0,059, donde se determina que la correlación es nula, luego
se revisa el valor de probabilidad p=0,288 es mayor que el valor de
significancia α=0,05, lo que obliga a rechazar la hipótesis alterna y aceptar
la hipótesis nula. Entre esta dimensión y la variable no existe correlación
significativa.
En la correlación de
la dimensión hostilidad y la autoestima se tiene el valor del coeficiente de
correlación de 0,071, por lo que la correlación es nula, la probabilidad
p=0,203 es mayor que el valor de significancia α=0,05, se rechaza la hipótesis
alterna y se acepta la hipótesis nula, por lo que se concluye que no hay
correlación significativa.
DISCUSIÓN
Los resultados de la presente investigación se
contradicen con los presentados por Ramos (21), quien determina que el 39,1 % de
los adolescentes encuestados manifiestan un nivel de autoestima bajo; mientras
que, el 17,0 % fue alto. De igual manera, no se coincide con los resultados del
estudio llevado a cabo por Hañari et al. (22), en Puno, Perú en el 2020, donde el
69,0 % presentaron autoestima media, reflejando así, que en esta etapa de vida
la autoestima es una variable que se encuentra en un nivel de desarrollo y
maduración, posiblemente explicado desde la hipótesis que afirma que la
configuración de la personalidad de los adolescentes está en proceso y
formación. La construcción de la personalidad depende de las maneras de
afrontamiento a los cambios y las
estrategias que se hayan adquirido como parte de los rasgos y factores de
protección, reduciendo los rasgos disfuncionales (23).
Así mismo, se han desarrollado estudios para
determinar la relación entre la autoestima y la agresividad, como los
realizados por Beltrán-Catalán (24) y Palermiti (25), que han identificado la autoestima como un factor
significativo, relacionado a las conductas agresivas en adolescentes. Por su
parte, Muarifah (26), obtuvo en su investigación una relación
significativa entre la autoestima y la agresividad; coincidiendo con Estévez
López et al. (27), Mynard y Joseph (28), cuando afirman que los adolescentes agresivos poseen un nivel de autoestima
baja a diferencia de aquellos que no tienen problemas de conducta. Para
Donnellan (29) y Pérez-Gramaje (2), los adolescentes agresivos presentan una autoestima
más baja, además de exhibir otras conductas no saludables, como consumir
drogas.
Los resultados antes
expuestos se contraponen a los obtenidos en el presente estudio, en el que se
ha demostrado que no existe relación entre la autoestima y la agresividad, de
este modo, el hecho de que los adolescentes sean agresivos no se explica desde
un nivel de autoestima bajo, promedio o alto, lo que coincide con lo obtenido
por Olweus (30), Rigby y Slee (31), quienes sostienen que los agresores, en su
investigación, tienen un nivel de autovaloración positivo y poseen un nivel de
autoestima medio, medio alto y alto en algunos casos.
Al analizar los
niveles de agresividad, los resultados de esta investigación concuerdan con los
presentados por Pronina y Gerasimova (32), que obtienen, en un estudio con
adolescentes de diferentes etnias en Europa, que el 38,5 % presentan niveles
altos en esta dimensión; lo que coincide con Silva (13), que obtiene el 52,9 % de este nivel en los
encuestados.
Con relación a la
agresión verbal, se concuerda con Arancibia (33), cuando obtiene el 28,0 % de estudiantes con nivel
medio de agresividad, ya que en el presente estudio se determinó que el 30,0 %
manifiestan este nivel en la dimensión. De manera similar se comporta la
agresión física, respaldado con los resultados
de Tasayco (34), donde el 41,2 % manifestó niveles
altos de agresión física y el 47,1 % de agresión verbal, de lo cual se infiere
que estas dimensiones son poco controladas a causa de un nivel pobre en el
desarrollo de la inteligencia emocional, como se puede comprobar en el estudio
de Saura (35), donde los adolescentes con altas puntuaciones en
agresión física, agresión verbal, hostilidad e ira presentaron puntuaciones
significativamente más bajas en inteligencia emocional.
Resulta
necesario mencionar
que en los hallazgos de Ruidias y Vásquez
(36), se
encontró que el 48,0 % de los
estudiantes en edad adolescente presentaban un nivel alto de agresividad; estos datos podrían explicarse desde
la perspectiva neurocientífica, variables del sistema nervioso central y periférico
como los cambios hormonales, los niveles de estrés, el aislamiento, y la
influencia con mayor protagonismo del sistema límbico emocional y el sistema de
recompensa tornan al adolescente más irritable, impulsivo y emotivo con
reacciones más instintivas y riesgosas propias de su edad de maduración
cerebral y propia de un cerebro con pocos recursos de inhibición conductual.
CONCLUSIONES
Los resultados obtenidos muestran que no existe correlación entre la autoestima y la
agresividad en el grupo estudiado, por lo que se concluye que, no
necesariamente por poseer niveles bajos de autoestima, el constructo
agresividad se encuentra presente en niveles elevados.
Las
investigaciones futuras deberían utilizar diseños longitudinales que sirvan
para identificar los procesos evolutivos y de desarrollo de los adolescentes
que presentan autoestima baja, lo que provocaría evaluaciones y observaciones
que apoyarían intervenciones eficaces para mejorar los niveles de autoestima de
los adolescentes, desarrollando mayores niveles de inteligencia emocional y
proactividad, brindado estrategias para el desarrollo del control inhibitorio
de autorregulación conductual.
CONFLICTO DE INTERESES. Los autores declaran que no existe conflicto de intereses para la
publicación del presente artículo científico.
FINANCIAMIENTO. Los autores declaran que no recibieron financiamiento.
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