REPSI - Revista Ecuatoriana
de Psicología
https://repsi.org
Volumen 6, Número 16, septiembre-diciembre 2023
ISSN: 2661-670X
ISSN-L: 2661-670X
pp. 179 – 191
Salud emocional en el nivel superior
Emotional health at the
senior level
Saúde emocional em nível sênior
Marco Antonio Tejada Mendoza
mtejadam@unmsm.edu.pe
https://orcid.org/0000-0003-0881-6613
Quiterio Trujillo Reyna
quiterio.trujillo@unmsm.edu.pe
https://orcid.org/0000-0001-5706-1005
Ramiro Norberto
Quintana Otero
rquintanao@unmsm.edu.pe
https://orcid.org/0000-0002-6787-1754
Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú
Recibido el 12 de julio 2023 / Aceptado
el 4 de agosto 2023 / Publicado el 29 de septiembre 2023
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https://doi.org/10.33996/repsi.v6i16.98
RESUMEN
La salud emocional se refiere al bienestar que
involucra la expresión de sentimientos, la adaptación a desafíos emocionales y
la autorregulación para enfrentar adversidades. El objetivo de la investigación
fue identificar los niveles de salud emocional y sus dimensiones crecimiento personal, propósito de vida, autoaceptación y
relaciones positivas de los estudiantes universitarios. En este
estudio, se utilizó una metodología cuantitativa con un diseño no experimental
transversal. Se empleó la escala ESE de 22 ítems, demostrando validez de
contenido y constructo, y alta fiabilidad con un coeficiente alfa de Cronbach
de 0.925. La muestra incluyó 120 estudiantes de educación física, del primero
al décimo ciclo. Los resultados mostraron niveles bajos en salud emocional
(45.8%), y sus dimensiones crecimiento personal (44.2%), propósito de vida
(45.8%), autoaceptación (44.2%) y relaciones positivas (34.5%). Estos hallazgos
sugieren dificultades en el adecuado manejo emocional de los estudiantes,
afectando su crecimiento personal y bienestar emocional.
Palabras clave: Salud emocional; Propósito de vida; Autoaceptación; Crecimiento
personal; Estudiantes universitarios
Emotional health refers to well-being that involves
the expression of feelings, adaptation to emotional challenges and
self-regulation to face adversities. The objective of the research was to
identify the levels of emotional health and its dimensions personal growth,
life purpose, self-acceptance and positive relationships of university
students. In this study, a quantitative methodology with a cross-sectional
non-experimental design was used. The 22-item ESE scale was used, demonstrating
content and construct validity, and high reliability with a Cronbach's alpha
coefficient of 0.925. The sample included 120 physical education students, from
the first to the tenth cycle. The results showed low levels in emotional health
(45.8%), and its dimensions personal growth (44.2%), life purpose (45.8%),
self-acceptance (44.2%) and positive relationships (34.5%). These findings
suggest difficulties in the adequate emotional management of students,
affecting their personal growth and emotional well-being.
Key words: Emotional health; Life purpose; Self-acceptance; Personal growth;
University students
RESUMO
A saúde emocional refere-se ao bem-estar que
envolve a expressão de sentimentos, a adaptação aos desafios emocionais e
a autorregulação para lidar com a adversidade. O objetivo da pesquisa
foi identificar os níveis de saúde emocional e suas dimensões: crescimento
pessoal, propósito de vida, autoaceitação e relacionamentos positivos
de estudantes universitários. Neste estudo, foi utilizada uma metodologia
quantitativa com um projeto transversal não experimental. Foi usada a escala
ESE de 22 itens, que demonstrou validade de conteúdo e de construção, além de
alta confiabilidade com um coeficiente alfa de Cronbach de
0,925. A amostra incluiu 120 alunos de educação física, da primeira à décima
série. Os resultados mostraram baixos níveis de saúde emocional (45,8%) e suas
dimensões de crescimento pessoal (44,2%), propósito de vida (45,8%), autoaceitação (44,2%)
e relacionamentos positivos (34,5%). Esses resultados sugerem dificuldades no
gerenciamento emocional adequado dos alunos, afetando seu crescimento pessoal e
bem-estar emocional.
Palavras-chave: Saúde emocional; Propósito de vida; Autoaceitação;
Crescimento pessoal; Estudantes universitários
INTRODUCCIÓN
La salud emocional es un factor fundamental para el
bienestar global de las personas y ejerce un impacto significativo en su
calidad de vida. Se refiere a la capacidad de reconocer, comprender y manejar
de manera saludable y adaptativa las emociones. Una salud emocional positiva
implica equilibrio emocional, autoconciencia, habilidades de afrontamiento
efectivas y relaciones interpersonales satisfactorias (Goleman, 2010). Este
aspecto es de relevancia en distintos ámbitos de la vida, incluyendo el ámbito
personal, social y laboral. A nivel personal, una buena salud emocional se
asocia con una alta autoestima, un autoconcepto positivo y la capacidad de
manejar el estrés y las dificultades de manera constructiva (Lane et al.,
1997). Las emociones tienen funciones importantes como por ejemplo permiten
adaptarnos a diferentes momentos, interactuar con la gente o integrarnos
socialmente, las emociones son especialmente fundamentales sirven como factor
motivacional para dirigir nuestras vidas y tomar decisiones. (Mutual de
Seguridad, s/f).
En el ámbito personal, la salud emocional se
refleja en diversos aspectos que merecen ser considerados. Una buena salud
emocional está asociada con una autoestima y autoconcepto positivos. Cuando una
persona posee una salud emocional sólida, tiende a tener una percepción
positiva de sí misma, se valora y respeta a sí misma, lo que se traduce en una
mayor confianza y seguridad en sus capacidades (David, 2020). Además, una salud
emocional adecuada permite a las personas enfrentar el estrés y las
dificultades de manera constructiva. Aquellos individuos con una salud
emocional sólida poseen habilidades de afrontamiento efectivas y pueden
enfrentar los desafíos de la vida de manera más adaptativa. Esto les confiere
una mayor resiliencia emocional, lo que les permite recuperarse rápidamente de
situaciones difíciles y mantener un equilibrio emocional en general (Salanova y López-Zafra 2011).
En este sentido; el estudio tuvo como objetivo
identificar los niveles de la salud emocional y sus dimensiones
de crecimiento personal, propósito de vida, autoaceptación y relaciones
positivas de los estudiantes universitarios. En el ámbito social, la salud
emocional tiene un impacto significativo en el quehacer cotidiano, ya que, una
buena salud emocional facilita el establecimiento y mantenimiento de relaciones
saludables y satisfactorias con los demás. Campo (2020) y Vázquez (2006)
consideraron que las personas emocionalmente saludables son capaces de
entender, responder, comprender y regular sus emociones, lo que les permite
comunicarse y relacionarse de manera efectiva. A su vez, la salud emocional
promueve la empatía y la comprensión hacia los demás, favorece una comunicación
y relaciones más satisfactorias. También son más propensas a mostrar apoyo
emocional y a ser solidarias con los demás.
La importancia de la salud emocional en los
universitarios radica en su impacto en el bienestar general, el rendimiento
académico y la calidad de vida durante su etapa universitaria y más allá.
Investigadores como Sánchez-Álvarez et al., (2016) señalan que la salud
emocional influye en la capacidad de adaptarse a los desafíos académicos y
sociales, así como en el establecimiento de relaciones positivas. Por ello, la
salud emocional también está vinculada a la autorregulación emocional, lo que
ayuda a los estudiantes a manejar el estrés y la ansiedad asociados con las
exigencias académicas (Brackett et al., 2016).
Además, la buena salud emocional se asocia con una mayor satisfacción con la
vida y un menor riesgo de problemas de salud mental a largo plazo ( Fredrickson et al., 2019).
Por lo tanto, para los universitarios, tener una
salud emocional sólida puede mejorar su bienestar psicológico, su capacidad
para afrontar los desafíos de la vida universitaria y su desarrollo personal.
Por tal motivo, es esencial promover estrategias y programas que fomenten el
desarrollo de habilidades de autorregulación emocional y el apoyo emocional en
el entorno universitario, para mejorar el bienestar y el éxito académico de los
estudiantes (Kabat-Zinn, 2003). Cabe destacar que la salud emocional cuenta con
diferentes enfoques teóricos, entre ellos el psicodinámico, el
cognitivo-conductual y el humanista-existencial.
El enfoque psicodinámico, desarrollado por Sigmund
Freud y sus seguidores, se centra en la influencia de procesos inconscientes en
la salud emocional. Explora experiencias tempranas, conflictos internos y
mecanismos de defensa, buscando identificar , resolver
estos conflictos , promoviendo la introspección y el autoconocimiento (Freud,
2020). Por otro lado, el enfoque cognitivo-conductual combina elementos
cognitivos y conductuales y se enfoca en cómo pensamientos, creencias y
comportamientos influyen en la salud emocional (Becerril et al., 2022). Se busca
identificar y cambiar patrones de pensamiento negativos o irracionales, así
como modificar conductas disfuncionales (Garay et al., 2019). En cuanto al
enfoque humanista-existencial, este se centra en el crecimiento personal, la
autorrealización y la búsqueda de significado y propósito en la vida (Rosso y Lebl, 2006). Se valora la autenticidad, vivir de acuerdo
con los propios valores, la aceptación incondicional y el desarrollo de
relaciones auténticas y significativas. (Queraltó,
2006).
En este orden de ideas, los enfoques
psicodinámicos, cognitivo-conductual y humanista-existencial son relevantes
para abordar la salud emocional de los universitarios. Durante esta etapa de la
vida, los estudiantes pueden enfrentar desafíos emocionales y psicológicos
significativos debido a la presión académica, la transición a la vida
universitaria y la toma de decisiones sobre su futuro.
Por otro lado, las dimensiones de la salud emocional son: crecimiento
personal, propósito de vida, autoaceptación y las relaciones positivas. En
relación con la primera dimensión, el crecimiento personal, se refiere al
proceso de desarrollo y mejora de las personas en varios aspectos de la vida,
entre ellos, el emocional, intelectual, espiritual y social. Esta dimensión
promueve la exploración y el desarrollo de habilidades emocionales (Moscoso,
2019). En este sentido, es importante reconocer y comprender las propias
emociones, aprendiendo a gestionarlas de manera saludable y cultivando una
mayor inteligencia emocional (Cantón et al., 2019). Es decir, el crecimiento
personal implica una continua evolución emocional, que permite una mayor
adaptación y bienestar en la vida cotidiana y en las relaciones con los demás.
De esta manera, el fortalecimiento de la inteligencia emocional contribuye
significativamente al proceso de crecimiento personal, permitiendo a las
personas enfrentar los desafíos y cambios de la vida con mayor resiliencia y
equilibrio emocional.
Por lo tanto, el crecimiento personal implica un profundo proceso de
autoexploración y autoconocimiento. A través de este proceso, las personas se
vuelven más conscientes de sus propias fortalezas, debilidades, valores y
creencias (Neff, 2023). Esta conciencia de sí mismas
es fundamental para la salud emocional, ya que les permite comprender más
profundamente sus emociones y desarrollar la capacidad de gestionarlas de
manera efectiva (Fredrickson et al., 2019). Es importante tener en cuenta que
el crecimiento personal también puede ayudar a desarrollar habilidades de
afrontamiento y manejo del estrés. A medida que las personas se involucran en
su propio crecimiento personal, adquieren herramientas y técnicas para lidiar
con el estrés de manera saludable. Esto incluye la adopción de estrategias de
relajación, la práctica de técnicas de manejo del estrés como la meditación o
el mindfulness, y la búsqueda de un equilibrio adecuado entre sus
responsabilidades y el autocuidado (Van den Broeck et
al., 2009).
En definitiva, el crecimiento personal es un proceso valioso que
contribuye significativamente a la salud emocional y al bienestar general de
las personas. Asimismo, Lepera (2021) señaló que el crecimiento personal
está estrechamente vinculado al establecimiento de relaciones saludables y
significativas. A medida que uno se desarrolla personalmente, se vuelve más
consciente de sus necesidades y límites, lo que facilita la creación de
relaciones basadas en el respeto, la empatía y una comunicación efectiva. Estas
relaciones saludables desempeñan un papel fundamental en la salud emocional, ya
que proporcionan apoyo, conexión y un ambiente seguro para expresar y gestionar
las emociones (Wilson, 2023). Además, las relaciones saludables fomentan el
crecimiento y el aprendizaje emocional. La interacción con otros brinda la
oportunidad de experimentar diferentes perspectivas, adquirir habilidades de
comunicación y resolución de conflictos, y desarrollar una mayor comprensión de
uno mismo y de los demás. Estas experiencias enriquecedoras contribuyen al
crecimiento personal (Poseck, 2006).
En relación con la dimensión del propósito de vida,
se ha destacado en los estudios realizados por Flecha (2019), Contreras y
Esguerra (2006) que esta dimensión proporciona un marco sólido y un sentido de
orientación en las acciones y decisiones cotidianas. Su propósito radica en
otorgar un motivo y una motivación para afrontar cada día, al mismo tiempo que
guía hacia metas y logros significativos. Este sentido de dirección y
significado aporta un propósito mayor al sentido de la vida, lo que se traduce
en un impacto positivo en la salud emocional.
En el mismo orden, el propósito de vida ayuda a los
estudiantes a encontrar un sentido de coherencia y alineación interna. Cuando
las acciones y decisiones están alineadas con los valores, creencias y pasiones
más profundas, experimentan una mayor armonía interna. Esta coherencia interna
se traduce en una mayor estabilidad emocional y bienestar general. Las personas
se sienten más auténticos, en paz y satisfechos con la vida, lo que contribuye
a una salud emocional sólida (García-Alandete, 2014).
Por ello el propósito de vida actúa como una fuente de motivación intrínseca
que impulsa a superar obstáculos y desafíos. Cuando se tiene un propósito claro
y significativo, son más resilientes, capaces de enfrentar las adversidades con
mayor determinación y resistencia emocional. La conexión profunda con el
propósito de la vida teniendo en cuenta la fuerza y coraje para superar las
dificultades, lo que a su vez fortalece la salud emocional.
En la misma línea Bolaños y Cruz (2017), sostienen
que el proceso de descubrir y vivir el propósito de vida conlleva a un mayor
autoconocimiento y autenticidad en las acciones emprendidas. A medida que se
exploran y comprenden las motivaciones, valores y deseos más profundos, se
establece una conexión íntima consigo mismos. Esta conexión íntima y auténtica
con la esencia personal permite reconocer, comprender y gestionar las emociones
de manera más efectiva. El desarrollo de una mayor inteligencia emocional
permite ser más consciente de las reacciones emocionales y aprender a manejarlas
de forma saludable. La consideración del propósito de vida al tomar decisiones
conduce a la congruencia emocional. Cuando las acciones están en armonía con la
esencia más auténtica, se experimenta una mayor coherencia interna y un sentido
de bienestar emocional. Las emociones se vuelven más estables y equilibradas,
ya que no se lucha contra uno mismo ni se actúa en contra de lo que realmente
se quiere (Park et al., 2013).
El propósito de vida también ejerce una influencia
en las relaciones interpersonales. Cuando se vive con un propósito y se siente
realizado, las personas son capaces de establecer relaciones más saludables y
satisfactorias. Además, las relaciones interpersonales adquieren un significado
más profundo, ya que fortalecen el sentido de propósito de vida y brindan apoyo
emocional durante los desafíos de la vida (Poseck,
2006).
Respecto a la dimensión de la autoaceptación
implica reconocer y validar todas las emociones, tanto las positivas como las
negativas. En lugar de juzgar o reprimirlas, sentir y experimentar plenamente
lo que surge en interior (Echegoyen y Prieto-Ursúa, 2015). Esto brinda una
mayor conciencia emocional y permite aceptar las emociones sin juzgarlas como
buenas o malas. La autoaceptación libera la autocrítica y la negación
emocional, lo que contribuye a una mayor estabilidad y equilibrio emocional
(Flecha, 2019).
Por otro lado, la autoaceptación está relacionada
con ser auténticos y valorarse la persona con ella misma. Cuando los
estudiantes se aceptan incondicionalmente, se cultiva una mayor autoestima y
confianza en ellos mismos. Darse permiso para ser quienes realmente son, sin
pretender ser alguien más o tratar de cumplir con estándares externos. Esta
autenticidad fortalece la salud emocional al reducir la ansiedad, el estrés y
la presión por encajar en expectativas poco realistas (Vivaldi y Barra, 2012).
La autoaceptación implica practicar la autocompasión, que es la capacidad de
tratarse con amabilidad y comprensión en momentos de dificultad o sufrimiento
emocional. Al aceptar las limitaciones, errores y vulnerabilidades, permitir a
ser humanos y brindar apoyo emocional en lugar de ser duros o críticos con
nosotros mismos. La autocompasión ayuda a manejar el estrés de manera más
efectiva y protege de caer en patrones negativos de autocrítica (Anuel et al.,
2012).
Asimismo, Contreras y Esguerra (2006) la
autoaceptación influye de gran manera en la forma cómo se establecen las
relaciones sociales con el contexto. Cuando las personas se aceptan y valoran,
establecer límites saludables y buscar relaciones basadas en el respeto mutuo y
la reciprocidad emocional. Alejarse de relaciones tóxicas o codependientes y
rodearse de personas que consideran a la otra persona importante. Esto promueve
un entorno relacional positivo que contribuye a la salud emocional y bienestar
general. Es por ello que la autoaceptación permite el crecimiento y desarrollo
personal. Al aceptarse la persona, abre la posibilidad de aprender y crecer a
través de las experiencias.
La dimensión de las relaciones positivas desempeña
un papel fundamental al brindar un apoyo emocional significativo en la vida de
las personas. Este apoyo emocional se convierte en un pilar esencial, pues
proporciona consuelo, comprensión y validación, elementos que fortalecen la
resiliencia emocional y facilitan la superación de las adversidades (Soria y Gumbau, 2016). También, las relaciones positivas brindan un
sentido de pertenencia con los demás. Sentirse parte de una red social
significativa y tener la sensación de valorarse y aceptados por quienes les
rodean es fundamental para la salud emocional (García-Martín y García-Sánchez,
2015).
Por lo tanto, el sentimiento de pertenencia
proporciona seguridad emocional y ayuda a desarrollar una identidad positiva.
Esto tiene un impacto directo en el estado de ánimo y bienestar general. Pasar
tiempo con personas que brindan alegría, apoyo y compañía estimula la
liberación de neurotransmisores positivos en el cerebro, como la serotonina y
la oxitocina, que están asociados con el bienestar emocional. Las relaciones
positivas pueden ayudar a reducir el estrés, la ansiedad y la depresión, y a
mejorar la calidad de vida en general (Becerril et al., 2022).
El apoyo emocional como un componente de las
relaciones positivas busca brindar consuelo en momentos de dificultad, sentirse
respaldados y comprendidos. El simple acto de compartir las emociones con
alguien de confianza puede aliviar la carga emocional que las personas llevan,
brindándonos una sensación de alivio y liberación (Vivaldi y Barra, 2012).
Además del consuelo, el apoyo emocional también proporciona comprensión y
validación por parte del receptor. Cuando expresan las emociones a alguien que
escucha y entiende, sentir que las experiencias, sentimientos son legítimos y
aceptados. Esta validación ayuda a desarrollar una mayor confianza en la
persona y fortalece su autoestima (Vázquez, 2006).
Por ello, el fortalecer las relaciones positivas,
fomenta la comunicación abierta y respetuosa, lo que facilita la resolución
constructiva de conflictos. Aprender a manejar los desacuerdos y las
diferencias de manera saludable fortalece la inteligencia emocional y las
habilidades de comunicación (Park et al., 2013). Esto permite expresar las
necesidades y emociones de manera adecuada, trabajar en colaboración con los
demás para encontrar soluciones mutuamente satisfactorias. Ser conscientes que
las relaciones positivas también ayudan a identificar fuentes importantes de
aprendizaje y crecimiento personal. Interactuar con personas que tienen
diferentes perspectivas, experiencias, conocimientos y exponer las nuevas
ideas, desafía a expandir la visión del mundo. Además, las relaciones positivas
ayudan a desarrollar habilidades sociales, empatía, resiliencia y comprensión
interpersonal, lo que contribuye al desarrollo emocional y personal
(Hermida-Barro et al., 2023).
MÉTODO
En este estudio se empleó una metodología de enfoque cuantitativo con un
diseño no experimental transversal. El objetivo del nivel descriptivo fue
describir la salud emocional y sus dimensiones tal como se encontró en el
contexto de una universidad pública. La muestra estuvo conformada por 120
estudiantes de educación física, seleccionados mediante un muestreo no
probabilístico por conveniencia. Los criterios de inclusión fueron estudiantes
de todos los ciclos, desde el I al X ciclo, que decidieron participar
voluntariamente en la investigación. Los criterios de exclusión fueron
estudiantes no matriculados en el año 2022 y aquellos que no estuvieron
presentes el día que se aplicó el cuestionario.
La técnica utilizada para recolectar los datos fue la encuesta, y se
utilizó la escala ESE como instrumento para medir la variable salud emocional
en cuatro dimensiones: Crecimiento Personal, Propósito de Vida, Autoaceptación
y Relaciones Positivas. La escala constaba de 22 ítems y contó con una validez
de constructo y de expertos. Para evaluar la confiabilidad del cuestionario, se
realizó una prueba piloto utilizando el coeficiente alfa de Cronbach,
obteniendo un valor de 0.987, lo que indica que es altamente confiable. Los
datos recopilados se procesaron utilizando estadística descriptiva a través de
niveles bajo, medio y alto.
RESULTADOS
En el siguiente apartado se presentan el análisis
descriptivo de los resultados obtenidos para la variable salud emocional y cada
una de las dimensiones estudiadas: Crecimiento Personal, Propósito de Vida,
Autoaceptación y Relaciones Positivas (ver Tabla 1).
Tabla 1. Niveles de salud emocional.
Dimensiones |
Bajo |
Medio |
Alto |
Total |
||||
n |
% |
n |
% |
n |
% |
n |
% |
|
Salud emocional |
55 |
45.8 |
45 |
37.5 |
20 |
16.7 |
120 |
100 |
53 |
44.2 |
40 |
33.3 |
27 |
22.5 |
120 |
100 |
|
Propósito de vida |
55 |
45.8 |
44 |
36.7 |
21 |
17.5 |
120 |
100 |
Auto aceptación |
53 |
44.2 |
49 |
40.8 |
18 |
15.0 |
120 |
100 |
Relaciones positivas |
41 |
34.2 |
50 |
41.7 |
29 |
24.2 |
120 |
100 |
En la tabla 1, se evidenció que la salud emocional
presentó un 45.8% de nivel bajo, el 37.5% de nivel medio y el 16.7% de nivel
alto. En cuanto a las dimensiones de la variable salud emocional los resultados
de la primera dimensión crecimiento personal, el 44.2% de nivel bajo, el 33.3%
de nivel medio y el 22.5% de nivel alto. La dimensión propósito de vida, el
45.8% de nivel bajo, el 36.7% de nivel medio y el 17.5% de nivel alto. En la
dimensión auto aceptación, el 44.2% de nivel bajo, el 40.8% de nivel medio y el
15% de nivel alto. En cuanto a la dimensión relaciones positivas, el 34.2% de
nivel bajo, el 41.7% de nivel medio y el 24.2% de nivel alto. Los estudiantes
de la carrera de educación presentaron niveles bajos en cuanto a la salud
emocional y en cada una de sus dimensiones.
DISCUSIÓN
Los estudiantes respondieron que se encontraban en
un nivel bajo de 45.8%, ello demuestra que es un problema que se debe tratar
porque los discentes al no contar con un buen estado de controlar sus emociones
repercuten en el logro de las metas académicas, dichos resultados coinciden con
el estudio de Palacios (2021) quien concluye que las emociones es un aspecto
importante dentro de la vida de las personas como forma de respuestas ante
estimulo, en la investigación se encontraron niveles bajos del estilo emocional
afectando las metas academias de los universitarios por la represión de sus
emociones.
De acuerdo a los resultados en la dimensión
crecimiento personal se evidencia un nivel bajo con 44.2% de acuerdo a las
respuestas de los discentes. El crecimiento personal implica abordar y mejorar
el aspecto emocional de uno mismo. A medida que el estudiante se embarca en un
proceso de crecimiento personal, se fomenta la exploración y el desarrollo de
habilidades emocionales. Esto implica reconocer y comprender las propias
emociones, aprender a gestionarlas de manera saludable y cultivar una mayor
inteligencia emocional. Al respecto Pérez (2021), indicó que un componente
clave del enfoque gestáltico es el énfasis en la responsabilidad personal como
aspecto importante del crecimiento personal. Se alienta a los individuos a
asumir la responsabilidad de sus propias elecciones, acciones y experiencias.
Esto implica reconocer que somos los creadores de la propia realidad y que
tenemos la capacidad de tomar decisiones conscientes y responsables. A través
de la toma de conciencia y la autorresponsabilidad, se busca promover la
capacidad de cambiar y crecer.
En la dimensión propósito de vida los resultados
demostraron que los discentes se encontraban en un nivel bajo 45.8% ello indica
que los estudiantes no se encuentran motivados intrínsicamente, no tiene
horizonte definido, es el impulso que tiene la persona para alcanzar sus metas
los resultados difieren del estudio de Olivares y De los Ríos (2014) hicieron
referencia a que, en la terapia gestáltica, se fomenta la toma de conciencia de
los patrones y bloqueos emocionales que pueden dificultar el crecimiento y el
bienestar. Se trabaja en el reconocimiento y la expresión de las emociones, así
como en la identificación de los pensamientos y creencias subyacentes para
lograr las metas deseadas. A través de esta conciencia, se busca promover una
mayor autenticidad y responsabilidad en la vida cotidiana para lograr los
propósitos.
En relación a la dimensión de autoaceptación, los
informantes revelaron encontrarse en un nivel bajo, con un 44.2%. Esta
dimensión es fundamental, ya que implica tener una actitud positiva hacia uno
mismo, aceptando tanto los aspectos positivos como aquellos que pueden
considerarse defectos. Estos hallazgos coinciden con el estudio de Yasa y Putra (2020) en el cual se
señala que cuando una persona se acepta a sí misma, establece relaciones más
sólidas basadas en el respeto y la reciprocidad. Además, al ser conscientes de
sus necesidades emocionales, pueden comunicarlas de manera clara y asertiva a
los demás. Asimismo, se vuelven más sensibles a las necesidades emocionales de
los demás, mostrando empatía y comprensión hacia ellos.
Por otro lado, los enfoques psicodinámicos,
cognitivo-conductual y humanista-existencial, son relevantes para abordar la
salud emocional de los universitarios. El enfoque psicodinámico permite
explorar las experiencias pasadas y los conflictos internos que pueden influir
en la autoaceptación y la forma en que los individuos se relacionan con los
demás. El enfoque cognitivo-conductual, por su parte, se enfoca en modificar
patrones de pensamiento negativos y conductas disfuncionales que puedan afectar
la autoaceptación y las relaciones interpersonales. Asimismo, el enfoque
humanista-existencial valora la autenticidad y el desarrollo personal, lo que
puede contribuir a una mayor autoaceptación y a establecer relaciones más
saludables y significativas. Al integrar estos enfoques en la atención de la
salud emocional de los universitarios, se puede fomentar un crecimiento
personal y una mayor satisfacción en sus relaciones interpersonales.
Seguido, en la dimensión de relaciones positivas,
según los estudiantes, se encontró en un nivel bajo, con un porcentaje del
34.2%. Los estudiantes expresaron que tener contacto con maestros y amigos les
permite compartir ideas, sentimientos y valores. Estos resultados coinciden con
la investigación realizada por Cuadra y Florenzano
(2003). Es importante destacar que el apoyo emocional en las relaciones
positivas también puede fomentar la resiliencia emocional. Cuando se atraviesan
momentos difíciles, contar con el apoyo de personas que brindan aliento y
ayudan a encontrar soluciones, permite enfrentar y superar los desafíos de
manera más efectiva.
Para finalizar, las relaciones positivas pueden
actuar como un mecanismo de regulación emocional. Al compartir con otros
diferentes perspectivas y consejos, se pueden adquirir nuevas formas de
afrontar y manejar las emociones. También, proporcionan un espacio seguro para
explorar y expresar libremente las emociones, lo que contribuye a un mayor
bienestar emocional. Estas relaciones ofrecen un ambiente de apoyo y
comprensión, donde se pueden compartir las experiencias emocionales de manera
auténtica y sin temor a ser juzgados. En conjunto, estos aspectos fortalecen la
salud emocional de los estudiantes universitarios y contribuyen a su desarrollo
personal y bienestar general.
CONCLUSIONES
Partiendo del objetivo de la investigación que fue
identificar los niveles de salud emocional y sus dimensiones crecimiento
personal, propósito de vida, autoaceptación y relaciones positivas se pudo
determinar que los niveles bajos de salud emocional en los universitarios están
relacionados con diversos factores. En primer lugar, el entorno académico y la
presión académica pueden generar altos niveles de estrés y ansiedad, lo que
afecta negativamente la salud emocional de los estudiantes. La carga de trabajo
académico, los exámenes y las expectativas académicas pueden resultar
abrumadores y desafiantes para muchos estudiantes.
Asimismo, los estudiantes universitarios se
encuentran en un nivel bajo de la salud emocional por ello la necesidad de
fortalecer la salud emocional de los estudiantes, implementando estrategias y
programas de apoyo que fomenten el desarrollo de habilidades para expresar y
regular las emociones de manera saludable. Asimismo, se sugiere promover el
crecimiento personal y el establecimiento de propósitos de vida significativos,
lo que contribuirá a mejorar su bienestar emocional y su capacidad para
establecer relaciones positivas y satisfactorias con los demás. En este
sentido, este estudio ofrece una base importante para el diseño de
intervenciones dirigidas a mejorar la salud emocional de los estudiantes de
educación física y, por ende, su bienestar general durante su etapa académica.
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