Horizontes. Revista de Investigación en Ciencias de la Educación

https://revistahorizontes.org

Volumen 6 / No. 26 / octubre-diciembre 2022

ISSN: 2616-7964

ISSN-L: 2616-7964

pp. 2279 - 2295

 

 

 

Educación en valores para la convivencia escolar

 

Education in values for school life

 

Educação em valores para a convivência escolar

 

 

Yurani Diaz Prieto

yuranidiaz@umecit.edu.pa

https://orcid.org/0000-0003-0951-473X

 

Nerys Esther Martinez Trujillo

nerysesther@uniguajira.edu.co

https://orcid.org/0000-0003-3492-6410

 

Universidad Metropolitana de Educación, Ciencia y Tecnología UMECIT. Ciudad de Panamá, Panamá

 

Artículo recibido el 26 de abril 2022 | Aceptado el 25 de mayo 2022 | Publicado el 23 de diciembre 2022

 

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https://doi.org/10.33996/revistahorizontes.v6i26.491

 

RESUMEN

Este artículo da cuenta del inicio de una propuesta de gestión académica sustentada en la práctica de la responsabilidad, la autonomía y respeto para mejorar la convivencia en una institución pública en la Localidad de Ciudad Bolívar, en Bogotá. Se realizó una revisión documental desde el método cualitativo para el análisis y síntesis del contenido de la literatura, se fundamenta la búsqueda bibliográfica en dos categorías; valores y convivencia escolar. Los resultados; apuntaron a la incidencia que tienen las prácticas y relaciones entre pares y docentes en el aprendizaje y, por tanto, para la apropiación de los conocimientos, habilidades y actitudes en el ambiente educativo. Se concluye, que el clima escolar es fruto de la enseñanza y el aprendizaje de la convivencia en el aula, en los recreos, en el deporte, en los actos oficiales, por lo cual debe existir una intencionalidad pedagógica, transformadora en cada uno de los espacios y actividades dispuestos para los estudiantes. Ello supone, un cambio esencial en la manera de hacer docencia.

 

Palabras clave: Convivencia escolar; Valores; Gestión académica

 

ABSTRACT

This article gives an account of the beginning of an academic management proposal based on the practice of responsibility, autonomy and respect to improve coexistence in a public institution in the town of Ciudad Bolívar, in Bogotá. A documentary review was carried out from the qualitative method for the analysis and synthesis of the content of the literature, the bibliographic search is based on two categories; values and school coexistence. The results; pointed to the incidence of practices and relationships between peers and teachers in learning and, therefore, for the appropriation of knowledge, skills and attitudes in the educational environment. It is concluded that the school climate is the result of teaching and learning of coexistence in the classroom, at breaks, in sports, in official acts, for which there must be a pedagogical, transformative intentionality in each of the spaces and activities arranged for students. This supposes an essential change in the way of teaching.

 

Key words: School life; Values; Academic management

 

RESUMO

Este artigo relata o início de uma proposta de gestão acadêmica baseada na prática da responsabilidade, autonomia e respeito para melhorar a convivência em uma instituição pública na cidade de Ciudad Bolívar, em Bogotá. Realizou-se uma revisão documental a partir do método qualitativo para análise e síntese do conteúdo da literatura, a pesquisa bibliográfica fundamenta-se em duas categorias; valores e convivência escolar. Os resultados; apontaram para a incidência de práticas e relações entre pares e professores na aprendizagem e, portanto, para a apropriação de conhecimentos, habilidades e atitudes no ambiente educacional. Conclui-se que o clima escolar é fruto do ensino e aprendizagem da convivência em sala de aula, nos intervalos, nos esportes, nos atos oficiais, para os quais deve haver uma intencionalidade pedagógica, transformadora em cada um dos espaços e atividades dispostas para os alunos. Isso supõe uma mudança essencial na forma de ensinar.

 

Palavras-chave: Vida escolar; Valores; Gestão acadêmica

 

INTRODUCCIÓN

 

La educación es uno de los pilares de la sociedad, es uno de los principales promotores de los cambios sociales, que ha venido sufriendo una serie de transformaciones con base en la búsqueda de una mejor sociedad. Se ha venido estructurando su contenido curricular y evaluación con el fin de mejorar su impacto no solo en el plano local sino a nivel mundial. En especial, en un país como Colombia que necesita y busca que la paz, la convivencia pacífica, la tolerancia y la aceptación del otro como válido interlocutor, hagan parte de la cotidianidad. Esto corresponde también a lo que está estipulado en las políticas desarrolladas desde el Ministerio de Educación Nacional (Ministerio de Educación Nacional, 2022).

 

En la Institución Educativa Distrital Fanny Mikey, se evidencian en los estudiantes múltiples conductas que van en contravía con un ambiente que facilite la transmisión y asimilación de actitudes y valores. Lo anteriormente expuesto podría tener incidencias en la formación personal y social de los estudiantes. Esto, al interior de la escuela, al intramuros, tiene una injerencia negativa en la convivencia escolar y rendimiento académico.

 

Los antivalores o actitudes negativas en esta comunidad educativa se manifiestan en diversas situaciones y de manera reiterativa. Lo anterior podría responder a que “la sociedad contemporánea vive inmersa en una grave crisis de valores. Estamos sumergidos en una espiral de violencia, consumismo, discriminación, desigualdad, competitividad […]” (Azorín, 2012, p. 46).

 

Todos estos antivalores agudizan “la fragilidad del comportamiento ético, axiológico y social” (Gutierrez, 2020, p. 11). Adicionalmente, Seijo (2009) agrega que “los antivalores sociales son la oposición y/o negación de las relaciones personales o institucionales en cualquiera de sus modalidades: la enemistad, la guerra, el individualismo”. Citado en (Gutierrez, 2020, p. 23). Tomando en consideración la problemática descrita en la I.E. Distrital Fanny Mikey y los antecedentes teóricos que explican cómo ha sido abordado el problema por otros escenarios educativos, se propone una investigación mediada por una estrategia de gestión académica con el objetivo de tratar esta problemática.

 

En este orden de ideas, surge el interés por atender procesos de aprendizaje y de convivencia en la institución considerando las siguientes preguntas: ¿Cómo mejorar la convivencia escolar en las instituciones educativas públicas en la ciudad de Bogotá?; ¿Qué resulta de una educación para la convivencia?; ¿Qué estrategias didácticas podrían emplearse para el fortalecimiento de los valores en las instituciones? y ¿De qué manera podrían las estrategias pedagógicas promover distintos niveles de desarrollo cognitivo para contribuir al fortalecimiento de los valores en virtud a la mejora de la convivencia en las instituciones públicas de la localidad Ciudad Bolívar, en Bogotá? Es por este motivo, que se ha hecho una revisión de las concepciones teóricas con el fin de buscar las acciones que deriven en una secuencia didáctica para fortalecer el desarrollo cognitivo de los estudiantes en favor de la convivencia escolar por medio de la trascendencia que tiene la práctica de valores que los lleve a reflexionar sobre su responsabilidad, autonomía y respeto para el beneficio de la comunidad escolar. Es así que, La necesidad de transmitir valores a los educandos no solo es una necesidad unidireccional; la educación en valores desarrolla y fortalece: el sentimiento de solidaridad, justicia, el respeto a los demás, el sentido de responsabilidad, la defensa de la paz, la conservación del entorno, la identidad y la dignidad cultural de los pueblos, la estima del trabajo, es decir, que solo les acontece y favorece a ellos.

 

Para esta investigación, los valores son un conjunto de saberes procedimentales; sustentados en procesos, que se construyen desde la individualidad (la subjetividad individual); desde esta perspectiva particular, para responder a un proceso individual. Sin embargo, esta subjetividad debe responder a verdades colectivas sociales las cuales posibilitan la “no-individualización de la expresión moral”. Tomando en consideración lo anterior, se adopta el concepto de González (1998) como se citó en (Valdez, 2003) por cuanto propone que:

 

Los valores no se fijan por un proceso de comprensión, por lo tanto, no son una expresión directa de un discurso que resulta asimilado, sino el resultado de una experiencia individual, a partir de las situaciones y contradicciones que la persona presenta en el proceso de socialización, del que se derivan necesidades que se convierten en valores a través de las formas individuales, en que son asumidas y desarrolladas dentro del propio proceso (p. 5).

 

La génesis de los valores sugiere la reformulación constante y contextual de la expresión social, civil y normativa. Estas resultan de las:

 

Construcciones personales que determinan la conducta que sirven de base para las ideas, sentimientos y acciones de cada individuo. Estos valores son sumidos o creados en el marco de la relación con los demás y tienen la virtud de ser dinámicos y cambiantes en el tiempo (Watson y Williams, 2018, p. 37).

 

Por lo tanto, se sugiere también que los valores tienen la característica de sumarse a las transformaciones sociales desde esas realidades gnoseológicas resultantes de la lectura social en manos de la pedagogía.

 

Para dar inicio al abordaje de la problemática desde contextos locales, se es necesario comenzar por los antecedentes históricos que dan origen al rol de la convivencia escolar como pilar para mejorar los ambientes de aprendizaje educativos.

 

Desde la antigüedad, filósofos como Zenón de Citio, Platón, Trasimaco, Aristóteles, Sócrates, Pitágoras y Presocráticos (500 A.C.) han estudiado al hombre y su interacción con el mundo desde la búsqueda razonada de la verdad para una sana convivencia (Sánchez, 2005). El investigador Martínez (2018) consideran que una sana convivencia supone:

 

Asumir determinados hábitos, costumbres, tradiciones, leyes, normas, principios, cultura y valores a los que es necesario no solo someterse sino asumirlos con responsabilidad de tal manera que se conviertan en los principios rectores que dirijan nuestras vidas no sólo como personas sino como miembros de una comunidad. (p. 5).

 

Lo anterior supone la búsqueda del bien (potenciar los valores) sobre el mal (la ignorancia como una actitud negativa, acto inmoral o antivalor) para beneficio de la humanidad. Hoy en día, para la comprensión y respuesta a los desacuerdos globales. Es así, y para estos tiempos, como a partir de esta problemática, nace la educación para los derechos humanos.

 

Lo anterior surge desde el movimiento de la Escuela Nueva cuyos principios fundamentales son la libertad, la autonomía, la dignidad, el valor de la infancia y las funciones de la escuela frente a los nuevos requerimientos de la vida social. Esta iniciativa surge durante la primera guerra mundial [1914-1918] (Marín, 1976; Díaz y Gutiérrez, 2019). Desde escenarios escolares, esta propuesta sería la génesis para la trasmisión de valores para una convivencia y educación para la paz, el respeto a los otros, la cohesión social, la cooperación y la solidaridad entre los pueblos. Esto último cobra sentido atendiendo a las necesidades o requerimientos globales para apoyar la paz mundial luego del fin del conflicto producto de la segunda guerra mundial (1939). La creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en 1945, mediante la propuesta Escuelas Asociadas, pretenden responder a las necesidades globales mediada por la pedagogía y desde escenarios escolares para alcanzar esa comprensión internacional de lo cultural y social. De hecho, Jares (2001) en Gómez y Gamboa, 2017, párr. 5) explica que existen Cuatro momentos históricos del desarrollo de la educación para la paz llamados “olas”. La primera ola se enmarca en el desarrollo de la llamada Escuela Nueva. La segunda el nacimiento y desarrollo posterior de la UNESCO. La tercera ola se caracteriza por los aportes invaluables de la no violencia, y la última correspondería a lo que el autor llama “la investigación para la paz.

 

Por lo anterior, se busca  analizar y comprender la convivencia en el ámbito de la educación primaria de las instituciones públicas de la ciudad de Bogotá, considerando el diálogo entre los autores que intervienen en ella, de tal manera que partiendo de los imaginarios de los docentes, estudiantes y padres de familia acerca del conflicto y las respuestas que den a los mismos en el escenario escolar se determinen estrategias que susciten mejores relaciones y una cultura de paz en el aula, que blinden al estudiante de competencias para enfrentar de mejor manera los nuevos desafíos de la sociedad.

 

MÉTODO

 

La metodología aplicada se fundamentó en una investigación documental en la que se presentan estudios sobre el campo del propósito de la investigación para comprender qué han hecho los investigadores para recopilar, analizar, interpretar datos y presentar resultados. La base de datos que se examinó contuvo: libros, artículos científicos ubicados en repositorios digitales institucionales universitarios y revistas electrónicas como: Redalyc, Scielo, entre otras. De acuerdo con Brugueras et al (2018), el artículo abarca una serie de pasos que le dan rigor y garantiza la calidad del producto final. En este sentido, se propone desde los autores algunos aspectos, los cuales se consideraron para la redacción de este artículo los siguientes: 1. Formular el objetivo. 2. Detallar los métodos de búsqueda y los criterios de selección, que respondan al objetivo. 3. Sintetizar la información de manera sistemática, incorporarla en el texto ordenadamente. 4. Valorar el componente metodológico de las referencias. 5. Extraer conclusiones concisas 6. Identificar aspectos pendientes del tema y sugerir nuevas investigaciones.

 

RESULTADOS

 

Desde la aplicación de una entrevista semiestructurada con diferentes docentes del plantel educativo, se pudo constatar que existen diversos antivalores entre los educandos. Y que de alguna manera afecta también al resto de la comunidad educativa. En los estudiantes se observa irrespeto, discriminación, falta de empatía e inflexibilidad entre sus semejantes. Con relación a lo anterior, uno de los docentes directivos entrevistados manifiesta que, aunque los estudiantes saben de la existencia de los valores; no los ponen en práctica, en contexto. Hay momentos en los que muchas prácticas de antivalores no las ven así. Más bien tienden a normalizarlas; a verlas como algo normal o por solo molestar al compañero.

 

Estas manifestaciones algunas veces son producto de la poca tolerancia en los puntos de vista con relación a la discusión de distintos temas, por ejemplo, discusiones sobre inclinaciones sexuales o religiosos. Esto último también acompañado de la imprudencia constante para respetar turnos o solicitar la palabra, en este sentido, la soberbia se antepone ante la humildad como condición necesaria para comprender al otro. De igual manera, en los descansos pedagógicos se evidencia mucha enemistad. Del mismo modo, en la cafetería y en el restaurante escolar; al momento de respetar la fila, aquí las agresiones físicas y verbales son constantes; las conductas anteriormente descritas son reiterativas. En estos espacios educativos se evidencian insultos, comportamientos representados por expresiones de antipatía, rencor o vulgaridad.

 

En cuanto a esto último, uno de los docentes entrevistados reporta que “Cuando se presenta una falta considerada como leve o grave se aborda únicamente por el manual de convivencia, se cita el numeral, se hace llamado de atención verbal y/o escrito, firma en el observador, en algunas ocasiones se cita a la familia y se firman compromisos, pero no se ven procesos continuados en el mejoramiento de la convivencia en los estudiantes o familias direccionados o liderados por el comité de convivencia, coordinación, orientación o los mismos profesores”, es decir, que aunque se planteen estrategias y actividades para mediar en la resolución de conflictos, no hay un seguimiento riguroso, ni se evalúa.

 

Por otra parte, antivalores como la irresponsabilidad, la autonomía, la falta de asertividad se constituyen como reportes frecuentes entre los docentes de la escuela para responder al cumplimiento de las asignaciones académicas. El incumplimiento con los deberes escolares como: tareas, presentación personal, puntualidad, resolución de conflictos y muy poca iniciativa para proponer actividades, son evidencias de la falta de autonomía y responsabilidad en los estudiantes. En cuanto a esta problemática, un docente manifiesta que “se había logrado avances con los estudiantes en cuanto a sus responsabilidades académicas; pero consideramos que la pandemia nos dejó rezagos y es necesario retomar esas rutinas y aspectos que se perdieron en estos dos años de ausencia en las instituciones”.

 

Con el análisis documental que se realizó se busca avanzar en una propuesta educativa para el mejoramiento de la convivencia escolar, se busca mediar las realidades sociales en las que nuevas generaciones deben responder para lograr una comprensión global del pasado, superar la crisis internacional y propender por un relevo generacional más participativo, más crítico y para la paz. Para los años 60, nace la “paz como disciplina científica”. Para 1964 se crea Asociación Internacional de Investigación por la Paz (AIIP) la cual recoge las ideas de Galtung sobre violencia estructural y las propuestas por Freire. Estos teóricos sostienen que la educación es sinónimo de desarrollo de los pueblos y medida para la superación de las desigualdades sociales (Arévalo, y Suárez, 2017; Álvarez y Pérez, 2019). En este sentido, la convivencia escolar se convierte en un micro contexto para responder; no solo a necesidades intramurales, sino también a las sociales producto de falta de valores, de la aceptación por la individualidad dentro de una colectividad para evitar cualquier tipo de violencia (Loaiza y Zuñiga, 2003). En este sentido, y para evitar al máximo cualquier tipo de violencia (física o psicológica) el clima de convivencia escolar debe responder de manera favorable a “las percepciones y las actitudes que tienen los estudiantes, docentes, padres y apoderados con respecto a la presencia de un ambiente de respeto, organizado y seguro en el establecimiento” (Currículum Nacional, n.d., párr. 1). Es así como en 1979 nace la propuesta denominada “cultura de paz en las aulas” (Loaiza y Zuñiga, 2003, p. 13) en donde la libertad, justicia, democracia, tolerancia y solidaridad son indispensables para una convivencia escolar sana.

 

Ahora bien, desde los años 70, la educación ha venido evolucionando. Con ello, ha presentado una serie de transformaciones que han hecho que su estructura, contenido curricular y formas de evaluación sean modificadas. Lo anterior con el fin de mejorar su impacto en el plano mundial. Por esto, se ha empezado un proceso de seguimiento con base en comparaciones de desempeño entre los diferentes países, por lo que los sistemas educativos se han venido monitoreando para encontrar las falencias; concentrándose en avances y replanteando los objetivos logrados en cada país en cuanto a una educación más incluyente, equitativa y de calidad. Al respecto, conviene decir que en este largo proceso aún falta mucho por aprender, trabajar y reformar.

 

Apostarle a la paz, a la convivencia pacífica, a la tolerancia y a la aceptación del otro como válido interlocutor, hace parte también de las políticas que desarrolla el Ministerio de Educación Nacional (Ministerio de Educación Nacional, 2022). En el caso de Colombia, como único país, donde se ha desarrollado estándares para la formación de competencias ciudadanas. Estas están prescritas en el currículo de tal forma que se busca que se ejercita las formas de saber y saber hacer en la cotidianidad. En este sentido, es fundamental el desarrollo de competencias cognitivo-emocionales en tanto se apunte al manejo de la ira, la empatía; busque el desarrollo del pensamiento crítico, la toma de decisiones, la escucha y asertividad para formar al estudiante como ciudadano y proteger a la escuela de agresiones (UNDODC, 2014).

 

En este orden de ideas, en Colombia, para elevar los niveles de calidad educativa se requiere de planes de estudio que se dediquen a la formación de seres humanos más conscientes del mundo en el que viven, que les proporcionen elementos para que ellos reflexionen sobre sus acciones, sus propias habilidades y, asimismo, avanzar, crecer en su humanidad, transformar y mejorar sus relaciones con los demás, se desarrollen como ciudadanos críticos y propositivos ante las situaciones de sus entornos.

 

Por tanto, se requiere dar importancia a la implementación de nuevas estrategias pertinentes a los requerimientos de un contexto global, que ayuden en los procesos de aprendizaje y convivencia en el aula para el desarrollo íntegro del estudiante. Así que, es necesario que las escuelas se inquieten por su capacidad de reflexión, se busque un mayor desarrollo del conocimiento personal y una mejor administración de los recursos con los que se cuenta en virtud de la formación de ciudadanos capaces de reflexionar sobre sí mismo, su entorno, que sean cada vez más versátiles, que puedan tener competencias no solo para la vida profesional o laboral sino también para sus vidas personales.

 

Desde esta perspectiva, la sociedad actual necesita de líderes que transformen su realidad, que inspiren pasión y entiendan su compromiso con la sociedad, con quienes los siguen para que puedan motivar a estos creando formas nuevas y creativas de pensar y actuar para dirigir a la sociedad en la construcción de un modelo nuevo a seguir, que sea claro y con metas desafiantes, pero resaltando valores como la ética, la responsabilidad, el respeto y el trabajo en equipo (Rejas et al., 2019).

 

Discusión

 

Haciendo un recorrido de todo de lo que se ha estudiado con referencia a la categoría de convivencia escolar se identificaron proyectos de investigación que tienen mucha relevancia para el desarrollo del presente estudio en este caso se cita las siguientes investigaciones.

 

En la ciudad de Bogotá, Arenas y Barreto (2019) realizaron la investigación, Paz y convivencia desde el contexto escolar una mirada desde las voces de los niños y las niñas de grado transición en tres instituciones educativas de Bogotá, D.C., cuyo objetivo fue reconocer cuáles son los significados que construyen las niñas y niños de transición sobre los conceptos de conflicto, paz y convivencia, en tres instituciones educativas de Bogotá D.C e indagar las prácticas pedagógicas y educativas que se promueven al interior de las mismas, frente a la construcción de estos conceptos; buscando generar conocimiento desde las experiencias propias de los niños y niñas y de los maestros participantes. Las conclusiones más relevantes giran en torno a sugerencias pedagógicas por cuanto la escuela debe pensar en programas y proyectos incluyentes que promuevan la participación y diversidad para fortalecer la convivencia y paz.

 

Dentro de las actividades sugeridas, se propone la resolución de problemas o conflictos desde acciones como: pedir disculpas, hablar del problema, buscar una solución conjunta, quedarse de 5 a 10 min reflexionando sobre los actos malos y comentar lo sucedido, tomarse de la mano por un tiempo, entre otras. Se sugiere a los docentes el trabajo preventivo temprano para evitar la violencia y el conflicto desde temprana edad y lograr la promoción de las relaciones pacíficas entre sus estudiantes; se plantea que, cuando se evidencia el conflicto, de diversas maneras, se desarrollan protocolos, pero no se contextualiza a los niños y niñas sobre los problemas de la sociedad actual, frente a la Paz y la convivencia.

 

A nivel local, desde la investigación realizada por Arenas y Barreto (2019), se evidencian sugerencias pedagógicas desde un enfoque dialectico, hermenéutico y fenomenológico. Lo anterior tomando en consideración que las posibles soluciones a los conflictos de convivencia son el resultado mancomunado de las reflexiones significativas que hacen los mismos actores, los estudiantes. Por otra parte, se sugiere mejorar los mecanismos propuestos para el mejoramiento de la convivencia escolar puesto que se propone una visión procedimental más preventiva que punitiva. En este sentido, se pretende mejorar los mecanismos de acción mediante actividades didácticas que regulen de manera periódica y sistemática los mecanismos dispuestos para la convivencia escolar de la escuela.

 

En la investigación realizada por Rodríguez (2021); “Propuesta pedagógica para promover la convivencia escolar desde el desarrollo de las competencias ciudadanas”se reporta un alto porcentaje de maltrato verbal. En este sentido, “de los 112 estudiantes encuestados sus respuestas fueron: el 39,8% respondió, siempre; el 35,4% contestó, casi siempre”. Por lo tanto, se identifica un tipo de problema de convivencia escolar. En esta misma investigación; desde la entrevista aplicada a los docentes, se evidencian los siguientes resultados, al responder la pregunta, ¿Cómo incluye usted el trabajo de las competencias ciudadanas en sus clases?; aquí, “el 50% respondió que su trabajo está más centrado en el desarrollo de su área para cumplir con unos estándares, temas, objetivos y plan de área trazado” (p. 98). Lo anterior podría ser por falta de capacitación, desconocimiento de la norma o ausencia de un proyecto transversal que les permita trabajarlas en clase. Por esta razón se hace necesario en pensar en una herramienta que lleve a la institución en trabajar todos en común acuerdo en una estrategia pedagógica para el desarrollo de las competencias ciudadanas y así lograr una mejora en la convivencia en el aula.

 

Por su parte, Martínez (2018), Martínez et al., (2018). Respeto y tolerancia, claves para la convivencia al igual que en la investigación realizada por Rodríguez (2021), se evidencian aspectos negativos que atentan contra la convivencia escolar, específicamente se evidencia el maltrato físico y verbal además del irrespeto por las diferencias de opinión, falta de tolerancia. Estos reportes; y de acuerdo a la naturaleza de la pregunta, tienen incidencia negativa sobre el desarrollo académico puesto que la participación en clase forma parte de los resultados o productos por parte de los educandos que el docente podría tener en cuenta para medir o evaluar el desempeño de los mismos. Estos resultados se pueden evidenciar en la Figura 1.

 

Figura 1. ¿Qué haces si alguien no respeta tu opinión o no deja expresarte? Fuente: Martínez (2018, p. 49)

 

Otro resultado que evidencia lo anteriormente expuesto se corresponde con la Figura 2.

 

Figura 2. Si tus compañeros se equivocan al responder en clase te burlas. Nota: Elaborada por las investigadoras. Fuente: Martínez (2018, p. 55).

 

Estas dos últimas investigaciones tienen aportaciones de gran valor por cuanto sugieren; primero, que es necesario desarrollar el componente social comportamental de los estudiantes de la mano del desarrollo de habilidades cognitivas disciplinares específicas; y segundo, que debe haber un momento del desarrollo de la clase para promover valores que faciliten un ambiente sano para la convivencia escolar. El desarrollo de habilidades especificas desde cada una de las áreas no debería hacer ver que el desarrollo del ser, desde la promoción de habilidades sociales, de la inteligencia emocional, de valores para el mejoramiento de la convivencia escolar; sea un relleno dentro de la ejecución del PEI. En estas investigaciones es notable la importancia de una buena convivencia escolar para el desarrollo cognitivo.

 

Por otro lado, en la ciudad de Barranquilla, Roca y Solano (2021), evidencian tres elementos necesarios para mejorar la convivencia escolar: “Fortalecer las prácticas pedagógicas, los hábitos comportamentales de los educandos y la infraestructura de la institución para lograr la transformación del clima escolar”. En esta investigación se concluye que la interrelación entre las referidas variables es fundamental para fortalecer la convivencia escolar y mejorar la calidad educativa. Por ese motivo, se concluye que, para mejorar la convivencia escolar, en esa institución educativa en particular; se propone a manera de sugerencias pedagógicas; la implementación de proyectos de aula; creación de semilleros de investigación como estrategias de promoción para contribuir a las competencias ciudadanas. En este sentido, se propone que las competencias ciudadanas deben inculcarse desde la infancia, involucrándolas en la vida cotidiana y escolar, de tal manera que interioricen el respeto y la tolerancia por los semejantes y el reconocimiento de los derechos propios y ajenos.

 

Por su parte, en la investigación realizada por Perico et al., (2016) importancia de los valores en la convivencia escolar, tuvo como propósito mejorar por medio de actividades lúdicas, los conflictos entre los niños y niñas del Grado 3ro del Colegio Guillermo León Valencia de Duitama. De esta investigación surgieron las siguientes conclusiones encaminadas a mejorar las relaciones interpersonales en el grupo a través de la práctica de los valores. Primero: Las actividades lúdicas facilitaron la expresión de sus sentimientos, pensamientos y acciones como manifestación de sus necesidades físicas, psíquicas, personales y espirituales. Segundo: se pudo influir en el comportamiento de los niños y de las niñas, cambiando actitudes negativas por actitudes positivas, como: el respeto, la tolerancia, la solidaridad y el trabajo en equipo, entre otras. Y tercero: A través de actividades lúdicas las niñas y los niños pudieron expresarse con mayor facilidad, compartieron, se desinhibieron, se desestresaron, participaron activamente y se integraron, valorándose y valorando a los compañeros mejorando la convivencia escolar.

 

Los resultados de esta investigación se correlacionan con la realizada por Watson y Williams (2018), “Práctica de valores como estrategia de transformación de la convivencia escolar y la formación de gestores de paz” en San Andrés Islas. En esta investigación, cuyo objetivo fue analizar la incidencia que tiene la estrategia de práctica de valores en los procesos de mejoramiento de la convivencia escolar y la formación de Gestores de Paz, en los grados 6º y 7º de la Institución Educativa Brooks Hill, las conclusiones sugieren que los estudiantes de los grados 6 y 7 de la Institución Educativa Brooks Hill, presentan un alto nivel de intolerancia y conflictos entre pares, por lo cual se implementaron estrategias pedagógicas como trabajos grupales para manejar la tolerancia, la promoción al dialogo, cartillas con diferentes valores, escuelas de padres etc. De igual manera, se evidencia que muchos estudiantes debido al estilo de vida social que han desarrollado en su entorno familiar y social, adoptan costumbres y comportamientos violentos o agresivos y lo reflejan en la escuela, con sus compañeros y algunas veces con sus docentes, muchos desean imponer su criterio y no permiten a los más callados y que siguen las normas, hablar o participar porque son objeto de burlas. Para mediar estas conductas, se formó un grupo de estudiantes llamados gestores de paz como estrategia de transformación de la convivencia, caracterizados por su capacidad para conciliar y motivar a los compañeros a dialogar, en la búsqueda de un común acuerdo cuando existan diferencias en la forma de pensar o actuar, implementando las actividades a través del proyecto de convivencia escolar institucional.

 

En las investigaciones a nivel nacional se evidencian variables que se correlacionan entre sí. Entre estas se cuentan el rol de las estrategias pedagógicas y didácticas para la implementación y sustento contextual de competencias ciudadanas sumadas a la importancia de contar con una infraestructura que facilite el desarrollo de estas propuestas estratégicas. En este sentido, estas investigaciones reconocen el rol relevante del factor escolar y educativo; en donde, los docentes y la institución educativa, desde la gestión directiva; median el desarrollo de una convivencia escolar favorable. 

 

En México, en la investigación realizada por González y Baca (2018), “Propuesta pedagógica para promover la convivencia escolar desde el desarrollo de las competencias ciudadanas”,  se correlaciona con la investigación realizada en Colombia por Rodríguez (2021), por cuanto se reportan evidencias con relación al manejo o atención por parte de los docentes de la institución educativa para darle tratamiento a las dificultades en términos de convivencia escolar. En esta investigación se reporta que existen padres de familia que expresan inconformidad en aspectos como: la atención de las autoridades escolares a sus hijos (94%); acompañamiento de las Autoridades Escolares cuando su hijo tiene conflictos con otro compañero (89%); recepción de notificaciones por escrito cuando su hijo no sigue el reglamente escolar (77%) y cuando sus hijos reciben agresiones de otro compañero (46%). Por otra parte, otro aspecto que se reporta con falencias para fortalecer la convivencia escolar; en términos de acompañamiento hace referencia a la participación de los padres de familia en talleres de Escuela para Padres (estrategias para disminuir el comportamiento negativo de su hijo en el contexto escolar). Aquí se identificó que muy pocos padres de familia (14%) han sido invitados a estas instancias educativas para el mejoramiento de este aspecto. En conclusión, estas evidencian además de dar cuenta de evidencias sobre las dificultades que inciden de manera negativa en la convivencia escolar; también, sugieren la necesidad de dar cumplimiento y seguimiento a la normatividad ministerial con relación al manejo de estas dificultades con miras a aminorar o mejorar la convivencia escolar.

 

Esta investigación en particular, aporta consideraciones que van más allá de la retórica consignada en el Plan Educativo Escolar desde el Manual de Convivencia Escolar; sino que además se plantea la necesidad de ejercer control, seguimiento y sistematización de cada una de las situaciones que atenten contra una convivencia escolar sana. En este sentido, el seguimiento no debe quedarse en el registro de casos; sino que además se debe hacer seguimiento de los casos. Por otra parte, otro aporte importante de esta investigación sugiere que es necesario trabajar de la mano de los padres de familia, desde la escuela de padres (como estrategia pedagógica), para proponer mejoraras en las relaciones de convivencia escolar.

 

La investigación realizada en México por González y Baca (2018) al igual que la realizada en Chile por Cerda et al., (2019) evidencian como la agresión dentro del clima escolar; deteriora la convivencia escolar; por ejemplo: El desempeño o rendimiento escolar. En este sentido, estos últimos investigadores reportan que:

 

Si el alumnado percibe altos niveles de agresión, victimización, apatía docente, disrupción e indisciplina, su rendimiento académico tiende a ser menor. Del mismo modo, las dimensiones que podrían considerarse desfavorables en cuanto a un clima o convivencia escolar adecuada se correlacionan positivamente entre sí y negativamente con el conjunto de dimensiones que se considerarían favorables para la convivencia (p. 49).

 

De acuerdo a estos resultados, en el rendimiento escolar de un estudiante inciden; de manera negativa, varias circunstancias que forman parte de la convivencia escolar. De igual manera; la empatía con el docente, el manejo de la clase y las buenas relaciones entre pares y con docentes tiene repercusiones o incidencias positivas en el aprendizaje y por lo tanto para la apropiación de los conocimientos, habilidades y actitudes. En este sentido, y con relación a la convivencia escolar positiva; en Barranquilla (Colombia), Barcasnegras et al., (2015); sugieren que el clima escolar positivo no se improvisa, se construye contando con la voz de estudiantes, docentes, docentes con funciones de orientación, personal administrativo, familias y directivas docentes. Desde esta perspectiva, el clima escolar es producto y fruto de la enseñanza y el aprendizaje de la convivencia en el aula, en los recreos, en el deporte, en los actos oficiales, donde los adultos tienen una responsabilidad central ya que se constituyen modelos para niños, niñas y jóvenes.

 

Esta última investigación hace aportaciones relevantes de índole comportamental desde las relaciones humanas entre pares y semejantes. Lo anterior es vital para la construcción de la una convivencia escolar sana. Esto podría lograrse mediante un enfoque fenomenológico-hermenéutico desde una propuesta tipo secuencia didáctica o programa de intervención. Las cuales podrían ser desarrolladas o aplicadas en la comunidad educativa (estudiantes, padres de familia, el entorno escolar, administrativos, docentes y directivos docentes) con el ánimo de favorecer a una convivencia significativa.

 

Los resultados presentados en México por González y Baca (2018) se correlacionan con la realizada en Ecuador por Cerda et al., (2018). Esta última investigación demuestra que la ocurrencia o presencia de situaciones de victimización e indisciplina, tienden a asociarse con peores desempeños académicos en los estudiantes.

 

Los modelos complejos analizados, regresión múltiple y regresión logística, permiten señalar que un porcentaje de la variabilidad (entre el 20% y el 27%) de dicho desempeño escolar, puede ser explicada por la percepción que tienen dichos estudiantes acerca de la convivencia escolar en sus establecimientos. En dichos modelos destaca el papel y efecto negativo que tiene el grado de victimización que perciben los estudiantes, como también la percepción respecto de la ocurrencia o presencia de situaciones de indisciplina al interior del aula (p. 263).

 

Estos resultados, acerca del grado de victimización e indisciplina percibida tienen un efecto negativo considerable en el rendimiento del estudiante. El estudio permite sostener que el rol predictivo de las diversas dimensiones de la convivencia escolar sobre el rendimiento académico. Esta investigación en particular hace contribuciones importantes con relación al papel de las buenas practicas desde la convivencia escolar para contribuir a una buena conducta de los educandos que podrían ser considerados como indisciplinados. Por lo tanto, en la medida en que la escuela propenda por el mejoramiento sistemático de la convivencia escolar; en este mismo sentido podría disminuirse la indisciplina en todos los escenarios de la escuela.

 

En España, en la investigación, la convivencia escolar: una mirada desde la educación social realizada por Aragón de las Heras (2019), cuyo propósito fue exponer las diferentes conductas que afectan a la convivencia escolar y la deterioran, además de las causas y consecuencias que conlleva una mala convivencia dentro del ámbito educativo. Esta investigación aportó conclusiones relevantes para la comprensión del fenómeno en estudio. En esta investigación se resalta la aplicación de diversas actividades didácticas para el desarrollo de las buenas prácticas. En este sentido, se consideró que es favorable el hecho de unir la convivencia con ámbitos fuera de lo escolar como son el deporte, la música, el baile etc., puesto que se desarrollan numerosos valores útiles y beneficiosos para el progreso de una buena convivencia. Asimismo, se ha podido comprobar que una de las iniciativas que más funcionan, junto con las anteriores, son aquellas en las que se implica a los alumnos/as para resolver conflictos entre iguales o ayudar al resto de alumnos a mantener una buena convivencia. En México, por ejemplo, Romero y Peña (2018) realizaron la investigación, Convivencia escolar sana, las diferencias nos enriquecen y el respeto nos une, cuyo objetivo fue promover la convivencia escolar sana y pacífica en la escuela y mostrar cómo se relaciona con los ambientes de aprendizaje en el aula. Esta investigación, al igual que la realizada por Aragón de las Heras (2019), aplicaron otro tipo de actividades didácticas con el fin de enfrentar la violencia escolar. Todas estas evidencias empíricas, con relación a los antivalores identificados, fueron tratados en la comunidad con talleres, campañas, actividades de elaboración de materiales de difusión y secuencias didácticas como alternativas para informar y transmitir valores a la comunidad para mejorar el ambiente escolar. De hecho, al respecto, y dentro del contexto mexicano, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE, 2018) sugiere que es necesario:

 

El desarrollo de estrategias que promuevan el diálogo y el entendimiento entre alumnos ante problemas o conflictos para conformar una convivencia escolar pacífica es fundamental; en las primarias mexicanas se requiere transitar hacia una mejor condición al respecto. La intervención docente en estos aspectos también favorece en los estudiantes el reconocimiento y la valoración de los otros, así como el desarrollo de valores como la honestidad, el respeto, la empatía y la tolerancia. (p. 69)

 

Esta investigación hace contribuciones significativas desde el plano didáctico y metodológico por cuanto sugiere una serie de estrategias didácticas que podrían formar parte de la secuencia didáctica de la presente investigación. Las estrategias didácticas cobran gran valor instrumental y de significación por cuanto atienden distintos estilos de aprendizaje; y, además proponen escenarios dentro y fuera del aula.  

 

CONCLUSIONES

 

Se traduce la necesidad de intervenir los currículos que fomente en los estudiantes mecanismos que estén relacionados con el contexto de ellos con el fin de que los aprendizajes se transformen en capacidad para la comprensión, el pensamiento flexible, expresión, así como también la solución creativa de problemas diarios, mediante actividades propositivas para la transmisión de valores tendientes a mejorar la convivencia escolar. Ello supone, la integración didáctica de conceptos donde los procesos cognitivo-emocionales contribuyan a la estructuración del pensamiento flexible, de tal manera que el estudiante pueda adaptarse mejor a un mundo cambiante y dar significado a relaciones más humanas. Así, se entiende al estudiante como un ser contextual, inmerso en una red de relaciones.

 

La génesis de los valores sugiere la reformulación constante y contextual de la expresión social, civil y normativa. Estas resultan de las: Construcciones personales que determinan la conducta que sirven de base para las ideas, sentimientos y acciones de cada individuo. Estos valores son sumidos o creados en el marco de la relación con los demás y tienen la virtud de ser dinámicos y cambiantes en el tiempo. (Watson y Williams, 2018). Por lo tanto, se sugiere también que los valores tienen la característica de sumarse a las transformaciones sociales desde esas realidades gnoseológicas resultantes de la lectura social en manos de la pedagogía.

 

La educación en valores o la transmisión de valores (el respeto, la autonomía y la responsabilidad) como componentes esenciales para la sana convivencia escolar. De hecho: La necesidad de una educación en valores de forma específica, dos son los problemas que el educador ha de asumir: qué valores y actitudes pueden y deben ser contenidos en la educación y por medio de qué técnicas y estrategias se pretenden transmitir (Parra, 2003, 71)

 

En las investigaciones a nivel nacional se evidencian variables que se correlacionan entre sí. Entre estas se cuentan el rol de las estrategias pedagógicas y didácticas para la implementación y sustento contextual de competencias ciudadanas sumadas a la importancia de contar con una infraestructura que facilite el desarrollo de estas propuestas estratégicas. En este sentido, estas investigaciones reconocen el rol relevante del factor escolar y educativo; en donde, los docentes y la institución educativa, desde la gestión directiva; median el desarrollo de una convivencia escolar favorable. 

 

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