Horizontes. Revista de Investigación en Ciencias de la Educación
Volumen 6 / No. 25 / julio-septiembre
2022
ISSN: 2616-7964
ISSN-L: 2616-7964
pp. 1498 - 1513
Los planes de estudios: el eslabón perdido entre la
universidad y la sociedad
Curriculum: the missing link between university and
society
Currículos: o elo que
faltava entre a universidade e a sociedade
Ricardo De La Cruz
Rioja
ricardo.delacruz5@unmsm.edu.pe
https://orcid.org/0000-0003-0216-6250
Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. Lima, Perú
Yoselin Andrea
Huapaya-Capcha
yoselin.huapaya@unmsm.edu.pe
https://orcid.org/0000-0002-4794-2877
Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. Lima, Perú
Giomar Arturo Shiguay
Guizado
giomar.shiguay@unmsm.edu.pe
https://orcid.org/0000-0001-9859-3008
Universidad Nacional
Mayor de San Marcos. Lima, Perú
Artículo recibido el 23 de enero 2022 | Aceptado el 16 de
febrero 2022 | Publicado el 16 de septiembre 2022
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https://doi.org/10.33996/revistahorizontes.v6i25.430
RESUMEN
El
propósito del estudio es identificar elementos integradores a partir de las
características, causa y consecuencias que plantea la elaboración de planes de
estudios, elemento articulador imprescindible entre universidad, hombre y
sociedad; entendiéndose este como un proceso dinámico, flexible, integral y
perfectible. Como método de estudio se realizó una revisión bibliográfica de
artículos científicos de impacto; utilizando estrategias de búsqueda como:
palabras clave, el tema, autor y las referencias bibliográficas de los
artículos. Los resultados muestran la necesidad de identificar elementos
integradores, lo que constituye un vacío, que permitan la elaboración de planes
de estudios más dinámicos y pertinentes. Se concluye que la elaboración de
planes de estudios es una problemática dual vigente, por ello es necesario desarrollar
metodologías basada en elementos integradores, que responda a las exigencias
sociales a través del perfil de egreso y la construcción de este a partir de la
malla curricular.
Palabras clave: Plan de estudio;
Currículo; Perfil de egreso; Malla curricular; Revisión bibliográfica
ABSTRACT
The purpose of the
study is to identify integrating elements from the characteristics, cause and
consequences of curriculum development, an essential articulating element
between university, man and society; understanding this as a dynamic, flexible,
integral and perfectible process. As a method of study, a bibliographic review
of scientific articles of impact was carried out; using search strategies such
as: key words, theme, author and bibliographic references of the articles. The
results show the need to identify integrating elements, which constitutes a
gap, allowing the elaboration of more dynamic and pertinent curricula. It is
concluded that the elaboration of curricula is a current dual problem;
therefore, it is necessary to develop methodologies based on integrating
elements that respond to social demands through the graduate profile and its
construction from the curriculum.
Key words: Study plan; Curriculum;
Graduate profile; Curricular grid; Bibliographic review
RESUMO
O objetivo do estudo
é identificar elementos integradores com base nas características, causas e
conseqüências do desenvolvimento dos currículos, elemento articulador essencial
entre universidade, homem e sociedade; sendo este entendido como um processo
dinâmico, flexível, integral e perfeccionável. Como método de estudo, foi
realizada uma revisão bibliográfica de artigos científicos de impacto,
utilizando estratégias de busca como: palavras-chave, assunto, autor e
referências bibliográficas dos artigos. Os resultados mostram a necessidade de
identificar elementos integradores, o que é uma lacuna, permitindo o desenvolvimento
de currículos mais dinâmicos e relevantes. Conclui-se que o desenvolvimento de
currículos é um duplo problema atual, razão pela qual é necessário desenvolver
metodologias baseadas na integração de elementos que respondam às demandas
sociais através do perfil do graduado e da construção do mesmo a partir do
currículo.
Palavras-chave: Plano de estudos;
Currículo; Perfil do graduado; Grade curricular; Revisão da literatura
INTRODUCCIÓN
Actualmente, el hombre está inmerso
en una sociedad donde paradójicamente el factor constante es el cambio;
fenómenos como la globalización, las Tecnologías de la Información y
Comunicación (TIC) y la Sociedad del Conocimiento e Información (SCI) están
transformando los espacios educativos, laborales, sociales y culturales donde
se desarrolla la persona (Nevárez-Zambrano et al., 2021). Esta dinámica
emergente según Majo (2002) ha generado “tres nuevas necesidades: la de
aprender a seleccionar adecuadamente el conocimiento, la necesidad de enfrentar
cada vez más rápida la circulación y corta vida del conocimiento nuevo y la
necesidad de basar el bienestar no en el consumo de objetos, sino en el consumo
de conocimiento”, es decir, se abre paso una nueva concepción y visión de
desarrollo del hombre en y para la sociedad que debe ser sustentable y
sostenible (Jaillier, 2020, p.64).
En este escenario, las universidades
no están exentas de tal cambio, pues se ven afectadas por la celeridad con que
tienen que responder a las exigencias de la sociedad y al mercado laboral, a
través del currículo o planes de estudios; entendiéndose este como un documento
que describe un proceso dinámico, flexible, integral y perfectible; orientado a
atender las necesidades y demandas sociales y del sector de producción, y cuya
función principal es la de planificar, organizar, implementar, ejecutar,
evaluar y proyectar la carrera profesional o educación articulando e integrando
el perfil del egresado y la malla curricular con la finalidad de formar
profesionales competentes con sentido social y ético (Aquino, 2019, Villalobos
et al., 2021)
El problema no es de ahora; es una
problemática que se mantiene vigente y esto se observa cuando el profesional
egresado al buscar insertarse en el ámbito laboral identifica que su formación
es poco obsoleta y que no han sido formado para abordar tal función o desempeño
laboral, tal como lo afirma Huamán et. al (2021) “los profesionales se
enfrentan a una realidad laboral en la cual no cuentan con la debida
experiencia práctica y muestran poco desarrollo de sus competencias
profesionales al momento de desplegar su autonomía profesional” (p.18). En ese
sentido, puede considerarse que uno de los problemas que muchas universidades
presentan es la falta de formación profesional competente que respondan tanto a
las necesidades y demandas sociales y del sector producción, como a los avances
tecnológicos y científicos.
Desde un análisis externo, esto se
debe, por un lado, porque los currículos y los planes de estudios se encuentran
desfasados, algunas universidades dentro de su plan de acción no contemplan un
periodo de actualización adecuado que permita tomar en cuenta los avances que
dicta la academia; y por otro, porque el diseño de dichos documentos
curriculares no son elaborados en base a un estudio de mercado o un análisis
FODA del contexto, que permita evaluar la pertinencia y factibilidad de la
propuesta, sino más bien muchas veces el referente para dicha construcción
curricular es la experiencia y percepción que tienen las autoridades y los
docentes involucrados en el diseño o en su defecto recurren a la adaptación de
planes de estudios de otras universidades que respondes a otro tipo de
realidad; lo que no permite que el plan de estudio propuesto responda a dichas
exigencias demandadas (Ángeles et al., 2017).
Desde un análisis al interior del
planteamiento curricular, el problema va más allá pues implica replantear
algunos aspectos como la concepción que se tiene que asumir en la elaboración
de los planes de estudios, qué tipo de hombre se quiere y qué sociedad se
desea, es decir, bajo qué paradigma o enfoque se pretende formar a los futuros
egresados (Peñaloza, 2005). Sin embargo, el problema no es solo cómo concebir
tal o cual hombre y sociedad, sino de qué manera se puede alcanzar tal
concepción propuesta; esto es, cómo articular e integrar los contenidos y
actividades en las asignaturas, módulos o proyectos, y en los ciclos a lo largo
de toda la carrera con la finalidad de lograr evidenciar en los estudiantes el
desarrollo de herramientas cognitivas, procedimentales, actitudinales,
aptitudinales y afectivas; así como sus convicciones que permitan un buen
desenvolvimiento y desempeño a lo largo de toda la vida. Es decir, cómo formar
estudiantes competentes y con sentido de pertinencia social y natural que urge
en tiempos de mucha incertidumbre.
En el contexto internacional, en
Chile, se identificaron algunos problemas transversales y específicos en
relación a las carreras ofertadas como: “excesivo tiempo de permanencia en las
carreras, baja pertinencia entre el currículo y la sociedad, excesiva duración
de los programas, falta de movilidad estudiantil, falta de consideración hacia
los estudiantes, bajo niveles de competencias al egresar, insatisfacción por
los servicios docentes, escasa articulación entre niveles de enseñanza al
interior de los programas curriculares y al interior de las instituciones, e
insuficiente aseguramiento de la calidad de servicios educacionales”
(Villalobos et al., 2021, p.26); también currículos con tendencia a fragmentar
los conocimientos en disciplinas no considerando, de esta manera, procesos de
articulación e integración curricular, lo que no permite que el currículo o
plan de estudio se comporte como un sistema; tal como lo plantea Díaz (2020) en
relación al desarrollo de la integración curricular, si bien en estos últimos
30 años se viene realizando enormes esfuerzos por mejorar el planteamiento
curricular desde diferentes perspectivas como el enfoque por competencias,
socioformativo, la flexibilidad curricular, la innovación curricular; en estas
y particularmente en la última, tanto en la literatura como en las propuestas y
experiencias realizadas; todavía se sigue diseñando planes de estudios bajo una
estructura curricular por asignaturas, es decir, sigue predominando la lógica de
las disciplinas.
En relación al problema de
integración curricular La Paz y Armijos (2021) plantean la siguiente hipótesis:
“acaso las instituciones de educación superior, declaran en el perfil de egreso
lo que realmente se ejecutan en los cursos definidos en las mallas
curriculares” (p.15), es decir, las universidades a través de sus planes de
estudios logran durante la formación articular e integrar los elementos
necesarios que permitan configurar y desarrollar las competencias que exige la
sociedad y el sector de producción (Corral-Ruso, 2021).
En Perú, Pucuhuaranga et al. (2019)
en su investigación indica que “existe la necesidad de proponer o adaptar
modelos y procesos de evaluación de competencias en la formación de
profesionales y de los perfiles de egreso” (p.27). En ese sentido, hace falta
que los programas y planes de estudios utilicen mecanismos que permitan evaluar
que los egresados hayan alcanzado desarrollar las competencias definidas en el
perfil de egreso. Esto confirma el siguiente problema: no existe relación o
correspondencia entre lo que se plantea en el plan de estudio y lo que se
quiere lograr en el estudiante (perfil del egresado), es decir, la ejecución
del plan de estudio no corresponde a lo planificado.
La educación superior en estos
últimos 20 años viene afrontando desafíos y demandas, como es el caso de la
calidad educativa universitaria, la competitividad de los egresados, la
investigación y la innovación tecnológica, donde el principal problema
observado en las universidades peruanas, más aún en las nacionales es la
insatisfacción por parte de los egresados de las diferentes carreras, programas
o escuelas profesionales, debido a la falta de eficacia en el desempeño
profesional de los egresados, quienes reciben una formación profesional de
predominio teórico que muchas veces no responde a la actividad profesional;
esto es posible porque a pesar que los planes de estudio cuentan con elementos
propicios para generar una formación teórica y práctica, muchas veces solo
queda plasmada en un documento, esto hace evidente la necesidad de conocer si
la planificación curricular está articulada y responde a un adecuado desempeño
profesional (Huamán et al., 2021).
El estudio realizado por Morales
(2017) corrobora el supuesto planteado: “una evaluación del perfil debe
generarse a partir de los elementos que lo definen, de su congruencia y
continuidad, así como su vigencia” (p. 141). Esto implica, por un lado, la
necesidad de actualizar periódicamente tanto el currículo como el plan de estudios
universitario para que, de esta manera, se asegure su continuidad y vigencia;
mientras que, la congruencia se enmarca tanto al planteamiento de las
competencias a lograr que permitirán atender la necesidad social como a la
ejecución de tal planteamiento, para lograr el desarrollo de las competencias.
A nivel local, la situación es más
evidente; muchos egresados no logran insertarse con facilidad al campo laboral
debido a que no presentan las cualidades llamadas competencias que se requieren
en el sector empresarial para desempeñarse en el puesto de trabajo; es más, en
algunos casos las empresas dejan de contratar personal porque los postulantes
no califican para el puesto que ofertan; esto se evidencia en el número de
convocatorias que realizan para completar su personal y es confirmado en el
informe de Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (2016):
“existe una importante brecha entre las competencias de los trabajadores
peruanos y las que demanda el sector productivo, lo que dificulta el acceso a
empleos formales y de calidad, situación que aún se agrava más por la
informalidad” (Sevillano, 2017, p.6)
Resulta entonces exigente, atender no
solo las demandas que vienen de la sociedad y la empresa sino también de la
reflexión que se tiene de la desafiante tarea que es el acto de diseñar tanto
el currículo como el plan de estudios como ruta y guía para el desarrollo
social y cultural. Es decir, el problema de elaborar o diseñar un plan de
estudios implica resolver dos situaciones fundamentales y complementarias; por
un lado, articular las necesidades externas (sociales y del sector producción)
en el perfil del egresado y, por otro lado, las necesidades internas en la
malla curricular a través de las asignaturas, módulos o proyectos, y ciclos;
buscando en ambos casos desarrollar las herramientas o cualidades llamadas
competencias (Machado y Montes de Oca, 2020).
Esta investigación se enmarca en la
formación de los estudios de doctorado en la Facultad de Educación de la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) y la participación en el I
Congreso Internacional de Investigación e Innovación Educativa llevado a cabo
el 2, 3 y 4 de diciembre del 2021. El objetivo de la investigación es dar a
conocer, a partir de la revisión bibliográfica, una aproximación al problema
del planteamiento curricular y la elaboración de planes de estudios, un
problema meticuloso y multidimensional no resuelto a la fecha, buscando
identificar elementos integradores entendiendo que tanto el currículo como el plan
de estudio son en esencia sistemas que actúan en diferentes niveles: conceptual
y operacional.
METODOLOGÍA
El presente estudio utilizó como
metodología la revisión bibliográfica, que consiste en la búsqueda, selección y
análisis de información respecto a un determinado tema (Ocaña y Fuster, 2021).
En ese sentido, el desarrollo de este articulo inició con la determinación de
criterios de búsqueda para limitar la selección de fuentes, primero, se
consideró como criterio que los documentos a consultar sean libros, tesis de
doctorado, artículos de revisión y artículos originales, tanto en idioma
español como en inglés, adquiridas en repositorios virtuales como Scopus, Web
of Science, Scielo, Google Académico, Academia Letters, Scribd y Repositorio
PUCP. Segundo, se estableció como otro criterio para delimitar la búsqueda de
información al factor tiempo de publicación, es decir, se determinó que las
fuentes adquiridas sean de los últimos 6 años (2017-2022), excepto para la
definición de plan de estudio el cual, se consultó a autores canónicos con
investigaciones publicadas entre los años 1998-2022 y para la identificación de
los elementos integradores donde se tomó en cuenta documentos entre los años
2012 a 2022.
Para continuar con este proceso de
delimitación de la búsqueda, también se estableció como tercer criterio que los
documentos coincidiesen o se asociaran al área temática en estudio y a las
palabras claves. Asimismo, respecto a la identificación de elementos
integradores, se estableció como criterio de búsqueda, además del tiempo ya
mencionado, recopilar investigaciones donde se evidencie la puesta en práctica
(casos) de reactualización y diseño curricular. Por último, todas las fuentes
adquiridas se clasificaron, de manera ordenada, en un cuadro Excel donde se
evidencia que, a través de los criterios indicados líneas arriba, la cifra
final y total de documentos a considerar para el presente estudio fue de 34
fuentes tal como se refleja en la siguiente Tabla 1.
Tabla 1. Documentos considerados en el presente estudio.
Bases de Datos |
|
|||||||
Google Académico |
Academia Letters |
Scribd |
Scielo |
Scopus |
Repositorio PUCP |
Web of Science |
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|
1998 |
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|
1 |
|
|
|
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1999 |
1 |
|
|
|
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2004 |
1 |
|
|
|
|
|
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2005 |
|
|
2 |
|
|
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2011 |
1 |
|
|
|
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|
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|
2012 |
3 |
|
2 |
1 |
|
|
|
|
2017 |
2 |
|
|
|
2 |
|
1 |
|
2019 |
1 |
1 |
1 |
1 |
|
1 |
|
|
2020 |
3 |
|
|
3 |
|
|
|
|
2021 |
3 |
|
|
2 |
|
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1 |
|
Total: |
15 |
1 |
5 |
8 |
2 |
1 |
2 |
34 |
DESARROLLO Y DISCUSIÓN
Plan de estudios o currículo
Cuando se aborda el tema de plan de
estudio o currículo, el primer obstáculo a enfrentar es la delimitación
conceptual, en ese sentido, resulta pertinente
preguntarse: ¿qué es el plan de estudio?, ¿qué características tiene?, ¿cuáles
son sus componentes?, así como ¿qué lo diferencia del currículo?
En cuanto al plan de estudio Nolla
(1998) afirma que es un “documento formal de educación susceptible de ser
aplicado, que define, estructura, organiza y orienta el conjunto de contenidos
y acciones que deben desarrollar profesores y estudiantes durante el proceso
enseñanza-aprendizaje para cumplir los objetivos de una determinada profesión”
(p. 65). En la misma línea, Álvarez de Zayas (1999) plantea, “el plan de
estudios o pensum es el documento oficial y obligatorio que planifica y
organiza la carrera o tipo de educación dirigido a cumplir las exigencias que
la sociedad ha establecido en la formación del egresado y contiene las
características más generales de su desarrollo” (p. 66). En las afirmaciones
anteriores se puede identificar que el plan de estudios es un documento de
carácter oficial que planifica y organiza tanto contenidos como acciones las
cuales serán abordados dentro del proceso formativo orientado a satisfacer las
exigencias sociales; además se evidencia la relación de los contenidos y
actividades necesarios para atender a la sociedad.
Por otro lado, Arnaz (2012) afirma
“un plan de estudios es una descripción general de lo que ha de ser (o puede
ser) aprendido, a la que debe complementársele con descripciones minuciosas
contenidas en las cartas descriptivas. La función de los planes de estudios es
la de permitirnos comunicar y examinar una gran cantidad de aprendizajes, así
como su orden y circunstancias” (p. 29). Esta definición implica un cambio de
paradigma cuando se indica cantidad de aprendizaje en vez de contenidos,
términos como el orden y las circunstancias en el proceso formativo toman
relevancia y se centra en el estudiante.
En cuanto a ¿qué características
tiene?, en la definición de Morales (2017) encontramos algunas: “el plan de
estudios es el medio que permite seleccionar y organizar los conocimientos con
criterios de secuencialidad y continuidad considerados como fundamentales para
el logro del perfil académico profesional” (p. 140). Así mismo “es un
instrumento dinámico, flexible y refleja las metas y experiencias educativas a
ser alcanzadas y proporcionadas, respectivamente, para lograr ese fin”
(Morales, 2017, p. 141). Por último, Aquino (2019) agrega otra característica
fundamental: “el plan de estudios de una profesión es un proceso que debe tener
presente la búsqueda de una transformación permanente, y evitar que presente
dificultades por establecer límites disciplinares rígidos y aun con todo debe
ser eficiente también” (p. 64). Es decir, el plan de estudio es mejorable, por
lo tanto, debe responder a las necesidades actuales. En cuanto a ¿cuáles son
sus componentes?, entendida como las partes que integran la estructura de un
plan de estudio (Pérez, 2020), se pueden identificar algunos como: los
conocimientos, las actividades, el perfil de egreso, la malla curricular, entre
otros.
En relación a ¿qué lo diferencia del
currículo? Conlleva a revisar algunas de sus definiciones, para identificar
elementos esenciales que permitan discriminar entre el término currículo y el
plan de estudios. Según Echeverri y López (2004) “el currículo es una
organización intencional del conocimiento dentro de un marco institucional, con
propósitos tanto formativos como instructivos” (p.2). Para Casarini (2005) “el
currículo es la planeación necesaria tanto de los fines (resultados de
aprendizajes) como de los medios educativos para obtenerlos” (p.6). En ambas
definiciones se identifica el carácter intencional del currículo es decir el
para qué, así como también el cómo lograr tal intensión; como lo plantea
Peñaloza (2005): “el currículo es la previsión de las cosas que hemos de hacer
para posibilitar la formación de los educandos” (p.17). En esa misma línea,
Mejía (2011) afirma que “el currículo es un documento de previsión que contiene
el conjunto de decisiones adoptadas, a nivel institucional, para conducir, del
modo más eficiente posible, el proceso de formación profesional. El currículo
se inspira en los fines y objetivos que, a nivel teleológico, se han propuesto,
por lo que constituye en la primera instancia que pretende plasmar cierta
concepción de la educación asumida y termina cuando el docente se hace cargo de
ponerla en ejecución, lo que ya constituye su responsabilidad profesional” (p.
112)
En cuanto a elementos del currículo,
Santiváñez (2012) plantea lo siguiente: “el currículo como sistema tiene seis
elementos: perfiles, objetivos, competencias, contenidos, estrategias
didácticas y estrategias de evaluación” (p.17). En esta definición se identifica
al currículo como un sistema en donde la relación parte-todo es indispensable
como lo plantea de Camilloni (2019) “el currículo universitario, en tanto
programa de formación, es la manifestación de un proyecto pedagógico asentado
sobre el principio de unidad. Este debe ser entendido como el producto de
operaciones de integración de un conjunto de componentes que se caracterizan
por sus orientaciones diversas, contribuyente cada uno, desde su propio aporte,
a la conformación de un reservorio de saberes generales y profesionales y de
actitudes y atributos personales considerados indispensables y convenientes en
los términos de una definición de formación académica y profesional” (p.11).
Como se puede observar, las
definiciones de ambos términos, plan de estudios y currículo, tienen elementos
en común: documento que planifica, selecciona, organiza y evalúa la formación
de la persona en todas sus dimensiones, personal, social, laboral, bajo
criterios adecuados como de secuencialidad, flexibilidad, continuidad, con el
objetivo de alcanzar una aspiración social. Sin embargo, hay una diferencia
esquiva al parecer que se desvanece, cuando se indica susceptible de ser
aplicado en contraste a organización intencional. Como que el plan de estudio
se enmarca en la acción, lo realizable, lo posible, lo concreto mientras que el
currículo en lo deseable lo ideal. En contraposición, Peñaloza (2005) afirma
“la selección y previsión de los procesos y experiencias que deben vivir los
educandos, eso es el currículo” (p.17). Aun así, en la afirmación hay una
posición ideal, pues se puede prever algunas condiciones y también algunas
respuestas, pero ello no implica tener el control de la situación, todas las
clases, las temáticas y los estudiantes no son los mismos. Esta premisa se
vuelve interesante si al realizar lo planificado identificamos qué no ocurrió y
por qué.
La discusión de ¿qué es el currículo?
es amplia atendiendo a su conceptualización y desde la perspectiva que se
aborde, así se tiene: currículo integral, currículo flexible, currículo oculto,
currículo nulo, currículo asimilado, entre otros (Jiménez, 2019). Sin embargo,
una postura delimitante e interesante la plasma Díaz (2012) cuando inicia su
trama distinguiendo entre currículum y disciplina curricular. “El primero es
objeto de una infinidad de adjetivos y por supuesto de enormidad de
significados” (p.9). Esto se debe por la polisemia que presenta, y coincide con
Bolívar (1999) cuando califica al término currículo como “un concepto sesgado
valorativamente, lo que significa que no existe al respecto un consenso social,
ya que existen opciones diferentes de lo que deba ser” (p.27), de allí la
necesidad de dotar de un adjetivo al término currículo, logrando de esta manera
caracterizarlo en su concepto. En cuanto a disciplina curricular indica: “las
distancias entre el currículo pensado, el enseñado y el vivido, así como sobre
los aprendizajes valorativos no intencionados reclaman reconocer la existencia
de una producción conceptual articulada a partir de una disciplina, Esta
disciplina es lo que denominamos campo curricular” (p.10). Este recorrido
realizado por Diaz (2012) es importante en cuanto a planes de estudio pues lo
enmarca en un campo teórico en desarrollo y por lo tanto lo va delimitando.
Elementos articuladores e
integradores en los Planes de estudios: casos
La presente investigación se abordó a
partir de la premisa: Los planes de estudios: el eslabón perdido entre la
universidad y la sociedad; identificándose como problema eje: falta de
formación profesional competente, actualizada y orientada a atender las exigencias
sociales. En la propuesta se considera como componentes clave del plan de
estudios, el perfil de egreso y la malla curricular, pero ¿cómo articular estos
dos componentes?, ¿qué otros elementos son necesarios?, de manera que se logre
desarrollar las competencias necesarias. Para ello se revisó algunos casos,
haciendo una descripción de la situación y enfatizando la búsqueda de elementos
integradores.
En el caso de la Universidad de
Tarapacá de Arica, la reactualización curricular pasa por dos grandes etapas.
En la primera se considera, la elaboración del perfil de egreso, el
planteamiento de los principios de diseño y la organización del currículo,
mientras que la segunda tiene que ver con la evolución hacia el diseño
definitivo. En este caso, se resalta la importancia de conocer la evolución
como elemento esencial en la construcción de planes de estudios. Para la
elaboración del perfil se debe considerar como fuente, el análisis ocupacional,
las competencias necesarias que las empresas demandan en estos tiempos, el
emprendimiento, la innovación y el liderazgo, y un diseño curricular orientado
al desarrollo de competencias en vez de un currículo por competencias; así como
también algunos principios y procesos de integración como la flexibilidad, las
unidades de apoyo académicas y la cultura organizacional.
En la evolución del diseño, elementos
como las prácticas profesionales (dos dentro del desarrollo de la carrera), la
capacidad de crear entorno de aprendizajes que desarrollen la capacidad para integrar
el conocimiento y una malla curricular organizada alrededor de proyectos,
juegan un rol indispensable a la hora de activar y desarrollar una competencia.
En el caso de la Universidad Técnica Federico Santa María, la actualización
curricular se caracterizó por la flexibilidad a través de la conformación tanto
de asignaturas electivas (ocho) como micro asignaturas (siete) de formación
integral vía actividades co-curriculares. En este sentido, la flexibilidad
juega un rol en la dinámica de la permanente actualización del plan de estudios
sin afectar a las partes. En cuanto a la reactualización curricular de la
Universidad de Concepción, se resalta algunos elementos como el Sistema de
Créditos Transferibles, asignaturas con resultados de aprendizajes, competencias
de sello institucional y cuerpos académicos que permiten ir verificando el
logro progresivo de los perfiles de egreso en cada carrera (Villalobos et al.,
2021).
La Paz y Armijos (2020) identifican las principales
características de la formación del contador auditor declaradas por 56
universidades chilenas, incidiendo en el análisis de la denominación de la
carrera, las competencias declaradas en el perfil de egreso y la malla
curricular, y en la organización y sistematización de la información disponible
públicamente con la finalidad de construir un marco ontológico que permita
describir y visibilizar, de manera integral, los elementos y componentes
disponibles en los procesos de diseños y construcción curricular. El marco
ontológico construido presenta cuatro categorías diferentes que permite
analizar los perfiles de egreso: Productos, Competencias transversales,
Competencias Técnicas y Objetivos educacionales, y una categoría para el
análisis de la malla curricular: Dominio.
El marco ontológico del desempeño al
igual que los resultados de aprendizajes, elemento descriptor de una
competencia, constituyen formas integradoras para abordar el problema de
configurar las competencias declaradas en el perfil de egreso a partir de la
malla curricular; es el nexo; si bien desempeño no es lo mismo que competencia,
el abordaje es una alternativa. La figura 1 muestra la estructura y la
operacionalización de una competencia y un desempeño (Jerez, 2012; Moreno et
al., 2019 y Huamán et al., 2021).
Figura 1. Cuadro comparativo de operacionalización de
competencia y desempeño basado en el marco de
resultado de aprendizaje y el marco ontológico Fuente: Jerez (2012) y La Paz y Armijos (2020).
La competencia o el desempeño juegan
un rol indispensable en la articulación del perfil de egreso y la malla
curricular, sin embargo, hay otros elementos estructurales que también
conforman y que se deben complementar al momento de elaborar el plan de estudio
con el fin de lograr que estos sean pertinentes. En ese sentido, Pérez (2020)
en su investigación realiza una descripción sistemática de cada uno de los
componentes del diseño curricular, entendido este como un plan de estudio:
“información general, entorno: global, nacional, institucional, fuentes del
curriculum, Perfil: de ingreso y de egreso, ejes curriculares, objetivos de la
carrera, áreas curriculares, plan de estudios y red curricular, orientaciones
metodológicas y de evaluación del aprendizaje y órganos e instrumentos
reguladores” (p.88), y considera que el plan de estudio debe estructurar la
carrera por niveles y ciclos, además de ordenar la secuencia y desarrollo de
asignaturas y prácticas a través de tres enfoques principales: “de lo general a
lo específico, de lo particular a lo general y por proyectos” (p. 91). También,
hace “hincapié en el dilema de cómo incorporar prácticas en todo el recorrido
curricular y no solo al final” (p.91). Concluye que el perfil de egreso y el
plan de estudios son los componentes básicos y fundamentales del diseño
curricular.
En el estudio de Sidun et at. (2020)
se reflexiona acerca de la importancia que tiene articular espacios
curriculares con espacios institucional a partir de cursos optativos; con el
propósito de garantizar el egreso y la graduación de los estudiantes como sustento
de la responsabilidad social por parte de las universidades. También, se
evidencia el rol o la dimensión de carácter político (lograr obtener mayor
número de egresados y graduados) que puede tener un curso optativo (en este
caso el curso de seminario) en la consecución o cristalización de políticas
institucionales; que no fácilmente se obtendría por más que se desarrollen bien
los cursos académicos: de formación y de especialización; pues los autores, en
concordancia con lo que plantea Carli (2012) el pasaje de la condición de
estudiante a la de graduado no es simple ni lineal, implica rupturas
cognitivas, emocionales y hasta frustraciones, consideran que “cada trayectoria
educativa es una individualidad pero esa individualidad transita en un colectivo
que es la universidad; de allí la importancia de tal articulación” (p.8). Por
tanto, es esencial un trabajo articulado entre los distintos espacios
académicos e institucionales desde una perspectiva militante, en la que los
actores de la institución, los docentes y los espacios curriculares recorran un
camino consensuado de estrategias, metodologías y prácticas en la que
posibiliten que la finalización de la carrera sea posible para todos.
Ayala y Dibut (2020) proponen una
estrategia que permitió transformar la malla curricular a partir de la revisión
y análisis del plan de estudio vigente con la finalidad de que el egresado del
programa tenga un perfil de formación constituido no solo por lo especifico y
disciplinar, sino la formación humanista y cultural que exige la cambiante
sociedad actual. La actualización curricular, según estos autores, significa la
“generación de procesos interdependientes entre las funciones sustantivas de la
institución de Educación superior y las necesidades de la sociedad, una mayor
articulación entre la investigación y la proyección social, el incremento de la
autonomía en el aprendizaje del estudiante, la ampliación y diversificación de
ofertas, mayor articulación de las unidades y agentes responsables de la
dirección” (p.94). Consideran esencial para la elaboración de planes de estudio
tomar en cuenta los aportes y opiniones de los diferentes grupos de interés
como: directivos, administradores, profesores, estudiantes graduados y
empleadores. La estrategia diseñada para la actualización del currículo está
conformada por seis componentes: universalidad, relación universidad-empresa,
necesidades del entorno, identidad, construcción colaborativa y aula práctica.
Los resultados de esta investigación mostraron que la estrategia construida
generó un impacto significativo y esto se debió al vínculo efectivo logrado
entre las necesidades, el sector producción y el desarrollo académico,
entregando de esta manera profesionales hábiles y competentes con sentido
social y de pertinencia.
En los estudios realizados por
Balderas et. al. (2017) se identifican algunos criterios, lineamientos,
recomendaciones y actores, así como una metodología para la modificación de
plan de estudios en la Licenciatura de enseñanza del idioma inglés. Mencionan
que, la modificación de un plan de estudios debe responder a las necesidades y
demandas nacionales de la educación, las cuales están alineadas a las
tendencias internacionales; y que estas se expresan a través de políticas, un
de ellas es la internacionalización. Además, indican que, para la
reestructuración del plan de estudios, se debe realiza un análisis de
pertinencia y factibilidad a través de entrevistas para conocer las opiniones
de los empleadores y estudiantes; consideran que también es importante la
redefinición del perfil de egreso en base a las sugerencias de los empleadores
para finalmente realizar la revisión y actualización de los contenidos y
estrategias metodológicas de las asignaturas. En cuanto a la modificación del
plan de estudios indican que debe desarrollarse por la actuación e interacción
de tres grupos: el grupo directivo, formulador y colaborador; los mismos que
deben analizar los siguientes elementos del plan de estudios: “su
fundamentación, delimitación del objetivo general, especificaciones de los
perfiles de ingreso y egreso, el diseño de la malla y estructura curricular,
así como también, las recomendaciones para la administración y evaluación del
programa”(p. 8). Concluyen que la delimitación del perfil de egreso es todo un reto.
Ángeles et al. (2017) presentan una
propuesta metodológica para la elaboración de los estudios de pertinencia y
factibilidad del Centro de Evaluación e Innovación Educativa de la Universidad
Autónoma “Benito Juárez” de Oaxaca (CEVIEUABJO). Según estos autores para la
elaboración de un nuevo plan de estudios es necesario contar o realizar un
estudio de pertinencia y factibilidad; pues mientras el plan de pertinencia nos
permite identificar el grado de congruencia entre la nueva oferta educativa y
las necesidades del desarrollo social y económico del entorno; el estudio de
factibilidad nos muestra si el proyecto es viable, es decir, las condiciones
para ser implementado: si cuenta con los mecanismos y factores indispensable
para que el proyecto sea concretado. La propuesta se desarrolló en el marco del
CEVIEUBAJO donde el estudio de pertinencia está conformado por el análisis de
cuatro aspectos: el contexto social, la normatividad, la oferta educativa y el
mercado profesional y laboral; mientras que en el estudio de factibilidad se
analiza dos aspectos fundamentales: el institucional y el contexto educativo.
De esta investigación se puede concluir que los estudios de pertinencia y
factibilidad constituyen elementos directrices para la elaboración de planes y
programas de estudio, y de no contar con estos estudios se corre el riesgo de
elaborar planes y programas de estudios que no responden a los cambios
sociales, culturales y académicos.
Villalaz y Medina (2020) identifican
algunos problemas internos y externos que enfrenta el currículo; como los
aspectos sociales, culturales y económicos de los estudiantes, el reciente
impacto de la Ley Universitaria N°30220 (algunas contradicciones), la
influencia del modelo de licenciamiento, el factor docente para la implementación
del currículo y desarrollo de competencias en los estudiantes, la
desarticulación de la formación profesional con los requerimientos del sector
productivo, entre otros. Durante la investigación se utilizó como eje de
análisis el método histórico-lógico que ayudó a plantear algunas interrogantes
para reflexionar y contextualizar la historia del currículo en el contexto
peruano; a partir de algunos documentos como el Plan de Educación Nacional
(PEN) al 2021, la Ley Universitaria N° 30220 y el Sistema Nacional de
Acreditación y Certificación de la Calidad de la Educación Superior (SINEACE,
2016). Consideran que el problema del diseño curricular ocurre porque en la
mayoría de las universidades la práctica de elaboración del currículo se centra
más en el cumplimiento de las regulaciones y de los modelos de acreditación,
que en la participación activa de los docentes. Esto implica que, si los
docentes no se involucran en el diseño del currículo, los cambios que se den,
serán de forma mas no de fondo.
En este sentido, cabe reflexionar lo
siguiente: será posible que algunas entidades ajenas al quehacer universitario
puedan lograr diagnosticar, planificar, implementar, ejecutar y evaluar, un
número significativo de universidades; será posible y suficiente cumplir o
hacer cumplir los estándares de calidad, y de esta forma, no desarrollar una
tecnología propia educacional (Aibar y Quintanilla, 2012) y, con ello, ir
desarrollando en cada cultura universitaria un paradigma de mejora continua
para alcanzar la calidad, esta tarea aún sigue pendiente.
Pucuhuaranga et al. (2019) plantean
la necesidad de proponer o adaptar modelos y procesos de evaluación de
competencias en la formación profesional y de los perfiles de egreso.
Consideran que es necesario que las autoridades y docentes de las carreras
profesionales universitarias implementen mecanismos y criterios para la
evaluación del perfil del egresado de los estudiantes, que asegure la
verificación del logro de las competencias requeridas por el mercado laboral.
En la siguiente Tabla 2 se mencionan
los elementos integradores identificados en cada uno de los casos descritos
líneas arriba. Esta propuesta se considera importante porque permitirá en el
futuro el desarrollo de mejores metodologías para la elaboración de planes de
estudios.
Tabla 2. Identificación de elementos
integradores de los artículos científicos consultados.
Elementos integradores |
Autores (año) |
Flexibilidad, unidad de apoyo académica, cultura
organizacional, prácticas profesionales, malla curricular basada en
proyectos, microasignaturas, sistema de créditos transferibles, asignaturas
basadas en resultados de aprendizajes, cuerpos académicos, análisis
ocupacional, creación de entornos de aprendizajes y la evolución del proceso. |
Villalobos et. al. (2021). |
Marco ontológico, Marco de cualificación, coherencia
y consistencia. |
La Paz y Armijos (2020) |
Ejes curriculares, y tres enfoques: de lo general a
lo específico, de lo particular a lo general y por proyectos. Desarrollar
prácticas a lo largo de toda la carrera. |
Pérez (2020). |
Articular espacios curriculares con espacios
institucionales a través de cursos optativos, trayectoria educativa, el
concepto de condición lineal |
Sidun et al. (2020) |
Articular la investigación y la proyección social;
el aprendizaje autónomo, grupos de interés y seis criterios esenciales, una
estrategia de actualización del currículo basada en seis componentes, y los
entornos de aprendizaje colaborativo |
Ayala y Dibut (2020) |
La internacionalización, análisis de pertinencia y
factibilidad para la elaboración de un plan de estudios, Actuación e
interacción entre los tres grupos: el directivo, el formulador y el
colaborador. |
Balderas et. al. (2017) |
El estudio de pertinencia está conformado por el
análisis de cuatro aspectos: el contexto social, la normatividad, la oferta
educativa y el mercado profesional y laboral; mientras que en el estudio de
factibilidad se analiza dos aspectos fundamentales: el institucional y el
contexto educativo |
Ángeles et al. (2017) |
Participación del docente en el diseño del plan de
estudio y el currículo, La evolución del currículo, los documentos normativos.
|
Villalaz y Medina (2020) |
Mecanismos de evaluación y actualización del perfil
de egreso |
Pucuhuaranga et al. (2019) |
CONCLUSIÓN
Luego de una revisión minuciosa de
los casos sobre el tema en estudio se logró identificar los siguientes
elementos integradores (entendido estos como entes vinculantes que permiten una
adecuada elaboración del plan de estudio) como la flexibilidad, las practicas
preprofesionales, la unidad de apoyo académico, la cultura organizacional, los
cuerpos académicos, el sistema de créditos transferibles, los proyectos como
eje central de la malla curricular, la movilidad académica, el análisis
ocupacional, las trayectorias educativas, el análisis de pertinencia y
factibilidad, la internacionalización entre otros. En ese sentido, existe la
necesidad de buscar y/o construir elementos integradores y nuevas alternativas
de integración que permitan su elaboración con calidad y pertinencia.
También, se puede concluir que tanto
el currículo como los planes de estudios juegan un papel fundamental en la
planificación y ejecución de las aspiraciones sociales. Si bien el currículo se
orienta hacia las aspiraciones utópicas, el plan de estudio se orienta más a lo
concreto, lo ejecutable, lo realizable. Por tanto, se puede afirmar que el plan
de estudios se relaciona con las aspiraciones reales.
Se considera que el plan de estudios
es un documento que describe un proceso dinámico, flexible, integral y
perfectible; es decir, complejo; orientado a atender las necesidades y demandas
sociales y del sector de producción, y cuya función principal es la de
planificar, organizar, implementar, ejecutar, evaluar y proyectar la carrera profesional
o educación, articulando e integrando el perfil del egresado y la malla
curricular con la finalidad de formar profesionales competentes con sentido
social y ético. En ese sentido, el plan de estudios, es un sistema de sistema y
como tal debe ser analizado, elaborado, ejecutado y evaluado por una comunidad;
su existencia y calidad implica la participación de todos los involucrados:
actores internos y externos. Esto requiere de niveles de concreción, es decir,
los cambios son graduales, se dan bajo una concepción de hombre y sociedad, de
manera progresiva y a largo plazo.
El plan de estudio se sustenta en dos
pilares, el perfil de egreso, que responde a las necesidades y demandas
sociales y a la malla curricular que responde a la construcción de las
competencias en el perfil de egreso. Un problema fundamental que todo plan de
estudio presenta está en cómo desarrollar las competencias que atiendan las
exigencias sociales. El marco de los resultados de aprendizaje y el marco
ontológico constituyen dos modelos integradores que permiten la
operacionalización de los constructos competencia y desempeño, constructos
cuyas dimensiones se corresponden con el perfil de egreso y la malla
curricular. No es condición suficiente plantear un buen perfil de egreso y construir
una buena malla curricular si estos elementos no se integran, pues una
integración adecuada de estos permitiría la configuración de las anheladas
competencias.
Por todo lo expuesto y la necesidad
de articular e integrar las partes como todo, como un sistema; se planteó la
premisa: Los planes de estudios: el eslabón perdido entre la universidad y la
sociedad.
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