Horizontes. Revista de Investigación en Ciencias de la Educación
https://doi.org/10.33996/revistahorizontes.v6i24.390
Volumen 6 / No. 24, Edición Extraordinaria
junio 2022
ISSN: 2616-7964
ISSN-L: 2616-7964
pp. 970 – 987
Sexting en estudiantes de educación secundaria
Sexting in secondary school students
Sexting em estudantes do ensino secundário
Wilfredo Gómez-Galindo
wgomez@uncp.edu.pe
http://orcid.org/0000-0002-9946-0538
Jhon Richard Orosco-Fabian
http://orcid.org/0000-0001-9035-706X
Edwin Salgado-Samaniego
http://orcid.org/0000-0002-4473-479X
Rocío Pomasunco-Huaytalla
http://orcid.org/0000-0002-8656-1479
Universidad Nacional del Centro del Perú. Tarma, Perú
Artículo recibido el 13
de febrero 2022 | Aceptado el 6 de junio 2022 | Publicado el 30 de junio de
2022
RESUMEN
El sexting es una práctica cada vez más frecuente entre los adolescentes,
el problema es el mal uso que podría darse a la información compartida que
conllevaría a ver expuesto su intimidad sin su consentimiento. El estudio
sistematiza resultados de investigaciones relacionadas al sexting en
estudiantes de educación secundaria. Se identificó y describió hallazgos de
estudios realizados el periodo 2010 al 2020. Es una investigación
teórico-descriptiva de tipo documental y se analizaron 28 publicaciones
científicas. Los hallazgos muestran que en su mayoría las investigaciones se
orientaron a establecer la prevalencia del sexting, incidencia por sexo y
escasamente asociados a motivaciones y consecuencias. Se concluye que los
estudios en diferentes contextos geográficos y temporales, establecen
prevalencia del sexting en los estudiantes cuyas edades fluctúan entre los 12 y
18 años, asimismo, un porcentaje considerable afirman conocer casos de sexting
en su entorno. Respecto al sexo de los participantes, se evidencia que existen
diferencia significativa, con mayor porcentaje en varones.
Palabras clave: Adolescentes; Educación secundaria; Estudiantes; Sexting
ABSTRACT
Sexting is an increasingly common practice among adolescents,
the problem is the misuse that could be given to the information shared that
would lead to see their privacy exposed without their consent. The study
systematizes research results related to sexting in high school students. It
identified and described findings from studies conducted from 2010 to 2020. It
is a theoretical-descriptive research of documentary type and 28 scientific
publications were analyzed. The findings show that most of the research was
oriented to establish the prevalence of sexting, incidence by sex and scarcely
associated with motivations and consequences. It is concluded that studies in
different geographical and temporal contexts, establish prevalence of sexting
in students between the ages of 12 and 18 years old, and a considerable
percentage claim to know cases of sexting in their environment. Regarding the
sex of the participants, it is evident that there is a significant difference,
with a higher percentage in males.
Key words: Adolescents; Secondary education; Students; Sexting
RESUMO
O sexting é uma prática cada vez mais
frequente entre os adolescentes, o problema é o mau uso que poderia ser feito
das informações compartilhadas, o que poderia levar à exposição de sua
privacidade sem seu consentimento. O estudo sistematiza os resultados das pesquisas
relacionadas ao sexting entre os alunos do ensino
médio. Identificou e descreveu os resultados de estudos realizados de 2010 a
2020. Trata-se de uma pesquisa teórico-descritiva baseada em desktops e 28
publicações científicas foram analisadas. Os resultados mostram que a maior
parte da pesquisa foi orientada para estabelecer a prevalência de sextas,
incidência por sexo e pouco associada a motivações e conseqüências.
Conclui-se que estudos em diferentes contextos geográficos e temporais
estabelecem a prevalência da sexting em estudantes
entre 12 e 18 anos, e que uma porcentagem considerável deles afirma conhecer
casos de sexting em seu ambiente. Com relação ao sexo
dos participantes, é evidente que existe uma diferença significativa, com uma
porcentagem maior de homens.
Palavras-chave: Adolescentes; Ensino médio; Estudantes; Sexting
INTRODUCCIÓN
La tecnología genera dispositivos de transmisión de datos
cada vez más sofisticados, entre ellos el celular, iPad,
tableta, laptop, entre otras; las cuales cuentan cada vez con nuevas y
sofisticadas aplicaciones, y por tanto no solo se consumen contenidos, si no
que se puede elaborarlos y compartirlos (Pacheco et al., 2018). Estos
dispositivos tecnológicos llegan con mayor frecuencia a los adolescentes, tal
es así, que el uso de internet día a día se masifica y llega a todos los
estratos de la sociedad generando el uso frecuente de las redes sociales.
Pacheco et al. (2018) manifiestan que el uso de
internet y redes sociales, sea en la escuela o el hogar son parte de las
actividades cotidianas de los adolescentes (en promedio 11.2 horas por día), se
utilizan para satisfacer intereses propios de su etapa (93%) y solo un 4%
manifiesta usarlos en fines académicos; además refieren que la supervisión
parental es mínima, así como las escazas reglas para su uso. Estos elementos
altamente cambiantes —dispositivos electrónicos y masificación de internet—
modifica sustancialmente las formas de comunicación desde lo institucional
hasta lo personal; “a nivel global se experimenta un emergente escenario socialtecnológico denominado la revolución digital, lo que
reorganiza diversas dimensiones en lo humano, social, industrial y político”
(Arias et al., 2018, p. 353).
Estas diferentes formas de comunicación a través de
dispositivos tecnológicos modifican las relaciones sociales, entre ellos la
dimensión afectivo sentimental y volitivo (Vagace,
2013); como consecuencia se observa que la mayoría de adolescentes establecen
su círculo de amistades e interactúan como tal a través de las redes sociales,
que en muchos casos conllevan iniciar y establecer una relación sentimental. En
estas nuevas formas de interrelación se encuentran inmersos los adolescentes
quienes en determinada situación no son capaces de identificar riesgos al usar
las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) tales como sexting, grooming, sextorsión entre otros (Pacheco et al., 2018), y ello es
motivo de estudio por parte de los investigadores (Tavares et al., 2019a).
Una de las características de la adolescencia es que cobra
relevancia el sentido de pertenencia al grupo, surgen intensos pero efímeros
intereses sexuales, que pueden generar relaciones emocionales complicadas hasta
dependientes, lo cual puede propiciar riesgos en la salud emocional, física y
el mal uso de las redes sociales (Pacheco et al., 2018). En ese contexto surge
el fenómeno denominado sexting como una moda entre
los adolescentes, que consiste en crear y enviar información personal con
contenido erótico básicamente en texto, imágenes fotográficas y videos a través
de medios digitales (Resett, 2019). Burić et al., (2018) consideran que se está desarrollando
una nueva conducta sexual producto del desarrollo de las tecnologías móviles y
redes sociales, en la que sugieren que un significativo número de jóvenes usan
material sexualmente explícito, las que están asociadas con algunas conductas
sexuales de riesgo, o con otras consecuencias indeseadas.
El estudio realizado por Pacheco et al. (2018) sintetiza la problemática de los riesgos del uso de internet
y las redes sociales; identifica que el 72% ha enviado material con algún
contenido sexual y el 81% lo ha recibido (prevalencia de mujeres), el 83%
refiere haber tenido ciberacoso (mayor incidencia en
mujeres), asimismo, el 21% acceden a páginas de adultos (mayor tendencia en
varones), y el 47% recibieron propuestas de desconocidos del cual solo un 2%
informaron a un adulto. Lo preocupante del estudio es que el 98% de encuestados
consideran que no existe riesgo en el uso de internet y de las redes sociales,
el 86% cree en todo lo que dice las redes sociales, el 92% refirieron que no
existen reglas de uso de internet dentro del hogar y el 84% crearon 4 o más
perfiles.
Específicamente, del término sexting
no hay un consenso respecto al alcance de este riesgo, es por ello que “algunos
autores limitan el sexting a enviar fotos o vídeos
explícitamente sexuales mientras que otros también incluyen el envío de
mensajes de texto sexualmente provocativos” (Alonso y Romero, 2019, p. 214);
para Klettke et al. (2014) es el “envío, recepción o
reenvío de mensajes, imágenes o fotos sexualmente explícitas a otros a través
de medios electrónicos, principalmente entre teléfonos celulares” (p. 45); en
este estudio se considera al envío de fotos, videos y mensajes de texto con
contenido sexual provocativo a través de dispositivos tecnológicos. Su práctica
por lo general es voluntaria, motivado como un aspecto
natural de la vida sexual de las parejas, o en otros casos por exhibicionismo
impulsivo.
Sin embargo, la práctica del sexting
mal canalizada por los estudiantes de educación secundaria que están en la
etapa de la adolescencia, podría generar consecuencias negativas,
principalmente cuando ya no quieran ser parte de ese juego, o cuando ya la
relación sentimental terminó, y estarían frente a conflictos causados por el
riesgo o temor de ver su sexualidad expuesta y ser víctima de presión o
chantaje (Drouin et al., 2013; Mejía-Soto, 2014). El
principal riesgo de la práctica del sexting es el uso
posterior de este tipo de información ya que no se podrá tener control sobre
ello y puede dejar expuesta la intimidad del protagonista y dañar su honor (Vagace, 2013), en el ámbito académico las consecuencias se
reflejan en la disminución de la motivación, la participación en actividades
educativas, insultos y aislamiento. Y muchas veces los estudiantes no perciben
estos riesgos por falta de información generándoles consecuencias adversas.
Perú no es ajeno a esta realidad, sobre todo en el ámbito
educativo en estudiantes de educación secundaria, por ello a través de los
medios de información se observa casos de víctimas de sexting,
y muchos de los cuales terminan en aislamiento social con consecuencias
negativas en su rendimiento académico, llegando incluso a abandonar sus
estudios y en el extremo de los casos con intentos de suicidio. “Un estudio
realizado por Microsoft revela que el 80% de adolescentes peruanos entre 13 y
17 años ha sufrido al menos un tipo de riesgo en línea como acoso sexual, ciberbullying, misoginia, discriminación o racismo” (Pillaca, 2020, párr. 1); asimismo reporta que para los
adolescentes los principales riesgos son el sexting
no solicitado (43%), contactos no deseados (53%), solicitudes sexuales (31%),
entre otros.
En las instituciones educativas de la región Junín se observa
que los estudiantes de educación secundaria no utilizan responsablemente las
TIC y muchas veces lo utilizan con fines sentimentales sin o con poca
supervisión parental, con la cual sin proponérselo podrían llegan a practicar
conductas de sexting. Asimismo, en el contexto actual
de aislamiento por la pandemia Covid-19 generó que los estudiantes permanezcan
con mayor frecuencia conectados a internet, consecuentemente expuestos al sexting y otros riesgos; los especialistas informaron que
anteriormente ya se reportaron casos de adolescentes de colegios quienes
llegaron a consultas psicológicas por ser víctimas de acoso y bullying, debido a que filtraron sus imágenes sin su
consentimiento (Correo, 2020).
Se observa que existe escasa investigación publicada sobre
artículos de revisión que abordan el sexting, y de
las realizadas están asociadas a otros factores y mínimamente al ámbito
educativo, asimismo en estos últimos años no existe investigación actualizada y
relevante realizada en el contexto educativo peruano, sobre todo en el ámbito
de la región Junín, por lo que se considera relevante y necesario el estudio.
La problemática descrita, genera que reorientemos nuestra mirada desde el
ámbito educativo respecto a los riesgos del uso de las TIC, específicamente las
relacionadas a las posibles consecuencias adversas de la práctica del sexting en estudiantes adolescentes. Frente a ello y con
base a los argumentos presentados el objetivo del estudio fue identificar y
describir las investigaciones que se realizaron sobre sexting
en estudiantes de educación secundaria.
MÉTODO
El problema se abordó desde una investigación teórico
descriptiva de tipo documental, para ello se realizó una revisión sobre sexting y sus implicancias en estudiantes de educación
secundaria, a través de la búsqueda y análisis de la información. En primer
lugar, se estableció el descriptor de búsqueda principal: sexting;
luego se establecieron las unidades de análisis que lo constituyeron los
artículos científicos publicados; posteriormente se estableció el horizonte de
tiempo de las publicaciones. Los criterios de inclusión fueron: artículos de
investigación publicadas en revistas indexadas en las bases de datos: Scielo, Redalyc y DOAJ; artículos
que en el título, resumen o palabras clave incluyan los descriptores sexting, estudiantes, educación, secundaria, adolescentes
cuyas edades fluctúan entre 11 a 18 años.
Asimismo, se consideró publicaciones entre el 2010 y 2020, no
se consideraron restricciones respecto a ubicación geográfica, ni de idioma.
Una vez seleccionados los artículos considerando los criterios expuestos, se
procedió a realizar una lectura en profundidad, a fin de analizar y extraer
información orientada al objetivo del estudio. Los criterios de análisis fueron: 1.- Evolución de la producción científica sobre sexting entre los años 2010 y 2020. 2.- Investigaciones
sobre sexting en el contexto peruano. 3.- Hallazgos
de la prevalencia del sexting en estudiantes de
educación secundaria. 4.- Riesgos y consecuencias de la práctica del sexting. 5.- Motivaciones de la práctica del sexting. 6.- Diferencia según sexo en el nivel de
prevalencia del sexting. 7.- Incidencia entre envío y
recepción de mensajes sexting. 8.- Conocimiento del
significado de sexting. 9.- Principales tipos, o
formas de participación en el sexting. 10.- Incidencia
de la práctica de sexting según edad. 11.- Predictores
del sexting. 12.- Factores asociados a las conductas sexting. Y 13.- Acciones que se deben realizar para
prevenir las consecuencias del sexting.
Después
de la búsqueda, clasificación, selección y extracción de información, se obtuvo
28 trabajos científicos. El proceso de selección se muestra en la Figura 1.
Figura 1. Proceso de
selección de la muestra de estudio.
Es necesario aclarar que, en otras, se incluyeron 3 artículos
científicos de bases de datos diversas, por considerarse relevantes para el
estudio. Realizada el proceso de selección, con base a la lectura en
profundidad, se procedió a la extracción de información en función al objetivo
del estudio.
DESARROLLO Y DISCUSIÓN
Evolución de la
producción científica sobre sexting entre los años
2010 y 2020
Gráfico 1. Proceso de
evolución de la producción científica sobre sexting en estudiantes de educación
secundaria entre los años 2010 y 2020.
En el Gráfico 1 se observa que, a partir del 2013, surge
la preocupación por publicar investigaciones respecto al sexting, el cual se
acrecienta año a año; debido la prevalencia de la práctica del sexting, hay un
creciente interés por su investigación y publicación (Gasso et al., 2019).
Investigaciones sobre
sexting en el contexto peruano
Respecto a investigaciones publicadas en artículos científicos sobre sexting en el contexto peruano, solo se encontró el trabajo
de West et al. (2014) quienes realizaron la
investigación: sexting entre adolescentes, en una muestra de 949
escolares del Cusco, en donde hallaron prevalencia del sexting
y con mayor incidencia en varones que en mujeres, en donde las mujeres
afirmaron ser acosadas cibernéticamente, por lo que sugieren que a fin de
reducir los efectos se debe intervenir en forma diferenciada en los varones respecto
a las mujeres y que incluyan el establecimiento de reglas y expectativas claras
y el uso apropiado de los dispositivos móviles por parte de los padres.
Asimismo, el trabajo de Orosco y Pomasunco
(2020) quienes abordan el sexting conjuntamente con
otros riesgos, en el trabajo titulado adolescentes frente a los riesgos en el
uso de las TIC, en una muestra de 955 estudiantes de la región Junín, en donde reportaron el desconocimiento de los riesgos del uso de
las TIC por parte de los adolescentes dentro de ellos el sexting
y siendo mayor en mujeres, en consecuencia, los adolescentes están expuestos a
este y otros tipos de riesgos, por lo que se les debe orientar en el uso
responsable de las TIC.
Hallazgos de la
prevalencia del sexting en estudiantes de educación
secundaria
Los estudios realizados en diferentes
contextos geográficos y temporales, establecen que existe prevalencia del
sexting en los estudiantes de educación secundaria cuyas edades fluctúan entre
los 12 y 18 años, quienes manifiestan que en algún momento realizaron
comportamientos sexting o conocen de alguien que lo hizo; es decir, que una
gran población de estudiantes adolescentes, por lo menos una vez, sextearon o
compartieron contenidos sexting, sea enviando o recibiéndolos. Así tenemos que
el 44% manifestó haber realizado sexting y que la personalidad permite predecir
los cambios en sexting a lo largo de la adolescencia (Alonso y Romero, 2019); es
una práctica frecuente de los estudiantes y que está relacionada con el acoso y
el chantaje del cual conocen casos (Alonso-Ruido et al., 2018); se encontró
prevalencia del sexting en un 21.5% de la muestra, en donde el 6.9% fue a
través de videos, 18% fotos y 17.6% a través de mensajes de texto (Reset,
2019); existe mayor prevalencia de sexting en los varones respecto a las
mujeres.
En cuanto al haber compartido
contenidos sexting se observa mayor incidencia en varones (7.0%) frente a las
mujeres (3.3%) y respecto al haber recibido mensajes o contenidos sexting
también prevalece mayormente en los hombres con un 11.3% frente a un 4.9% en
mujeres (Arias et al., 2018); en un analisis de 9 conversaciones con diferentes
interlocutores realizados a través de la plataforma Facebook, se concluyeron
que en las interacciones sexting que se realizan, generalmente no hay
intenciones de agraviar al interlocutor (Mercado y Cervantes, 2017); los
adolescentes afirman conocer casos de sexting en su entorno; pero no admiten
haber participado en estas conductas (Fajardo et al., 2013); entre las
motivaciones que inducen a la práctica del sexting son deseo de popularidad,
tener relaciones sexuales y presumir con alguien que les gusta, entre las
preocupaciones de la viralización de contenidos sexting son daño a su
reputación y avergonzar a sus padres (Narvaja, 2019); los participantes
perciben que el fenómeno sexting es común y no lo consideran como algo
negativo; sin embargo, consideran como problemático o preocupante la
posibilidad de que se produzca intercambios no autorizados; así mismo
consideran que el diálogo familiar y el ejemplo de los padres son influencias
imprescindibles (Tavares et al., 2019b).
El sexting debe considerarse como
parte de la experiencia de la sexualidad en tiempos de interacción social
mediada por las TIC (De Souza y Alvez, 2018); la práctica del sexting es
frecuente entre los jóvenes, el 20% enviaron mensaje de texto y el 33.2% los
recibieron, los varones son más propensos de haber enviado mensaje de texto, y
que el envío y recepción de estos mensajes está asociada al hecho de tener
relaciones sexuales y al uso problemático del celular (Olatunde y Balogun, 2017);
quienes sextean tienen alta prevalencia del VHS-2 frente a quienes no; así
mismo sugieren que se debe implementar mecanismos para realizar controles,
filtrado y campañas de concientización sobre el uso de los dispositivos
tecnológicos para controlar enfermedades de transmisión sexual asociados al
sexting (Mhlanga et al., 2015); quienes hicieron una vez sexting, también con
mayor frecuencia practicaron conductas sexuales de riesgo, en comparación a
quienes nunca lo realizaron; así mismo encontraron que la rabia, ansiedad y
depresión no predicen sexting (Vrselja et al., 2015); existe relación entre el
uso de pornografía y actitudes sexuales más permisivas, existe asociación entre
pornografía, sexteo y comportamiento sexual, la pornografía está asociado a
distintas formas de violencia sexual, agresión y acoso, las mujeres participan
del sexting por presión o coerción y son las que más sufren las consecuencias
negativas de la difusión (Raine et al., 2020).
El sexting hay que valorarlo desde la
comprensión contemporánea de la sexualidad humana en el contexto de las
relaciones virtuales, los padres rara vez o nunca visitan el mundo virtual de
los niños, por lo que no pueden proteger a sus hijos contra los delitos
informáticos (Słojewska, 2016); las mujeres envían más contenidos sexting y
perciben los riesgos de su práctica; así mismo muestran la relevancia del rol
de los padres en la formación de las actitudes de los adolescentes
(Confalonieri et al., 2020); se encontraron presencia de sintomatología mental,
básicamente depresión y ansiedad, los cuales guardan relación con la práctica
del sexting (Gasso et al., 2019); en un estudio longitudinal encontraron que en
la primera medición 46% de varones enviaron al menos una vez mensajes sexting y
37.7% en la segunda, respecto a las mujeres el 36.6% la primera vez y el 33.7
la segunda, en ambos casos la búsqueda de excitación es el factor predictivo,
estos resultados sugieren que se debe promover la alfabetización mediática, la
comprensión de los riesgos y mejor entendimiento de la motivación para sextear
(Burić et al., 2018).
Los adolescentes tienen cierto
conocimiento sobre el tema aunque no con el término de sexting, desconocen la
ilegalidad de almacenar y compartir información privada sin consentimiento de
los implicados más aún si son de menores, desconocen la legislación y redes
protectoras, predomina la culpabilización de la víctima a situaciones de
violencia moral y psicológica sobre todo contra las mujeres bajo el argumento del
porque expusiste tu intimidad si sabias de las consecuencias, y fueron
responsabilizadas por la producción de las imágenes, el ejercicio de la
sexualidad es impactado por las nuevas tecnologías (Leal et al., 2017); la
participación en el sexting en sí mismo, no es la causa del impacto emocional
negativo, y que esta no difiere por tipo de sexting o género; lo que causaría
daño son los episodios posteriores como las acciones de difusión no consentida
(Del Rey et al., 2019); el sexting es un fenómeno experimentado por menores,
pero no en proporciones alarmantes como lo difunden los medios de comunicación,
los jóvenes afirman que los intercambios de mensajes sexting tienen una
connotación sexual; también que en su mayoría los menores que vieron contenidos
sexting lo consideran como una experiencia perturbadora (Macilotti, 2018).
El A-SextS es un instrumento
integrador que permite una evaluación integral y rigurosa de las experiencias
sexting en los adolescentes ya que considera el sexteo activo y primario,
transmisión en vivo de contenido, formatos de medios, grabaciones de audios,
sextos pictográficos, tres grados de explicitud sexual, si el remitente muestra
su rostro en las imágenes o videos, tres destinatarios diferentes, si se
produce por iniciativa propia o en respuesta a una solicitud, distingue si el
propósito es sexual o amoroso, su estructura permite información empírica sobre
la asociación entre sexting, toma de riesgos y victimización sexual en línea (Molla
et al., 2020); la escuela está relacionado a temas asociados al sexting como
centro de producción o de discusión, también es un espacio de discusión de
sexualidad; por lo que en este espacio es que debe abordarse e intervenir en la
problemática del sexting, más allá del enfoque biológico (De Barros et al.,
2016); el sexting está asociado a conductas de riesgo, por lo que existe la
necesidad de intervenir para prevenir que ocurran sexting sin consentimiento,
dentro de ello considerar factores protectores como el monitoreo de los padres,
programas de prevención del acoso, el uso de drogas y alcohol sobre todo en las
minorías sexuales (Valido et al., 2020); se encontraron tres perfiles,
sexting-filia quienes conciben al sexting como práctica divertida coqueta y
atrevida, sexting-fobes propio de personas desesperadas descorteses y
conflictivas, perfil ambivalente quienes conciben al sexting como una práctica
divertida pero que causa conflictos (Soriano-Ayala et al., 2020).
Los comportamientos sexting más
frecuentes son la recepción, recepción de envíos, reenvío y finalmente el
envío; proponen que se debe analizar la diversidad de los comportamientos de
sexting y abordar cada uno de ellos desde la educación (Ojeda, et al., 2020);
los adolescentes declararon haber enviado o publicado mensajes, fotos o videos
sexis de sí mismos, así mismo el 17.1% de adolescentes reportaron que fueron
víctimas de ciber violencia sexual por la difusión no deseada de contenidos de
carácter sexual (Glowaks y Goblet, 2019); el sexting es una faceta común de las
relaciones y la vida sexual de los adolescentes, más de la mitad de
adolescentes sabe de alguien que envió fotos desnudas de sí mismo, un tercio
recibió fotos o videos, el 16% afirmaron que ya se realizaron fotos desnudos de
sí mismos y que lo habían enviado, el 31% considera normal enviar fotos
desnudos (Bucheger, 2015);
El sexting en los centros educativos
son percibidos cuando se produce un caso concreto, el 68.3% de adolescentes
conoce o escuchó sobre el sexting y sus riesgos, el 56.7% afirman conocer a
alguien que lo practica y el 5% afirma haber practicado; el 51.7% percibió el
sexting en internet, y el 41.7% recibió en su celular, las repercusiones del
sexting afectan el rendimiento académico y que se manifiestan en insultos y
aislamiento de sus compañeros (Vagace, 2013); la prevalencia del sexting es
mayor en adultos que en adolescentes, así mismo prevalece el recibir ante el
enviar sexting (Klettke et al., 2014); las conductas realizadas por las
adolescentes asociadas al sexting, son un riesgo para la salud emocional de las
instituciones educativas, a la fecha la identificación de los riesgos
relacionados al sexting son todavía limitados (Van et al., 2015); los
adolescentes muestran actitudes positivas frente al sexting y manifiestan que
es una práctica frecuente entre los de su edad, sobre todo el envío de imágenes
fotográficas eróticos sexuales, envían mayormente textos a través de mensajería
instantánea, de los cuales afirman recibir más y enviar menos, en su mayoría
perciben lo riesgoso del sexting, pero también afirman que es divertido como
una forma de establecer relaciones afectivas sexuales, así mismo
mayoritariamente afirman que si lo hacen es porque confían en los que envían
(Alonso, 2017); el principal riesgo que perciben es el grooming y se da
principalmente en hombres, así mismo las mujeres son las que menos
ciberbullying realizan, así también, el sexting se da con mayor frecuencia en
varones (Arias et al. 2018).
Riesgos y consecuencias de la práctica del
sexting
Sobre los riesgos de la práctica del
sexting; los adolescentes admiten ciertos riesgos en su práctica, y que estos
afectan más a las mujeres (Alonso-Ruido et al.,
2018); entre las consecuencias que más les preocupa a los adolescentes por la
viralización de contenidos sexting son el daño que pueda afectar a su
reputación, el acoso sexual de un adulto y avergonzar a sus padres (Narvaja,
2019). Respecto a las consecuencias adversas de la
práctica del sexting, los estudios refieren que
quienes sextean tienen alta
prevalencia del VHS-2 frente a quienes no (Mhlanga
et al., 2015); así también quienes hicieron al menos una vez, también con mayor
frecuencia practicaron conductas sexuales de riesgo,
en comparación a quienes nunca lo realizaron (Vrselja
et al., 2015), las mujeres expuestas muestran sentimientos de culpabilidad (Leal et al., 2017); en
su mayoría los menores que vieron contenidos sexting
lo consideran como una experiencia perturbadora (Macilotti, 2018); las
repercusiones del sexting se manifiestan en insultos, aislamiento de sus compañeros y afectan el
rendimiento académico (Vagace, 2013).
Las conductas asociadas al sexting, son un riesgo para la salud emocional de las instituciones
educativas (Van et al., 2015); los adolescentes son propensos a incurrir en
distintos tipos de conductas de riesgo, entre ellas las asociadas a la
actividad sexual (Rosabal et al., 2015); en cuanto a
las mujeres, participan del sexting por presión o
coerción y son las que más sufren las consecuencias negativas de la difusión (Raine et al., 2020);
asimismo, se encontraron presencia de sintomatología mental, básicamente depresión y ansiedad, los cuales guardan relación con
la práctica del sexting (Gasso
et al., 2019); el 17.1% reportaron que fueron víctimas de ciber violencia sexual por la difusión no
deseada de contenidos de carácter sexual (Glowaks y Goblet, 2019); La práctica del sexting
genera consecuencias psicosociales que afectan la salud y el bienestar a lo
largo de la adolescencia, se encontró un descenso en los niveles de
victimización tradicional o presencial que podría ser por el sentido
(popularidad) que el sexting parece tener para los
adolescentes, así mismo se observó descenso de los niveles de bienestar
emocional que podría acarrear dificultades personales y sociales asociadas al
decremento de las emociones positivas a lo largo del tiempo (Alonso y Romero,
2019); también Van et al. (2015) plantea que a la fecha, la identificación de
los riesgos relacionados al sexting son todavía
limitados.
Si bien investigaciones muestran las consecuencias adversas y los
riesgos de la práctica del sexting; sin embargo,
también se identificó estudios que reportan lo contrario: en las interacciones sexting que se realizan, generalmente no hay intenciones de
agraviar al interlocutor (Mercado y Cervantes, 2017); el fenómeno sextina es
común y no lo consideran como algo negativo (Tavares et al., 2019b). De Souza y
Alvez, (2018) exponen que el sexting
debe considerarse como parte de la experiencia de la sexualidad en tiempos de
interacción social mediada por las TIC, asimismo se sugiere la posibilidad de
considerar al sexting como un fenómeno cultural,
producto de la expresión sexual tecnológicamente mediada; al sexting hay que valorarlo desde la comprensión
contemporánea de la sexualidad humana en el contexto de las relaciones
virtuales (Słojewska, 2016); la participación en el sexting en sí mismo, no es la causa del impacto emocional
negativo (Del Rey et al., 2019).
Para Macilotti (2018) el sexting
es un fenómeno experimentado por menores, pero no en proporciones alarmantes
como lo difunden los medios de comunicación; en su mayoría perciben lo riesgoso
del sexting pero también afirman que es divertido,
como una forma de establecer relaciones afectiva sexuales (Alonso, 2017); en
las interacciones sexting que se realizan,
generalmente no hay intenciones de agraviar al interlocutor (Mercado y
Cervantes, 2017); el sexting es una faceta común de
las relaciones y la vida sexual de los adolescentes y que el 31% considera
normal enviar sus fotos de desnudos (Buchegger,
2015). Sin embargo, consideran como problemático o preocupante la posibilidad
de que se produzca intercambios no autorizados (Tavares et al., 2019b); lo que
causaría daño son los episodios posteriores como las acciones de difusión no
consentida (Del Rey et al., 2019).
Motivaciones de la
práctica del sexting
Respecto a las principales motivaciones de práctica de sexting, se encontró que por su naturaleza los estudiantes
adolescentes, subestiman o no perciben los riesgos como tal, manifiestan
sensación de invulnerabilidad frente al riesgo; por lo que son propensos a
incurrir en distintos tipos de conductas de riesgo, entre ellas las asociadas a
la actividad sexual (Rosabal et al., 2015); por un
tema sexual, por aburrimiento y porque está de moda (Alonso-Ruido et al., 2018); el deseo de popularidad y reconocimiento
en las redes sociales materializados en tener cada vez más likes
y seguidores, ello debido a que los adolescentes recurren a diferentes
estrategias para buscar popularidad, otra motivación es el de experimentar con
la sexualidad y el deseo de concretar encuentros sexuales, también sextean para presumir con alguien que les gusta, las
mujeres consideran que si se publican videos y fotos sexis es porque ya no
existe la intimidad y lo varones lo hacen porque consideran que es parte del
show y quieren ganarse popularidad, entre las consecuencias que más les
preocupa a los adolescentes por la viralización de
contenidos sexting son el daño que pueda afectar a su
reputación, el acoso sexual de un adulto y avergonzar a sus padres (Narvaja, 2019); porque tienen una connotación sexual (Macilotti, 2018); y por
popularidad (Del Rey et al., 2019).
La alta extraversión y baja amabilidad y responsabilidad predicen
significativamente la conducta del sexting, así mismo
los adolescentes que practican sexting tienden a
presentar más depresión, impulsividad y mayor vulnerabilidad, por esta posible
vulnerabilidad emocional recurren a la práctica del sexting
como un medio para ganar aceptación entre sus iguales, así mismo la incapacidad
para controlar sus impulsos contribuyen al envío de contenidos sexting sin valorar las posibles consecuencias de esta
práctica, respecto a la extraversión la práctica del sexting
podría responder a la necesidad de búsqueda de excitación, estimulación y de
experimentar sensaciones intensas (asociada a conductas de riesgo sexuales) de
forma rápida y fácil; finalmente considerando que la baja amabilidad está
relacionado con mayores conductas de riesgo sexual, los adolescentes podrían
encontrar en el internet un entorno cómodo para sus interacciones sin
considerar que estas interacciones pueden ser descontextualizadas (Alonso y
Romero, 2019). Las motivaciones van desde el interés de coquetear con alguien,
de mostrar el cuerpo y simplemente por aburrimiento (Alonso, 2017).
Diferencia según sexo
en el nivel de prevalencia del sexting
Respecto a la práctica de sexting
según sexo; los estudios refieren que existen diferencias significativas, la mayoría de investigaciones reportaron mayor prevalencia
en los varones respecto a las mujeres (Arias et al. 2018; Alonso y Romero, 2019; Burić et al., 2018; Glowaks y Goblet, 2019;
Olatunde y Balogun, 2017; Orosco y Pomasunco, 2020; Resett, 2019; West et al.,
2014). Pero en algunos estudios, se evidenciaron mayor prevalencia en mujeres (Confalonieri et al., 2020; Vagace, 2013). Asi mismo se
encontró, que la prevalencia no difiere entre uno y otro sexo (con menor
incidencia): la participación en el sexting en sí mismo, no es la causa del
impacto emocional negativo, y que esta no difiere por tipo de sexting o género
(Del Rey et al., 2019).
Incidencia entre
envío y recepción de mensajes sexting
Se identificó que hay mayor
prevalencia en recibir mensajes de texto que en enviarlos; los adolescentes se
consideran dependientes de dispositivos tecnológicos y los espacios virtuales, muestran
también actitudes positivas frente al sexting y que lo ven como una práctica
divertida en donde envían mayormente contenidos sexuales (fotografías, videos o
sextos) a sus parejas afectivo-sexuales o a quienes esperan que lo sean,
mayormente a través de mensajería instantánea, de los cuales afirman recibir más
y enviar menos (Alonso, 2017); las conductas sexuales están asociadas a
factores sociales, conductuales y sicológicos en donde prevalece el recibir
ante el enviar sexting (Klettke et al., 2014); de los participantes el 20%
enviaron sextos y el 33,2% los recibieron, los varones son más propensos de
haber enviado sextos, y que el envío y recepción de sextos está asociada al
hecho de tener relaciones sexuales y al uso problemático del celular (Olatunde y
Balogun, 2017).
Los comportamientos sexting más
frecuentes fueron la recepción, la recepción de envíos, reenvío y finalmente el
envío (Ojeda et al., 2020). Asimismo, los adolescentes manifiestan conocer
casos de sexting que se producen en su entorno, pero no admiten haber
participado en estas conductas (Fajardo et al., 2013; Alonso-Ruido et al., 2018). Además, más de la mitad de adolescentes
sabe de alguien que envió fotos desnudas de sí mismo, un tercio recibió fotos o
videos, el 16% afirmaron que ya se realizaron fotos desnudas de sí mismos y que
lo habían enviado, y el 31% considera normal enviar fotos de desnudos
(Buchegger, 2015). Existe prevalencia del sexting en un 21.5% de la muestra, en
donde el 6,9% fue a través de videos, 18% fotos y 17,6% a través de mensajes de
texto (Reset, 2019).
Conocimiento
del significado de sexting
Sobre el conocimiento del significado
sexting, se encontró que los estudiantes desconocen el concepto y lo relacionan
con acoso y chantaje (Alonso-Ruido et al.,
2018); algunos tienen saberes previos sobre el tema, aunque no con el concepto
de sexting (Leal et al., 2017); la mayoría desconocen el significado de
sexting sin embargo afirman que es una práctica frecuente entre los de su edad
(Alonso, 2017). Solo se encontró un caso donde admiten comprender el
significado de sexting (Fajardo et al., 2013). Se observa que pocos conocen el
significado de sexting, aun así su práctica es cada vez más cotidiana en
varones y mujeres; las mujeres envían más sexts multimedia pero también perciben
más los riesgos de su práctica, ello se debería a factores como la presión de
los pares o de la pareja, impresionar a alguien que les gusta o por chantaje,
por lo que están sujetas a un doble rasero sexual ya que se les pide que
compartan sextos pero a la vez son cuestionadas moralmente por sus pares; frente
a ello los padres más que controlar el tiempo que pasan sus hijos en internet,
deben regular los contenidos y el tipo de actividad que realizan e intervenir
en la formación de las actitudes de los adolescentes (Confalonieri et al.,
2020).
Principales tipos, o
formas de participación en el sexting
Respecto a los tipos, o formas de
participación en sexting, los investigadores reportan: participación primaria y
secundaria en sexting (Del Rey et al., 2019); tres perfiles predominantes: sexting-filia quienes conciben al sexting como práctica
divertida, coqueta y atrevida; sexting-fobes propio de personas desesperadas,
descorteses y conflictivas; y perfil ambivalente, quienes conciben al sexting
como una práctica divertida pero que causa conflictos (Soriano-Ayala et
al., 2020); otra tipología es el sexting activo, que
hace referencia a quien envía los videos, imágenes o mensajes de texto con
contenido sexual, y sexting pasivo, referida a quien los recibe (Alonso y Romero, 2019). Así también, Gasso et
al. (2019) consideran sexting consensuado (experimental)
y no consensuado (agravado).
Incidencia de la
práctica de sexting según edad
De la práctica de sexting según edad, se
encontró que los comportamientos sexting se incrementan mientras más edad tienen los adolescentes (Resett, 2019); así mismo la prevalencia del sexting es mayor en adultos que en adolescentes (Klettke et al., 2014).
Predictores del sexting
Respecto a los predictores del
sexting, las investigaciones reportan que la personalidad permite predecir los
cambios en sexting a lo largo de la adolescencia (Alonso y Romero, 2019); los predictores significativos del sexting son la
personalidad oscura y la sintomatología ansiosa y depresiva (Resett,
2019); la búsqueda de
excitación es el factor predictivo (Burić et al., 2018); también se halló que la rabia,
ansiedad y depresión no predicen sexting (Vrselja et al., 2015).
Factores asociados a
las conductas sexting
Sobre los factores asociados a las
conductas sexting la investigaciones reportan que estas son diversas, entre
ellas, que los estudiantes adolescentes son una
población vulnerable debido a su limitada capacidad de autorregulación, su alta
susceptibilidad a la presión de los compañeros, su tecnofilia y su creciente
curiosidad sexual (Gasso et al., 2019); y estas con consecuencias
psicosociales relevantes propias de su edad (Alonso
y Romero, 2019); el envío y recepción de mensaje de texto está asociada
al hecho de tener relaciones sexuales y al uso problemático del celular
(Olatunde y Balogun, 2017); existe relación entre el uso de pornografía y
actitudes sexuales más permisivas, asimismo se identificaron evidencia
inconsistente que existe asociación entre pornografía, sexteo y comportamiento
sexual; también la pornografía está asociado a distintas formas de violencia
sexual, agresión y acoso (Raine et al., 2020); el sexting está asociado a
conductas de riesgo (Valido et al., 2020); los riesgos asociados al sexting son
la pérdida de la privacidad y distanciamiento entre los virtual y lo real
(Soriano-Ayala et al., 2020); y las conductas sexuales están asociadas a
factores sociales, conductuales y sicológicos (Klettke et al., 2014).
Acciones que se deben
realizar para prevenir las consecuencias del sexting
La prevención es la principal acción
que deben realizar quienes integran la comunidad educativa; padres de familias,
autoridades, directivos, docentes y demás involucrados en velar por el
desarrollo integral de los educandos, deben promover acciones
orientadas a la promoción, prevención, intervención y seguimiento de los casos
generados a consecuencia del sexting. Al respecto en la mayoría de las
investigaciones revisadas, sugieren que se debe prestar especial atención a la
problemática del sexting, en cuanto a sus riesgos, consecuencias adversas o
problemas asociados, para ello proponen ciertas acciones: diálogo familiar y el
ejemplo de los padres son imprescindibles (Tavares et al., 2019b); intervención
dirigida (Olatunde y Balogun, 2017).
Mhlanga et al., (2015) proponen mecanismos
para realizar controles, filtrado y campañas de concientización sobre el uso de
los dispositivos tecnológicos para controlar enfermedades de transmisión sexual
asociados al sexting; proyectos integrales y soluciones educativas para los
maestros, padres y estudiantes (Słojewska, 2016); rol de los padres en la
formación de las actitudes de los adolescentes (Confalonieri, 2020); programas
de prevención, sensibilización e intervención con la participación de padres y
comunidades educativas (Gasso et al., 2019); alfabetización mediática,
comprensión de los riesgos y mejor entendimiento de la motivación para sextear
(Burić et al., 2018); intervenir desde un enfoque multidisciplinario en
educación sexual (Leal et al., 2017).
La escuela es un espacio de discusión
de sexualidad, por lo que en este debe abordarse e intervenir en la problemática
del sexting, más allá del enfoque biológico (De Barros et al., 2016);
intervenir para prevenir que ocurran sexting sin consentimiento, considerando
factores protectores como el monitoreo de los padres, programas de prevención
del acoso, uso de drogas y alcohol (Valido et al., 2020); intervenir para
prevenir los riesgos (Soriano-Ayala et al., 2020); promover formación crítica y
de prevención en estudiantes y padres de familia (Vagace, 2013); promover el uso seguro y sano de internet (Van et al.,
2015); elaborar una guía del trabajo en promoción y prevención así como en la
tematización de casos (Arias et al., 2018); las escuelas deben estar preparadas
centrándose en la prevención, para actuar frente a los riesgos del ciberacoso y
el sexting, asimismo se sugiere no ir contra el sexting, si no preparar e
intervenir considerando la adaptación y la resiliencia y que la prevención es
la mejor forma de afrontar el impacto de los riesgos (Rosabal et al., 2015).
Considerando los resultados, se debe
analizar la diversidad de los comportamientos de sexting y abordar cada uno de
ellos desde la educación (Ojeda et al., 2020), por tanto existe la necesidad de
plantear un marco de contención que regule estas prácticas (Glowaks y Goblet,
2019); y la mejor prevención, es una buena y competente reacción a un incidente
sexting, y así evitar incidentes a futuro, también intervenir a través de la
psicología escolar o mediante psicoterapeutas organizados de forma privada
(Buchegger, 2015). Una problemática identificada es que los padres rara vez o
nunca visitan el mundo virtual de sus hijos, por lo que no pueden proteger
contra los delitos informáticos (Słojewska, 2016).
CONCLUSIÓN
Lo fundamental de la investigación fue
la sistematización de publicaciones científicas realizadas sobre la prevalencia
del fenómeno sexting en estudiantes de educación secundaria y sus factores
asociados. En el contexto global y en Perú, los resultados reportan que una
gran población de estudiantes adolescentes, por lo menos una vez o en algún
momento, sextearon o compartieron contenidos sexting, sea enviando o
recibiéndolos, siendo más recurrente la recepción, de ellos mayoritariamente
afirman que lo hacen porque confían en los que envían; asimismo se evidencia
mayor prevalencia en los varones; también, esta se incrementa a mayor edad.
La principal motivación de su
práctica, es porque incurren en conductas de riesgo asociadas a la actividad
sexual, el factor primario es la vulnerabilidad debido a su limitada capacidad
de autorregulación, pocos admiten conocer ciertos riesgos. Ello explica las
consecuencias de su práctica, como son: alta prevalencia del VHS-2, práctica de
conductas sexuales de riesgo, sentimientos de culpabilidad, experiencia
perturbadora, insultos y aislamiento de que afectan en el rendimiento
académico, riesgo para la salud emocional, depresión, ansiedad, ciberviolencia
sexual, entre otros.
Es preciso mencionar que el análisis y
resultados corresponden a investigaciones publicadas en solo tres bases de
datos pudiendo existir más en otras, asimismo se limitó a revisar específicamente
prevalencia del sexting, más no aquellas asociadas a otras variables o a su
intervención. Por lo que, a partir de los resultados, se sugiere que se
continue investigando respecto a propuestas de intervención orientado a la
prevención, en donde la educación debe ser la principal acción para evitar los
riesgos y consecuencias adversas o problemas asociadas a la práctica del
sexting, con la participación activa de toda la comunidad educativa y los padres
de familia, en la que se debe proponer acciones orientadas a la
sensibilización, promoción, prevención, intervención y seguimiento de los casos
generados a consecuencia del sexting, dentro de ello la promoción del uso
seguro y responsable de internet y de los dispositivos tecnológicos.
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