Horizontes. Revista de Investigación en Ciencias de la Educación
Volumen 6 / No. 25 / julio-septiembre
2022
ISSN: 2616-7964
ISSN-L: 2616-7964
pp. 1409 - 1421
Aprendizaje basado en retos en la educación superior: Una
revisión bibliográfica
Challenge-based learning in higher education: A
bibliographic review
Aprendizagem baseada
em desafios no ensino superior: Uma revisão bibliográfica
Pedro Hernán De La Cruz Velazco1
pcruzvel@ucvvirtual.edu.pe
https://orcid.org/0000-0003-4432-9214
Estela Poquis Velasquez2
estelapoquis@seoane.edu.pe
https://orcid.org/0000-0002-2769-9101
Rosa Amelia Valle Chavez3
rvallec@ucvvirtual.edu.pe
https://orcid.org/0000-0001-8447-5035
Magda Isabel
Castañeda Sánchez4
mcastaneda@unfv.edu.pe
https://orcid.org/0000-0001-8572-6078
Katherine Rosemary Sánchez Anastacio5
katherine.anastacio@upn.edu.pe
https://orcid.org/0000-0003-3424-6562
1Universidad César Vallejo. Lima, Perú
Instituto de
Educación Superior Tecnológico Público Manuel Seoane Corrales. Lima, Peru
3Universidad César Vallejo. Piura, Perú
4Universidad Nacional Federico Villarreal. Lima, Perú
5Universidad Privada del Norte. Lima, Perú
Artículo recibido el 4 de enero 2022 | Aceptado el 14 de
enero 2022 | Publicado el 14 de septiembre 2022
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en:
https://doi.org/10.33996/revistahorizontes.v6i25.422
RESUMEN
El
aprendizaje basado en retos (ABR) es una metodología activa e innovadora, el
cual aplicado en la educación superior buscaría articular el sector formativo
con el productivo. Por lo que es necesario promover su empleo y difusión, El
objetivo del estudio fue identificar los elementos innovadores de la
metodología del ABR y que competencias formativas y de empleabilidad
desarrollan. La metodología empleada es de revisión bibliográfica, la búsqueda
se realizó en las bases de datos como: Scopus, Scielo, Redalyc, Ebsco, Dialnet
y Google Académico. Los resultados se basaron en estudios con 5 años de
antigüedad realizados en universidades e institutos de educación superior,
encontrándose 27 artículos y un libro identificados con la temática en estudio,
donde sostienen que el ABR es una metodología para desarrollar la creatividad,
el pensamiento crítico el aprendizaje colaborativo y la motivación, se concluyó
que el ABR es una metodología para que el estudiante experimente situaciones
problemáticas reales frente a las cuales debe presentar soluciones innovadoras,
creativas y sostenibles en el tiempo.
Palabras clave: Aprendizaje basado
en retos; Creatividad; Critico; Innovación; Aprendizaje colaborativo
ABSTRACT
Challenge-based
learning (RBL) is an active and innovative methodology, which applied in higher
education would seek to articulate the training sector with the productive
sector. Therefore, it is necessary to promote its use and dissemination. The
objective of the study was to identify the innovative elements of the ABR
methodology and which training and employability competencies are developed.
The methodology used was a literature review, the search was conducted in
databases such as: Scopus, Scielo, Redalyc, Ebsco, Dialnet and Google Scholar.
The results were based on 5 years old studies conducted in universities and
institutes of higher education, finding 27 articles and a book identified with
the subject under study, where they argue that the ABR is a methodology to
develop creativity, critical thinking, collaborative learning and motivation,
it was concluded that the ABR is a methodology for the student to experience
real problem situations against which he/she must present innovative, creative
and sustainable solutions over time.
Key words: Challenge-based
learning; Creativity; Critical; Innovation; Collaborative learning
RESUMO
A aprendizagem
baseada em desafios (CBL) é uma metodologia ativa e inovadora que, quando
aplicada no ensino superior, procura vincular o setor de treinamento com o
setor produtivo. O objetivo do estudo foi identificar os elementos inovadores
da metodologia ABR e quais as competências de treinamento e empregabilidade que
são desenvolvidas. A metodologia utilizada foi uma revisão de literatura, a
pesquisa foi realizada em bancos de dados como: Scopus, Scielo, Redalyc, Ebsco,
Dialnet e Google Scholar. Os resultados foram baseados em estudos de 5 anos
realizados em universidades e institutos de ensino superior, encontrando 27
artigos e um livro identificado com o assunto em estudo, onde argumentam que a
ABR é uma metodologia para desenvolver a criatividade, o pensamento crítico, a
aprendizagem colaborativa e a motivação, concluiu-se que a ABR é uma
metodologia para que os estudantes experimentem situações reais de problemas
contra os quais devem apresentar soluções inovadoras, criativas e sustentáveis
ao longo do tempo.
Palavras-chave: Aprendizagem baseada
em desafios; Criatividade; Crítica; Inovação; Aprendizagem colaborativa
INTRODUCCIÓN
En las condiciones actuales que vive
la humanidad donde los problemas se presentan bajo diferentes situaciones, es
importante que haya un abordaje de la misma para saber cómo se deben tratar los
problemas que a su vez se conviertan en retos para estudiantes de educación
superior (López et al., 2021; Lozano et al., 2019). En ese sentido, la
preparación para este contexto de constantes cambios es desarrollar en los
estudiantes competencias que le preparen para situaciones complejas, de
incertidumbre y de retos permanentes, como actualmente se viene implementando
en las instituciones de educación superior (Gallagher y Savage, 2020; Olivares
et al., 2018).
Es así, que se presenta como una
interesante alternativa, el aprendizaje basado en retos ABR, considerado como
un método didáctico que originalmente fue introducido por Apple en el nivel
medio superior el año 2008, el cual tiene por objetivo involucrar al estudiante
en una situación problemática buscando investigar para plantear posibles
soluciones, esto le permitiría desarrollar su talento personal, sus iniciativas
sus pensamientos sus anhelos y el trabajo colaborativo.
La característica de esta estrategia
pedagógica es un modo flexible, holístico, multidisciplinario y vivencial
(Rodríguez et al., 2021). Como consecuencia el estudiante se apropia de su
proceso de aprendizaje en forma autónoma y autorregulada (Cejas et al., 2019).
En la actualidad el ABR es considerado como un método innovador de aprendizaje
de adecuado nivel que se puede aplicar en la educación superior tecnológica,
donde la formación de profesionales de acuerdo a sus planes de estudio
resuelven problemas prácticos y reales vinculados a retos en la sociedad
(Gilbert et al., 2018). Al respecto, (Zambrano, 2020), menciona que en los
procesos educativos se deben modificar modelos que ayuden a optimizar el
sistema educativo es así que los proyectos basados en retos deben unir la
investigación la formación y enlazar con la sociedad el desarrollo del
aprendizaje del estudiante.
El ABR es un aprendizaje donde los
estudiantes colaboran, guiados por el docente, para resolver problemas
importantes, mediante planteamientos de soluciones reales con actividades
colectivas que no se resuelven de forma individual y necesitan una
participación creativa e interdisciplinaria, con la contribución organizada y
coordinada por los miembros de la comunidad educativa: estudiantes, docentes y
especialistas, por lo mencionado se requiere cambios de paradigmas que ayuden a
mejorar el sistema educativo (Valdez et al., 2018).
Avanzando en el tiempo en España, donde se realizó un estudio con la intención de comprobar si
la metodología en mención utilizada en distintas áreas académicas de la
Universidad Europea de Madrid, mejora significativamente las competencias de
los estudiantes para la solución de problemas reales, actuales y globales, las
conclusiones indicaron que la metodología es altamente positiva que genera beneficios
mejorando significativamente el rendimiento académico del estudiante
universitario comprobándose de manera significativa en las calificaciones de
los mismos, en ese mismo sentido, contribuye al desarrollo de competencias
solicitadas por el mercado laboral (López et al, 2021).
Sin embargo, la intención de mejorar
las capacidades de los estudiantes del nivel superior y prepararlos para
enfrentar retos en el mundo real, no es una intención nueva, sino que se han
ido practicando en diversas universidades experimentando algunas metodologías
que integran el ABR, como es el caso del Challenge Based Learning implementada
en universidades norteamericanas como Aalborg University con su programa
internacional llamado Problem Based Learning Model, además, en la Montana State
University se emplea el programa para evaluar la motivación y los resultados
académicos de los estudiantes, así también en la Universidad de Harvard, se
evalúan lo mismo a través de su programa Harvard Innovation Lab (Agüero et al.,
2019).
En Perú la educación superior
tecnológica, emplea el enfoque de aprendizaje por competencias, que es adecuada
y pertinente, contribuyendo a la oferta y demanda del mercado laboral con la
formación de profesionales competentes en la empleabilidad por lo que es
apropiado incentivar el empleo de métodos innovadores como el ABR, que
desarrollen también sus habilidades blandas para lograr estudiantes con una
formación integral (Fidalgo et al., 2017).
Sin embargo, existen pocos estudios
sobre el empleo de esta metodología, que permita aplicar adecuadamente la
articulación del área formativa con el sector productivo, por lo que se hace
impostergable su difusión y empleo, el cual debe ser capaz de identificar
soluciones, propiciando un aprendizaje, en el cual los participantes
desarrollan varias actividades, como un reto extraordinario que requiere una
atención interdisciplinaria, creativa, reflexiva, con la participación
solidaria de estudiantes, maestros y especialistas del campo productivo
(Olivares et al., 2018).
De acuerdo a lo manifestado la
presente investigación tiene como el objetivo identificar los elementos
innovadores de la estrategia de aprendizaje basado en retos y su aporte en el
desarrollo de competencias para la solución de situaciones problemáticas reales
en el mercado laboral en los estudiantes universitarios. De esta manera, la
importancia del estudio radica en que se podrá conocer los beneficios que se
pueden obtener de la difusión y aplicación de la metodología aprendizaje basado
en retos para que sean aplicadas no solamente en el ámbito del estudio
superior, sino que se comiencen a emplear desde los estudios básicos para que
el estudiante lleve una secuencia metodológica de desarrollo de competencias y
solución de problemas.
METODOLOGÍA
El estudio metodológico se realizó
bajo el enfoque cualitativo de revisión bibliográfica, en el que se recolecto,
analizó, resumió y se discutió los enfoques de la investigación teniendo como
propósito identificar la temática relacionada con los elementos innovadores de
la metodología del ABR y que competencias formativas y de empleabilidad se
desarrollan, siendo una metodología de aprendizaje activo, por lo que cuenta
con varios elementos innovadores como el contacto con problemas reales,
mantiene un vínculo estrecho con las experiencias formativas en situaciones
reales de trabajo, su transversalidad e interdisciplinariedad, los estudios
bibliográficos consultados indican que el ABR propicia un incremento de la
creatividad, desarrolla el pensamiento crítico, promueve el aprendizaje
colaborativo y la motivación de los estudiantes del nivel superior
(Pérez-Rodríguez et al., 2021). Siendo elementos muy importantes en la
formación profesional de los estudiantes.
Inicialmente fueron seleccionados 54
artículos indexados en revistas y bases de datos como Scopus, Scielo, Web of
science, Redalyc, Ebsco, Dialnet, Google Académico, entre otras se han
seleccionado un total de 28 artículos y un libro siendo los criterios de
inclusión que los artículos estén comprendidos entre los años 2017 al 2021, que
contengan temas relevante y temática relacionada con el propósito de
investigación, para darle sustento teórico también se ha tenido en cuenta la
literatura encontrada libros, revistas con DOI y excepcionalmente presentaciones
que han tenido lugar en eventos académicos relacionados al tema, que se
enfoquen en el nivel superior considerados de importancia, el idioma de los
mismos es el inglés y el español, los cuales se han obtenido de contextos
latinoamericanos y europeos. La documentación relevante consultada permitió
sistematizar la información en una matriz de contenidos, del total de los 28
artículos clasificados se ha podido identificar los siguientes elementos
innovadores del ABR y factores que se desarrollan y promueven: a) Aprendizaje
real y vivencial, b) Desarrollo del Pensamiento crítico, c) Desarrollo de la
creatividad, d) Trabajo colaborativo.
De acuerdo a
Bustos et al. (2019) el aprendizaje basado en retos tiene su origen en las
vivencias de las personas y el conocimiento inicial o previa del estudiante,
las cuales ponen a disposición de forma activa y participativa. En esa misma
línea de pensamiento, Portuguez y Gómez (2020) y Hernández et al., (2021)
manifiestan que el enfoque involucra al estudiante en una situación
problemática real, la cual es relevante porque implica el surgimiento de un
reto al que se le debe plantear una solución. De esta manera el ABR obedece a
una experiencia vivencial, que tiene como fundamento que el estudiante aprende
mejor cuando participa de forma activa en una experiencia que se ha ambientado
en clase, más de una forma pasiva en esquemas pre establecidos, de tal manera,
que aquello que aprenden pueden aplicarlo de manera inmediata a problemas
reales, experimentando los resultados in situ y cambiando la forma de solución
en caso haya error, de esta manera también interactúan con otros estudiante,
intercambiando saberes y aprendiendo mutuamente (Gilbert et al., 2018; López,
et al., 2021).
Como se puede
inferir La aplicación de esta metodología se basa en un aspecto real y
vivencial como primer elemento innovador siendo su principal característica el
involucramiento del estudiante. Asimismo, para Flores et al. (2019), el ABR es
un enfoque metodológico basado en el aprendizaje vivencial, que tiene como
fundamento que el estudiante aprende más y mejor cuando participa en
experiencias de aprendizaje abiertas en vez de un aprendizaje auditivo y
pasivo.
En tal
sentido, el aprendizaje vivencial es un enfoque holístico en el que integra la
experiencia, la cognición y el comportamiento, en estos dos últimos trata de
aprendizaje previos y desarrollo de competencias. Bajo esa premisa, en el campo
educativo se tiene a psicólogos destacados que sostienen esta perspectiva como
John Dewey, Jean Piaget, William Kilpatrick, Carl Rogers y David Kolp, este
último define el aprendizaje como una secuencia de impresiones que tiene el estudiante
frente a la experiencia que se le presenta (Gilbert et al., 2018).
Otra de las
teorías que integran el ABR requiere que haya integración entre estudiantes,
docentes y colaboradores, es decir se logre una interacción social con
intercambio de ideas y transferencia de conocimientos entre los participantes,
esta situación obedece al planteamiento realizado por Jean Piaget y Lev
Vygotsky, por lo que estos aprendizajes se fundamentan en el constructivismo
(Rodríguez et al., 2020). En este sentido citando a Piaget quien afirma que, el
conocimiento se construye a través de la experiencia, donde la persona descubre
significados en la medida que se involucra en las actividades propuestas, por
ello el aprendizaje es progresivo, presentando las experiencias que van
enriqueciendo el conocimiento, haciendo posible el poder enfrentar retos con la
seguridad de poder solucionarlos (Flores et al, 2019).
Definición de aprendizaje
basado en retos ABR
El
aprendizaje basado en retos ha ido evolucionando y se han emitido varios
conceptos al respecto. Para Olivares et al. (2018), se trata de una experiencia
en una situación problemática el participante ensaya soluciones que requieren
la intervención de otras disciplinas, que de manera creativa desarrollan
paralelamente competencias transversales. Fidalgo et al. (2017), lo definen
como un enfoque pedagógico que integra al estudiante en un problema real, el
cual debe solucionar empleando para ello su pensamiento crítico y creativo, por
lo general es una situación que se da fuera del aula de clase, en tal sentido,
prepara al estudiante a solucionar problemas presentes cuyo efecto resolutivo
perdura en el futuro, donde el docente cumple un rol de experto colaborador de
aprendizaje y facilitador de información.
Al respecto
Gilbert et al. (2018) agrega que es un recurso didáctico que mediante la
experiencia y la participación del estudiante agrega valor a las clases, de
esta manera consigue conectarlo con la problemática de su comunidad para
mejorarla, presentando alternativas de solución, acercándolo a la realidad con
la simulación de un lugar de trabajo moderno, desde la perspectiva académica en
la universidad. Es así que el ABR despierta en el estudiante el entusiasmo por
darle un significado práctico y útil a la educación, mientras desarrolla
paralelamente el trabajo colaborativo y multidisciplinario, el cual constituye
otro elemento innovador incorporada y desarrollada por el ABR desarrollando sus
habilidades para la empleabilidad.
Por otro
lado, el ABR integra en su proceso los modelos Challenge Based Learning - CBL y
Challenge Based Instruction- CBI para que estos puedan estar presente en el
desarrollo de una asignatura, de esta manera la metodología consiste en elegir
una situación del entorno que constituya un reto, así también, se eligen retos
específicos, en el primero se trata de un objetivo común y en el segundo caso
se trata de un objetivo elegido por el estudiante, en ambos casos se emplea los
modelos mencionados para ser aplicado a cualquier materia de la universidad
(Bustos et al., 2019; Fidalgo et al., 2017). El CBL ha sido empleado como
método experimental en universidades europeas con el propósito de mejorar los
aspectos académicos, competenciales y sobre todo de empleabilidad de los
estudiantes que egresan de una casa de estudios universitaria, concluyendo por
sus resultados significativos que es un nuevo paradigma educativo que
contribuye a adecuar las habilidades de los estudiantes a las nuevas
necesidades del mercado (Agüero et al., 2019).
Elementos del aprendizaje
basado en retos ABR
Secuencia
para su implantación en el marco propuesto por Apple (2011):
·
Idea general:
Atractivo, de importancia para los estudiantes y para la sociedad.
·
Pregunta
esencial: es la idea general que posibilita la generación de una amplia
variedad de preguntas.
·
Reto: Surge
de la pregunta esencial, es articulado e implica a los estudiantes crear una
solución específica que resultará en una acción concreta y significativa.
·
Preguntas,
actividades y recursos guía: Los estudiantes identifican lecciones,
simulaciones, actividades, recursos de contenido para responder las preguntas
guía y establecer el fundamento para desarrollar las soluciones innovadoras,
profundas y realistas.
·
Solución: La
solución debe concreta, articulada y factible de ser implementada.
·
Implementación:
Se prueba la eficacia del reto.
·
Evaluación:
Los resultados de la evaluación confirman el aprendizaje
·
Validación:
Los estudiantes juzgan el éxito de su solución.
·
Documentación
y publicación: Recursos que pueden servir como base del portafolio de
aprendizaje.
·
Reflexión y
diálogo: Se interactúa reflexiona sobre la experiencia con la gente.
El ABR y el desarrollo
del pensamiento crítico
Uno de los retos más complicados de la educación es
desarrollar en el estudiante el pensamiento crítico, el cual no se puede
alcanzar sí se insiste en una metodología tradicional, bajo esta situación, el
paradigma tradicional de considerar al docente como el centro de aprendizaje y
proveedor del conocimiento ha sido desplazada para dar a pase a nuevas
metodologías vivenciales donde el estudiante es el enfoque principal de la
educación (Agüero et al., 2019, Bolaños, 2019). El pensamiento crítico es un
juicio autorregulado que se elabora para un propósito específico, el cual ha
empleado las herramientas metodológicas disponibles para obtenerlo (García et
al., 2020). Al respecto, también se presenta la definición de Valencia et al.
(2020), que la define como una habilidad del estudiante para entender situación
específica, para lo cual emplea el análisis, el diagnóstico con la finalidad de
tener una idea clara de tal situación y tomar la decisión más asertiva para
alcanzar el propósito planteado.
Por otra parte, para Olivares et al. (2018), el pensamiento
crítico involucra cuatro componentes: explicación, inferencia, interpretación y
análisis. En esa misma línea, Bilbao et al. (2021) y Hernández et al. (2021),
agrega que el desarrollo del pensamiento crítico con la aplicación del ABR se
da cuando el estudiante hace contacto con una problemática real que lo motiva a
querer solucionarlo porque siente que lo que hace es útil, por lo tanto, se
esfuerza por encontrar la mejor solución al problema, teniendo en cuenta que
esta debe ser una solución perdurable en el tiempo y que beneficie a la mayor
cantidad de personas.
Sin embargo, para alcanzar ese propósito es importante que el
estudiante se encuentre motivado, debe existir algo que despierte su interés
por la materia de estudio, obteniendo esa herramienta efectiva es posible
involucrar al estudiante a gestionar un método de resolución de problemas
acorde a las condiciones que impone la realidad a través del uso del
pensamiento crítico (Agüero et al., 2019). Una de esas motivaciones es
proporcionarles una experiencia de la vida real, actualmente existe varios
métodos para alcanzar esa experiencia, entre ellos se encuentra el aprendizaje
basado en proyectos, así como el ABR que ofrecen formas de transferir
conocimientos para aplicaciones en contextos reales, todo lo mencionado
haciendo uso de las tecnologías de la información (Sindre et al., 2018).
Consecuentemente en Chile, el pensamiento crítico es una
propuesta curricular para la enseñanza, el cual es un planteamiento que surge
para promover en los educandos el desarrollo de conocimientos, habilidades y
actitudes que le permitan pensar de forma libre y reflexiva, de esta manera el
estudiante podrá evaluar situaciones que se le presenten y valorar la
experiencia, en tal sentido, el estudiante chileno no ha sido sometido al
desarrollo del pensamiento crítico con anterioridad, es por ello no existe una
forma de cómo medir dicha capacidad (Silva, 2019). Sin embargo, este es un
modelo que se debe seguir a nivel de Latinoamérica por los países de la región
y uno de baluartes para ese propósito es el aprendizaje basado en retos.
El ABR y el desarrollo
del pensamiento creativo
La
creatividad es una condición inherente del ser humano, esta característica lo
distingue y lo diferencia de otros seres vivos, de tal manera que, siendo una
capacidad innata, solo se requiere estimularla, desarrollarla y emplearla. En
la opinión de Ramírez y Rincón (2019), el
pensamiento creativo es la habilidad de presentar nuevos puntos de vista o
alternativas frente a un mismo sujeto de estudio, el cual puede ser un problema
o una nueva forma de hacer aquello que se conoce a priori. Este contexto implica
que la situación estudiada pase por un proceso de análisis donde se tome el
objeto, se analice, se descomponga en sus elementos básicos y se comprenda cada
uno de ellos para entender el funcionamiento particular y presentar un nuevo
camino para el mismo objetivo.
No podría
concebirse la creatividad sin la innovación y la sostenibilidad, las cuales se
pueden determinar cómo características o dimensiones de la misma. También, el
pensamiento creativo involucra otros componentes como la propuesta, el rediseño
e invención (Olivares et al., 2018). Entendiéndose como propuesta aquella
actitud proactiva para entender la condición actual de una situación y diseñar
un cambio importante en ella, para tal propósito se requiere abstraerse de la
situación con la intención de encontrar nuevas soluciones (Zambrano, 2019). En
otras palabras, es lo que Edward de Bono denomina pensamiento lateral, insumo
de la creatividad en el desarrollo de nuevas ideas para un propósito
específico, el rediseño considera la capacidad de presentar un nuevo prototipo,
hacer de nuevo el proceso, pero de una manera diferente (Jiménez, 2019). Por su
parte, la invención es la versión final luego de haber pasado por una serie de
procesos de mejoramiento del prototipo.
Para Jiménez
(2019) la creatividad es una habilidad humana de orden superior que permite al
estudiante presentar ideas nuevas para solucionar problemas, ideas que
sobrepasan las concepciones tradicionales para ofrecer alternativas ligadas a
la innovación, de esta concepción se infiere que el estudiante debe desarrollar
primero el pensamiento creativo para luego desarrollar la innovación, requisito
indispensable para la diferenciación y la competitividad que debe tener el
profesional actual que egresa de una entidad educativa superior, para enfrentar
situaciones reales y empresariales.
El ABR y el
aprendizaje colaborativo
El auge de
las dinámicas colaborativas en el espacio educativo hace necesario el concurso
de nuevas técnicas y actividades de aprendizaje, donde el insumo más abundante
es la información y la herramienta que permite alcanzarlo son las tecnologías,
de tal manera que la adaptación a este escenario y sus continuos cambios viene
hacer el aprendizaje en comunidad combinando conocimiento académico y
problemática real (Agüero et al., 2019). En el ámbito educativo superior, uno
de los grandes retos es obtener profesionales que eliminen las fronteras entre
lo académico y la profesión aplicada al campo laboral, de esta manera se
disminuye la brecha que separa a los egresados profesionales de las necesidades
de sus empleadores, bajo ese esquema, el estudiante no solo necesita ser el
número uno en lo que aprende, sino también, debe saber aplicar ese conocimiento
al mundo real, es decir, debe desarrollar habilidades transversales como el
pensamiento crítico, la resolución de problemas y el trabajo colaborativo
(López et al., 2021; Pérez et al., 2021).
Para entender
cómo el ABR promueve el aprendizaje colaborativo es importante definir el
concepto de esta última. Para Rodríguez et al. (2020) se refiere a aquella
estrategia que se encarga de elaborar un constructo de aprendizaje, para ello
emplea la interacción entre los estudiantes, el intercambio de ideas sobre el
tema que desarrollan y el conocimiento se va transfiriendo entre los miembros
del grupo que ejecutan una tarea encomendada por el facilitador, cuyo
cumplimiento no es lo único, sino también se enfoca en el desarrollo de
habilidades individuales y grupales a través del intercambio de roles que se da
en la interacción al interior del grupo.
Ya se
mencionada en líneas anteriores que el ABR toma como principio fundamental el
trabajo en equipo, el intercambio de ideas, apoyo mutuo para encontrar
soluciones, basado en los planteamiento de Jean Piaget quien sostiene, que el
aprendizaje es mejor cuando existe la vivencia o la experiencia mediante la
interrelación dentro del grupo, donde se presenta el objetivo para resolver un
problema, esta interacción a su vez desarrolla otras habilidades como el
aplomo, la comunicación, el afrontar nuevos retos, situaciones que preparan al
estudiante para enfrentamientos reales (Flores et al, 2019; Rodríguez et al.,
2020). Consecuentemente se puede distinguir otro elemento innovador más que es
el trabajo colaborativo.
El ABR en la
educación superior
La educación del siglo XXI está enfocada en
el desarrollo de competencias en los estudiantes que les permita enfrentar
problemas actuales en un ambiente incierto (Olivares et al., 2018). De tal
manera, que el estudiante egrese con un conjunto de herramientas que hagan de
él un profesional competitivo, cotizado y preparado para enfrentar retos (López
et al., 2021). Además de desarrollar competencias como la comunicación, el
trabajo en equipo y el liderazgo que se han convertido en una constante en el currículum
del profesional (Rodríguez et al., 2020, Hernández et al, 2021). Estas
habilidades que son necesarias desarrollar, se pueden dividir en disciplinares
y transversales o genéricas, considerando que las disciplinares son aquellas
habilidades singulares o específicas que pertenecen al contenido de una
materia, estas tienen un bajo nivel de relación con los retos que plantea el
contexto (Olivares et al., 2018). En cambio, las transversales son las que
realmente necesita el profesional para satisfacer sus necesidades personales,
de esta manera, su relevancia se extiende en diferentes ámbitos como el
personal y el social y no solo se limita al ámbito educativo y profesional
(Olivares et al., 2018). Por lo cual otro elemento innovador que se puede identificar
es el desarrollo de competencias.
En esa misma línea, esta metodología es una
oportunidad de aprendizaje donde interviene el estudiante y el docente para
obtener propuestas de solución frente a situaciones problemáticas (Olivares et
al., 2018). Bajo esa premisa y en un contexto de sociedad digital, los sistemas
educativos deben adecuarse para preparar al estudiante para el éxito en un
entorno volátil (Conde et al., 2020). De acuerdo a Fidalgo et al (2017),
conseguir que el estudiante se involucre en la solución de retos globales y
contemporáneos es una situación que se puede obtener mediante el ABR.
La exigencia del currículo en la educación
superior que se confeccionan de acuerdo a las competencias solicitadas por el
mercado laboral, hacen que estas asuman metodologías que llenen esas
necesidades, bajo ese contexto se requiere la mejora de las competencias de los
estudiantes, la cual integra la experimentación, el trabajo cooperativo, el
empleo de tecnologías de la información y sobre todo las prácticas
participativas del estudiante, estas necesidades son cubiertas por la
metodología de aprendizaje basado en retos (Bustos et al., 2019). En ese
sentido, el ABR integra el mayor número posible de competencias clave acordes
con el contenido curricular y que van enfrentar los retos que se presentan en
la realidad que se da fuera de las aulas (Bustos et al., 2019; Gilbert et al.,
2018). Por lo que se puede deducir claramente que el ABR tiene otro elemento
innovador que aporta significativamente en el desarrollo de competencias
formativas.
En este contexto se han realizado prácticas
de algunas metodologías innovadoras con la finalidad de fortalecer competencias
en los estudiantes universitarios y prepararlos para enfrentar los retos
actuales en las organizaciones donde van a trabajar, porque así lo exige el
mercado laboral. En ese propósito se encuentran metodologías como las
denominadas aprendizaje basado en proyectos en tecnologías de la información,
cuya finalidad es brindarle al estudiante una experiencia real en la rama de
ingeniería y desarrollo de software, cuyos resultados han sido alentadores
tanto para el estudiante, la universidad y en el sector laboral privado (Sindre
et al., 2018).
También se encuentra el Challenge Based Learning, metodología
que se ha empleado en diferentes campos del sistema educativo del nivel
superior como en el caso de la medicina, la ingeniería e incluso en la
preparación de docentes universitarios, esta metodología ha sido empleada desde
hace varios años en diferentes universidades, dentro de ellas la Universidad de
Harvard y algunas universidades latinas como es el caso de la Universidad
Tecnológica de Monterey en México (Agüero et al., 2019).
En Latinoamérica a nivel de países como Colombia, Venezuela,
México y Ecuador, desde hace más de una década se ha venido implementando una
metodología que integre los conocimientos y habilidades adquiridas en la
universidad para ser aplicada de manera integral en un proyecto dirigido a la
solución de un problema coyuntural, este se denominó Proyecto Integrador de
Saberes (PIS) y en Ecuador se implementó de manera obligatoria en todas las
universidades, este programa ha tenido resultados positivos con el desarrollo
de competencias y habilidades que demanda el mercado laboral beneficiando de
esta manera a los estudiantes y colaborando con las necesidades de búsqueda de
talentos de la empresas (Rodríguez et al., 2020).
En Perú también se han realizado programas educativos desde
hace más de 10 años donde confrontan los conocimientos que el estudiante
aprende con la realidad problemática que se presenta en las empresas como es el
caso del Instituto Peruano de Administración de Empresas – IPAE (Olivera,
2020). Así también, en las universidades peruanas la tónica no ha sido
diferente se han empleado estrategias como el aprendizaje basado en problemas
(ABP), cuya finalidad no solamente es desarrollar competencias para la
empleabilidad, sino también se enfoca en el desarrollo de estudiantes con
potencial humano y profesional (Luy-Montejo, 2019).
CONCLUSIONES
El aprendizaje basado en retos es una
metodología innovadora que consiste en una experiencia vivencial para los
estudiantes a quienes se les plantea una problemática de la vida real para que
apliquen sus conocimientos académicos y planteen alternativas de solución
creativas, innovadoras y sostenibles en el tiempo, esto promueve el desarrollo
de competencias formativas y de empleabilidad conocido también como habilidades
blandas.
También se puede evidenciar que esta
metodología permite desarrollar el pensamiento crítico que es una competencia
que desarrolla el aprendizaje basado en retos para tomar una situación donde es
necesario el análisis para diagnosticar la misma, previa al planteamiento de
una solución creativa y única, así también es un efecto que hace que el
estudiante sea más agudo con su análisis a la hora de tomar una decisión, esto
lo prepara para situaciones futuras donde requiere hacer uso de esa habilidad,
convirtiéndolo en un profesional empleable que es lo que requieren las organizaciones.
La creatividad es una condición natural
del ser humano, la cual se puede estimular haciendo uso de metodologías activas
como es el caso del ABR, la cual genera la motivación donde el estudiante pueda
despertar esa condición innata y tenga la capacidad de abstraerse para ver el
problema desde una perspectiva distinta, diversa y singular, situación que va a
permitir el planteamiento de soluciones innovadoras, resolviendo que la
creatividad es antes que la innovación.
El aprendizaje colaborativo es otra de
las características del aprendizaje basado en retos, porque para poner en
práctica la metodología es necesario que el estudiante se relacione con los
demás siendo sus colegas, tenga una buena comunicación, comparta sus ideas
apoyándose mutuamente para llegar a soluciones únicas frente a un problema de
realidad.
El tema que se ha desarrollado tiene
implicancias posteriores a través de la elaboración de más estudios enfocados
no solamente en la educación superior, sino que debe ser una metodología que se
debe aplicar desde épocas tempranas en el ser humano, desde la educación
inicial hasta la educación superior como parte de un proceso evolutivo real y
vivencial del aprendizaje, que es lo que la sociedad demanda una educación para
la vida.
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