VIVE. Revista
de Investigación en Salud
https://revistavive.org
Volumen 5 No. 14 mayo-agosto
2022
https://doi.org/10.33996/revistavive.v5i14.155
ISSN: 2664-3243
ISSN-L: 2664-3243
pp. 392 – 401
Impacto negativo de la COVID-19 en la salud mental de la
población
The Negative Impact of COVID-19 on the mental health
of the population
Impacto negativo da
COVID-19 na saúde mental da população
Luis
Guillermo Samaniego Namicela1
guillermosamaniegon@gmail.com
https://orcid.org/0000-0002-2793-4845
Nathalie Guillermina
Samaniego Namicela2
nsnathy@yahoo.es
https://orcid.org/0000-0003-3430-4179
Luz
María Samaniego Namicela3
luzmariasec@yahoo.es
https://orcid.org/0000-0002-3840-2676
Edmundo
Guillermo Samaniego Namicela1
edmundosamaniego90@yahoo.es
https://orcid.org/0000-0001-7046-4458
1Instituto Superior
Tecnológico Libertad. Quito, Ecuador
2Ministerio de Salud
Pública del Ecuador. Loja, Ecuador
3Instituto Ecuatoriano de Seguridad
Social. Quito, Ecuador
Artículo recibido el 29 de septiembre
2021 | Aceptado el 22 de marzo 2022 | Publicado el 22 de junio 2022
RESUMEN
A inicios del año 2020, desde la declaratoria de la emergencia
sanitaria a nivel global a consecuencia de la pandemia producida por la
COVID-19, el mundo fue testigo de un cambio drástico que definitivamente
modificaría la denominada normalidad para siempre. Se realizó una búsqueda
sistemática de publicaciones en las bases de datos Pubmed,
Google y Google Académico. Para la búsqueda se incluyeron las siguientes
palabras clave: COVID-19, SARS-CoV-2, 2019nCoV, salud mental, mental health. Se comprobó, que las alteraciones de salud mental,
desarrolladas durante la pandemia y diagnosticadas previamente, representan un
cuadro de vulnerabilidad bastante complejo en relación a edad, entorno laboral,
antecedentes patológicos, genero e idiosincrasia, lo cual se traduce en
actitudes violentas, consumo de sustancias nocivas, instauración de trastornos
mentales lo que puede generar complicaciones ante un inminente contagio. Se
concluyó que factores como desigualdad socio-económica, cese de actividades
comerciales e industriales, confinamientos obligados, contagio y fallecimiento
de familiares o personas cercanas influyen de forma negativa en la salud mental
de la población.
Palabras clave: Salud mental; Pandemia del coronavirus; COVID-19; Cuarentena;
Aislamiento; Depresión
ABSTRACT
At the beginning of the year 2020, since
the declaration of the global health emergency as a consequence of the pandemic
produced by COVID-19, the world witnessed a drastic change that would
definitely modify the so-called normality forever. A systematic search of
publications was carried out in the Pubmed, Google
and Google Scholar databases. The following keywords were included in the
search: COVID-19, SARS-CoV-2, 2019nCoV, mental health, mental
health. It was found that mental health alterations, developed during the
pandemic and previously diagnosed, represent a fairly complex vulnerability picture
in relation to age, work environment, pathological background, gender and
idiosyncrasy, which translates into violent attitudes, consumption of harmful
substances, establishment of mental disorders, which
can generate complications before an imminent contagion. It was concluded that
factors such as socioeconomic inequality, cessation of commercial and
industrial activities, forced confinement, contagion, and death of family
members or close relatives have a negative influence on the mental health of
the population.
Key words: Mental health; Coronavirus pandemic;
COVID-19; Quarantine; Isolation; Depression
RESUMO
No início de 2020, desde a declaração da
emergência sanitária global como resultado da pandemia causada pela COVID-19, o
mundo testemunhou uma mudança drástica que definitivamente modificaria para
sempre a chamada normalidade. Foi realizada uma busca sistemática de publicações
nas bases de dados Pubmed, Google e Google Scholar.
As seguintes palavras-chave foram incluídas na busca: COVID-19, SARS-CoV-2, 2019nCoV, saúde mental, saúde mental. Verificou-se que os
distúrbios de saúde mental, desenvolvidos durante a pandemia e previamente
diagnosticados, representam um quadro bastante complexo de vulnerabilidade em
relação à idade, ambiente de trabalho, antecedentes patológicos, gênero e
idiossincrasia, o que se traduz em atitudes violentas, consumo
de substâncias nocivas, estabelecimento de distúrbios mentais, o que pode levar
a complicações diante de um contágio iminente. Concluiu-se que fatores como desigualdade
sócio-econômica, cessação das atividades comerciais e
industriais, confinamento forçado, contágio e morte de familiares ou pessoas
próximas têm uma influência negativa sobre a saúde mental da população.
Palavras-chave: Saúde mental; Pandemia de Coronavirus; COVID-19; Quarentena; Isolamento; Depressão
INTRODUCCIÓN
La pandemia producida por la COVID-19 alteró
las actividades a nivel mundial a inicios del 2020, en todos los ámbitos
considerados cotidianos sobre todo los relacionados con el entorno laboral y
académico. Con el gran volumen de noticias que se generan todos los días, las
interpretaciones erróneas en lo relacionado al virus son abundantes y dinámicas.
El 30 de enero del 2020 se desarrolló la segunda
reunión del Comité de Emergencias del Reglamento Sanitario Internacional, en dicha
reunión se expone que la información con respecto al brote aun es incierta,
pues las notificaciones de alerta de nuevos casos se han generado en las cinco
regiones de la OMS en el último mes (1).
Históricamente, la salud pública ha sido un
sector que no ha recibido la atención necesaria, lo cual determina que las prestaciones
del servicio vayan en detrimento, situación que lamentablemente la población ha
normalizado. Hoy surge la necesidad de concentrar esfuerzos para hacer frente a
esta enfermedad, en función de un uso consciente de los recursos humanos y
materiales (2). Encaminar una solución en hechos presuntivos sobre cuando se
alcanzará el pico de la pandemia o de cuando esta finalice es aventurarse en un
rumbo desconocido. Por lo tanto, pese a las cifras de crecimiento negativo en
las curvas de datos y estadísticas no se puede predecir si el pico de la
pandemia ya se alcanzó, la prudencia en las decisiones presentes debe ir
guiadas en función del grado de afectación actual y no de premoniciones que
probablemente estén lejos de cumplirse.
Tomando como ejemplo, los datos de España
o Italia, no permiten establecer el pico de la pandemia, pues con la brusca
variación en la dinámica del virus se ha vuelto una tarea imposible, similar es
el caso Estados Unidos, Japón y otras metrópolis en donde los decrecimientos en
el número de casos generan un relajamiento relativo el cual se ve perturbado
por una nueva ola de casos y cada vez con nuevas características clínicas por identificar
(3). Se presentan serias dificultades al momento de fomentar un cambio de comportamiento
en la población, de la misma manera las estrategias de comunicación, información
y educación no surten efectividad; más aún cuando la pandemia se presenta con cambios tan acelerados de tal manera que la incertidumbre
hace mella en la comunidad científica (4).
En las circunstancias actuales
ocasionadas por la transmisión acelerada de la COVID-19 en todas las regiones
del mundo y las implicaciones clínicas que individualmente presenta en cada persona,
una de las alternativas para disminuir los contagios masivos ha sido el
aislamiento en cuarentena de la población, esta medida trae consigo
alteraciones de carácter emocional y psicológico, lo cual da paso a una amplia gama
de trastornos como angustia, cambios en el sueño y vigilia, claustrofobia,
ansiedad, irritabilidad, depresión, los cuales en conjunto configuran un amplio
cuadro clínico que puede ocasionar disminución en la calidad de vida de las
personas y exacerbar otros cuadros patológicos (5).
La responsabilidad de los gobiernos y organismos
internacionales para frenar la pandemia, debe alinearse con la realidad de cada
región en función a sus recursos, datos epidemiológicos y recursos a
disposición. La proliferación de un nuevo patógeno no debería ser una causa
para evadir otros padecimientos de la población. A nivel mundial, los aumentos de
nuevos diagnósticos de hipertensión, uno de los factores de vulnerabilidad y
mal pronóstico, sumado a la precaria situación económica y de instrucción
académica, tienen una influencia directa en el control de la enfermedad, cumplimiento
de medidas farmacológicas y hábitos protectores, por lo tanto, representan una
mayor condicionante para complicaciones de salud. El cumplimiento de medidas
como el distanciamiento social, será prácticamente nulo en regiones de bajo
nivel de desarrollo (6).
No se han registrado antecedentes de características
similares a los de la pandemia producida por la COVID-19, pues aparte de la
gran afectación a nivel sanitario el impacto negativo en la economía mundial ha
derivado en cierre de empresas, disminución de actividades comerciales no
esenciales, desempleo, deserción escolar despidos, desabastecimiento y
problemas de salud mental (7). Es fundamental generar espacios de análisis para
los servidores de salud que han sido testigos del impacto negativo de la COVID-19
en la salud mental de la población, el objetivo del presente artículo se basó
en describir el impacto negativo de la COVID-19 en la salud mental de la
población, a partir de una revisión de estudios, datos y literatura científica.
MATERIALES Y MÉTODOS
Para el presente artículo se realizó una búsqueda
de literatura referente a la temática, desarrollados desde el mes de marzo de 2020.
Se utilizaron los siguientes buscadores de información científica: PubMed, Google Académico. Para la búsqueda se incluyeron las
siguientes palabras clave: COVID-19, SARS-CoV-2, 2019nCoV, salud mental, mental
health, se analizaron 37 documentos, de los cuales se
seleccionaron 23 por su contenido y evidencia. Los criterios de exclusión para la
selección se basaron en documentos que contengan temática relacionada a
Covid-19 y salud mental, fecha a partir de marzo de 2020 y como criterios de
exclusión de tomaron en cuenta características como fechas anteriores a marzo
de 2020, estudios de caso, artículos con temática relacionada a Covid-19 en
donde se aborden especialidades clínico quirúrgicas no afines a la salud
mental.
Una vez seleccionados los artículos cuyo contenido
fue considerado de alta utilidad para el desarrollo, se tomaron en cuenta
criterios de elección como el abordaje y análisis de las consecuencias de la
COVID-19 en la salud mental de la población y que cuyo desarrollo se encuentre
alineado a través de cualquier metodología de investigación (cuantitativa, cualitativa,
investigación operativa, u otras).
DESARROLLO Y DISCUSIÓN
La
transmisibilidad interpersonal de virus SARS-CoV-2 es bastante alta y difícil de
controlar, los medios de contagio entre personas son a través de secreciones de
las vías respiratorias y aerosoles producidos al toser, estornudar, reír o
gritar en un entorno donde no exista distanciamiento social, nulo o mal uso de
insumos de bioseguridad y limitada ventilación, un entorno con tales características
favorece el contagio, pues las gotas expulsadas por el tracto respiratorio de
más de cinco micras, pueden generar transmisión del virus en una distancia de
hasta dos metros, las cuales en entrar en contacto con manos y mucosas de ojos,
boca y nariz tienen una alta probabilidad de infectar al individuo (8).
La información
divulgada a nivel global, advirtió sobre casos de transmisión interpersonal
fuera de localidades cercanas a Wuhan, incluso fuera de China, por lo que la
declaratoria de emergencia de salud pública de importancia internacional
originó alteraciones emocionales a nivel colectivo por la preocupación ante un
contagio masivo y la poca o nula preparación de la población ante un evento de
tal magnitud (9). El impacto negativo que genera la pandemia en la salud mental
de la población es uno de los temas de investigación cuyo análisis no se ha profundizado
en los referentes de producción científica, sin embargo, estudios previos han reportado
que entre el 10% al 42% de los pacientes afectados por MERS (Síndrome Respiratorio
de Oriente Medio) refirieron sintomatología relacionada con ansiedad y
depresión asociados al aislamiento y al diagnóstico positivo (10).
Es un
hecho que los individuos sometidos a restricciones de movilidad, aislamiento de
la sociedad y contacto limitado con el entorno, desarrollan cierto grado de
vulnerabilidad para presentar cuadros clínicos de carácter psiquiátrico que se
pueden originar con síntomas menores hasta trastorno de estrés postraumático
(11). La COVID-19 y sus implicaciones colectivas relacionadas a la salud y
actividades diarias generan estados de estrés en muchas personas. Las emociones
negativas que se presentan en relación a los eventos relacionados con esta
enfermedad, afectan a todos los grupos etarios, por lo tanto, la adaptación de
las personas ante los cambios depende de la edad, entorno social, aspectos
socio económicos y culturales, comorbilidades previas y otros antecedentes que
eventualmente representan un factor de vulnerabilidad en cada grupo poblacional
(12,13), los cuales aparecen representados en la Figura 1.
Figura
1.
Grupos poblacionales más vulnerables al
estrés por la COVID-19*
*Nota. Adaptado de
Hernández Rodríguez José. Impacto de la COVID-19 sobre la salud mental de las
personas. 2020 (13).
Por otro
lado, la desinformación y la falta de comunicación, ha sometido al personal de
salud a ser víctimas de agresión y distintos vejámenes por un porcentaje de la población
que ignora los aspectos básicos de convivencia en medio de la pandemia, esto ha
condicionado a que el personal de salud limite el uso de prendas que les
identifican como tal por miedo a ser objeto de ofensas e injurias verbales y
físicas (14).
La
cantidad de personas cuya exposición a entornos de inestabilidad emocional y estrés
producto de la pandemia, ha derivado en problemas psicosociales y alteraciones de
salud mental a nivel comunitario, según reportes del Departamento de Salud
Mental y Abuso de Sustancias de la OMS, esta exposición se relaciona también
con el desarrollo de conductas y hábitos peligrosos y poco saludables, los
cuales representan un riesgo adicional para generar cuadros clínicos de
carácter psiquiátrico en las personas, entre estas conductas se describen (15),
el desarrollo de dependencia de bebidas alcohólicas u otras sustancias
adictivas, personas en situación de indigencia, sin casa o con movilidad
reducida, personas con soledad no deseada o con la ausencia de redes de apoyo o
presentar ausencia de vínculos con los que mantener una comunicación activa,
individuos con mínimos recursos personales para el entretenimiento o con
limitado acceso a la tecnología.
También
involucra aspectos del entorno social como personas con una convivencia en entornos
de riesgo (violencia o aislamiento) y con dificultad para comprender el estado
de alarma y, por tanto, en riesgo de incumplir, menores de edad o sujetos
dependientes de otras personas, personas con la obligación de acudir a su
puesto laboral, con la posibilidad de la pérdida de su trabajo, individuos con
precariedad o ausencia de recursos económicos. En el contexto de la pandemia,
el grado de afectación psicológica y emocional en cada grupo poblacional tiene
diferentes características, sobre todo en función del entorno laboral como es
el caso de los profesionales de salud, la exposición a factores como contacto
cercano con pacientes que generen una alta probabilidad de contagio, jornadas
de trabajo extensas y tener que tomar decisiones de vida o muerte, son solo algunos
de los determinantes que minan la salud mental de este grupo laboral.
Durante
los extensos periodos de aislamiento y cuarentena como medidas de prevención y
protección frente a la pandemia, dentro de los hogares los niños tienen un riesgo
mayor de presenciar o ser víctimas de maltrato, violencia física y psicológica
(15). En muchos de los casos, los niños y adolescentes ya tienen un historial
previo de abuso, pero con la carga emocional que ha significado la pandemia los
casos se han magnificado (3). El riesgo también está presente en gran medida en
las mujeres que deben hacerse cargo de las tareas del hogar, escolarización de
los hijos, actividades laborales presenciales o por teletrabajo, de igual forma
las personas que presentan problemas de salud mental y los adultos mayores,
cuyo riesgo aumenta considerablemente con la existencia de comorbilidades. El
consumo excesivo de bebidas alcohólicas ha llamado la atención de los expertos
en salud mental, en Canadá las estadísticas reflejan que el consumo de bebidas alcohólicas
aumentó considerablemente en la población de 15 a 49 años (16).
En lo
referente a las manifestaciones clínicas, en Perú, uno de los países Latinoamericanos
más afectados por la pandemia se desarrolló un estudio en donde se indica que
la sintomatología clínica de la COVID-19 entre los pacientes destaca: tos seca,
dolor de garganta, cansancio y fiebre. Según la serie de Wang, algunas de las
características de 138 pacientes hospitalizados, la media de edad fue de 56
años, 75 varones, 46,4% tenían alguna comorbilidad: 31,2% hipertensión arterial,
14,5% enfermedad cardiovascular, 10% diabetes mellitus, 7% neoplasia, 3%
enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) (8). En los adultos mayores se
presentan diversas determinantes ambientales, psicológicas y sociales que
generan vulnerabilidad. La respuesta inmunitaria disminuida aumenta el riesgo
de padecer diversas infecciones, antecedentes patológicos, consumo de medicamentos
y hospitalizaciones frecuentes son factores de riesgo de importancia en la evolución
y pronostico (7).
El
correcto cumplimiento de las medidas adoptadas para frenar el avance de la
pandemia requiere apoyo social y colaboración colectiva, para afrontar la
cuarentena, aislamiento y distanciamiento social es importante incluir soporte
asistencial como apoyo emocional, de información, guía, consejo, apoyo material
de ayuda práctica o técnicas de asertividad (17). Las estrategias de educación
en salud en el contexto de la COVID-19 son un desafío, la capacidad de generar
interacción entre las actividades mentales y físicas son un reto que van de la
mano con la motivación y hábitos, en donde se debe tener en cuenta el
cumplimiento de normativas y trabajo en equipo (4).
Desarrollar
sensación de culpa por haber contagiado a alguien, emociones de ira por haber
sido contagiados y la intranquilidad de que seres cercanos se sometan a
cuarentena, hospitalización e intervenciones por haber permitido un contacto
cercano con una persona contagiada puede ocasionar una afectación aún mayor en
la salud mental. El curso de la vida, los hábitos y rutinas de las personas
sufrieron cambios radicales a causa de la pandemia. Debido a esto en la
población surgen dudas: ¿Cuándo podré regresar a mi rutina?,¿Cuándo
podré trabajar?, ¿Hasta cuándo se extenderá la cuarentena? Es muy difícil poder
determinar una solución definitiva en un corto plazo, por lo tanto, es
necesario generar una adaptación, cuidar de nuestra salud mental, la de
nuestros familiares, la de nuestros pacientes y, en lo posible, la de la comunidad
(18).
Expertos
en el tema, han determinado ciertas reacciones que puede desarrollar la
población afectada por las medidas de restricción como cuarentena y aislamiento
(14,11), las cuales son descritas en la Figura 2.
Figura
2.
Reacciones en la población afectada en el
período de cuarentena o aislamiento*
*Nota. Adaptado de
Hernández Rodríguez José. Impacto de la COVID-19 sobre la salud mental de las
personas. 2020 (13).
Es probable que la mayoría de los pacientes
que sobreviven a la COVID-19, necesiten intervenciones psicológicas por una
extensión de tiempo considerable. Para prevenir el suicidio y mejorar la salud
mental de los pacientes que sobrevivieron a la COVID-19, es necesario generar
estrategias diferenciadas de atención. La importancia de una intervención
temprana en estos pacientes puede disminuir notablemente las morbilidades
relacionadas con la salud mental (19). Para abordar los diagnósticos
presuntivos de enfermedad mental se pueden seguir una serie de procedimientos.
En Israel, se determinó la importancia de desarrollar campañas de educativas
direccionadas a la identificación de problemas de salud mental y el uso
correcto de los servicios de asistencia médica para casos de salud mental a
pesar de percibirse como un individuo mentalmente fuerte. La innovación en las
intervenciones de salud mental, son necesarias para que el servicio sea
adecuado y alineado con la realidad económica, social y tecnológica de la
población (20).
La depresión y el suicidio requieren un abordaje
integral y dinámico por los expertos en salud mental, con nuevos mecanismos de atención
y formas de llegar sobre todo en la era de la COVID-19. La asesoría profesional
y seguimiento para niños y adolescentes deprimidos, rotación de cuidadores
familiares y reuniones presenciales de grupos de ayuda para personas con
problemas de adicción son algunas de las líneas de vida que se han cerrado a
consecuencia de la pandemia. La terapéutica psiquiátrica hospitalaria también
se ha visto afectada por la COVID-19, lo que ha provocado que los espacios
destinados a consulta externa sean designados como zonas de atención para
pacientes sintomáticos respiratorios, priorizando la atención por telemedicina
lo que limita el contacto del profesional de salud con el paciente y la
cancelación de las terapias grupales mientras dure la pandemia (21).
Según Ransing y
colaboradores (22), las personas pueden experimentar un “contagio emocional”,
es decir las alteraciones de salud mental de una persona pueden reflejarse de
manera indirecta en otras personas y así producirse una transmisión
comunitaria, por lo tanto, a criterio de los autores, es importante y necesario
instaurar procedimientos de detección temprana de problemas mentales relacionados
a la pandemia. Un punto a tomar en cuenta es que la información generada en
relación a la COVID-19, no garantiza un entorno de estabilidad emocional en las
personas por la naturaleza propia del miedo a lo desconocido y falta de interés
por cultivarse sobre el tema, asegura Cárdenas (14).
La Defensoría del Pueblo (23) del Ecuador,
a través del documento denominado “Cuestionario: Covid-19 y el incremento de la
violencia doméstica contra las Mujeres” (22), refiere un aumento dramático de violencia
intrafamiliar en el contexto de la cuarentena, el cual se evidenció a través del
aumento de llamadas de auxilio a los números de emergencia, esto confirma que las
determinantes de la pandemia como confinamiento, miedo, estrés, originan alteraciones
conductuales que se traducen actitudes violentas.
CONCLUSIONES
Desde el inicio de la pandemia producida por
la COVID-19, la población en general ha experimentados cambios negativos en la
salud mental y alteraciones severas en cuadros diagnosticados previamente, así
como el desarrollo de hábitos peligrosos y abandono de hábitos protectores, lo
que también repercute en la evolución clínica ante un posible contagio, un
mayor grado de afectación es evidente en los grupos poblacionales con factores
de riesgo y vulnerabilidad, por lo tanto se consuma el objetivo del presente estudio
basado en realizar una descripción del impacto negativo de la COVID-19 en la
salud mental de la población, a partir de una revisión de estudios, datos y
literatura científica.
La desigualdad social, la mala
distribución de recursos, pérdida de empleo, contagio y fallecimiento de
familiares y personas cercanas, el cese de actividades comerciales e
industriales que derivan en una crisis económica sin precedentes, la
importancia del presente estudio radica en la identificación de estos factores
que también influyen de forma negativa en la salud mental de la población.
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Conflicto de intereses. Los autores declaran que no existe conflicto de intereses para la
publicación del presente artículo científico.
Financiamiento. Ninguna declaración por los autores.
Agradecimiento. Ninguna declaración por los autores.