Horizontes. Revista de Investigación en Ciencias de la Educación
Volumen 6 / No. 25 / julio-septiembre
2022
ISSN: 2616-7964
ISSN-L: 2616-7964
pp. 1395 - 1408
Competencias digitales: Percepciones de los directivos de
instituciones educativas en tiempos de pandemia
Digital competencies: Perceptions of educational
institution managers in times of pandemic
Competências
digitais: Percepções dos gestores de instituições de ensino em tempos de
pandemias
Joel Alberto Ascencio Gonzáles1
jascenciog@ucvvirtual.edu.pe
https://orcid.org/0000-0002-3102-6284
Francisca Mercedes
Velásquez Arriola1
frmercedesva@ucvvirtual.edu.pe
https://orcid.org/0000-0003-1971-0881
Beder Bocanegra Vilcamango2
bbocanegra@unprg.edu.pe
https://orcid.org/0000-0002-4157-265X
Raquel Yovana Tello
Flores2
rtellof@unprg.edu.pe
https://orcid.org/0000-0001-8060-2017
Jessica Paola
Palacios Garay de Rodríguez1
jpaolapg@ucvvirtual.edu.pe
https://orcid.org/0000-0002-2315-1683
1Universidad César Vallejo. Lima, Perú
2Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo. Lambayeque, Perú
Artículo recibido el 3 de enero 2022 | Aceptado el 18 de
enero 2022 | Publicado el 14 de septiembre 2022
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en:
https://doi.org/10.33996/revistahorizontes.v6i25.421
RESUMEN
La
competencia digital del directivo es un constructo de gran demanda en los
contextos de una pandemia y la digitalización de la educación en general. El
estudio tiene como objetivo caracterizar las perspectivas de los directivos de
instituciones educativas sobre las competencias digitales, en una muestra de
directores (n=46), y las percepciones que estas tienen en su quehacer
educativo. El estudio es de carácter cuantitativo a nivel descriptivo, se ha
empleado la encuesta basada en 26 preguntas. Se resalta que la percepción es
favorable hacia las competencias digitales. Los directivos que lideran escuelas
rurales y urbanas han desarrollado una gestión eficiente. En tal sentido, se
puede afirmar que la percepción al desarrollo de las competencias digitales, en
el contexto de la pandemia, es una fortaleza que garantiza la calidad del
servicio educativo.
Palabras clave: Competencia digital;
Desempeño; Directivos; Pandemia; Alfabetización digital
ABSTRACT
The digital
competence of the manager is a construct of great demand in the contexts of a
pandemic and the digitization of education in general. The study aims to
characterize the perspectives of managers of educational institutions on
digital competencies, in a sample of principals (n=46), and the perceptions
they have in their educational work. The study is quantitative at a descriptive
level, using a survey based on 26 questions. It is highlighted that the
perception is favorable towards digital competencies. Executives leading rural
and urban schools have developed an efficient management. In this sense, it can
be affirmed that the perception of the development of digital competencies, in
the context of the pandemic, is a strength that guarantees the quality of the
educational service.
Key words: Digital competency;
Performance; Directors; Pandemic; Digital alphabetization
RESUMO
A competência digital
dos diretores é uma construção em alta demanda nos contextos de uma pandemia e
da digitalização da educação em geral. O estudo visa caracterizar as
perspectivas dos gestores de instituições educacionais sobre competências
digitais, em uma amostra de diretores (n=46), e as percepções que eles têm em
seu trabalho educacional. O estudo é quantitativo a um nível descritivo,
utilizando uma pesquisa baseada em 26 perguntas. Observa-se que a percepção é
favorável às competências digitais. Os gerentes das escolas rurais e urbanas
líderes desenvolveram uma gestão eficiente. Neste sentido, pode-se afirmar que
a percepção do desenvolvimento das competências digitais, no contexto da
pandemia, é uma força que garante a qualidade do serviço educativo.
Palavras-chave: Competência digital;
Desempenho; Diretores; Pandemia; Alfabetização digital
INTRODUCCIÓN
Hoy en día se habla mucho de clases
virtuales, aprendizaje digital, e-learning,
teleformación, así como plataformas virtuales: Zoom, Blackboard, Microsoft Teams, Loom. Asimismo, en los
diversos procesos de cambio sustancial, no solo a nivel local sino también a
escala mundial, donde la competencia digital es de mucha importancia en la
práctica diaria (Lugo y Ithurburu, 2019). En esa misma línea, existen países
europeos y asiáticos que ya implementan el uso de la tecnología en la
educación, para mejorar la calidad y el monitoreo, tanto administrativo como
académico (Unesco, 2019).
A los ciudadanos en general les
cuesta adaptarse a los cambios sustanciales, tanto cuantitativos como
cualitativos, en materia de digitalización de la información y las
comunicaciones. Esto sucede por el vertiginoso avance y el desarrollo de las
tecnologías. Entonces, es necesario que la sociedad en su conjunto se adapte a
nuevos códigos en continuo desarrollo y que son de carácter indispensable para
un normal desenvolvimiento en este siglo XXI, según lo expresado por Ocaña et
al. (2019). Asimismo, el proceso de formación continua se ve reflejado en las
habilidades, por la seguridad, la fluidez en la comunicación y la cooperación
entre directivos, lo que favorece la gestión institucional (López, 2019).
Los cambios que se han generado,
producto de la evolución tecnológica y la emergencia sanitaria, permite
reflexionar acerca del desarrollo de las competencias digitales por parte de
los directivos. Al respecto, Galindo et al. (2017) señala que hay personas que
no saben utilizar un ordenador, sea porque no lo tienen o porque les resulta
incómodo emplearlo, con la precisión de que los estudiantes de hoy, los que
suelen llamarse nativos digitales, “si bien presentan un alto consumo de la
tecnología se centran primordialmente en escasas herramientas, poco
especializadas, muy centradas en el ocio y menos en la generación de
conocimiento y contenidos” (p. 8).
En el trabajo realizado por Lores et
al., (2019) y en concordancia con la propuesta de Galindo se contextualiza el
rol de los nativos digitales frente a la tecnología. Con ello, obtienen
información que revela el limitado manejo de las herramientas digitales,
producto de una formación inicial del profesorado con enfoque tradicional,
académico, teórico e instrumental lejos del nuevo enfoque de desarrollo de
competencias.
El objetivo principal del estudio se
centra en caracterizar las perspectivas de los directivos de instituciones
educativas sobre las competencias digitales y la percepción que tienen en la
función que desarrollan al frente de sus instituciones educativas. Se debe
tener en cuenta que el colectivo mencionado desarrolla su práctica de gestión
con base en un conjunto de rasgos establecidos en un instrumento normativo
denominado Marco del Buen Desempeño Directivo. Sin embargo, ese marco normativo
carece de lineamientos que regulen el desarrollo de la competencia digital que
todo directivo debe poner en ejercicio para un desempeño eficaz y eficiente. A
su vez, el Ministerio de Educación del Perú (2014) destaca el papel fundamental
del directivo en la mejora de los logros de aprendizaje, así como en el
monitoreo de la práctica docente, que promueve aprendizajes de calidad, el
aseguramiento de las condiciones mínimas de la institución, que brinden
seguridad a los agentes y garanticen su funcionamiento.
Del mismo modo, en el ámbito internacional
existen trabajos que destacan el rol protagónico del directivo en la mejora de
los procesos de la institución educativa, en el desarrollo de su personal, en
el establecimiento de metas de corto, mediano y largo alcance, la seguridad y
el soporte, así como en el uso adecuado de los recursos (Bolívar, 2017;
Leithwood et al., 2006; Robinson et al., 2014). Además, en el ámbito regional
se ha avanzado de manera importante en cuanto a la alfabetización digital en
los sistemas educativos, porque el Ministerio de educación del Perú ha
invertido más de 525 millones de soles en el programa Aprendo en casa y la
entrega de las tabletas, aunque con ciertas limitaciones para la
conectividad. No obstante, existen
carencias sustanciales en cuanto a la calidad de las políticas en materia de
las TIC, que repercuten en la mejora de los aprendizajes y la construcción de
la ciudadanía. De ahí nace la importancia del presente estudio, en recoger las
percepciones que tienen los directivos de las instituciones educativas acerca
de la competencia digital y su impacto en su quehacer cotidiano; para
desarrollar la competencia digital en los directivos, es necesario una base
científica con miras a una formación inicial y continua, que posibilite la
contextualización y alfabetización digital de la educación en general
(Chorosova, 2020).
Enfoques de la competencia digital
La competencia digital es un constructo
que se origina en una nueva mirada del aprendizaje durante el proceso
formativo, en el marco de los estudios formales, cuyo interés está centrado en
identificar el colectivo de destrezas y conocimientos del que un aprendiz debe
apropiarse, internalizar y ejercer como insumo imprescindible para lograr sus
estudios durante toda la vida (Gisbert et al., 2016). En el documento Marco
común de la competencia digital docente (INTEF, 2017), se establece que la
competencia digital es de imperiosa necesidad en el cúmulo de habilidades que
todo directivo debe desarrollar para insertarse de manera significativa en el
escenario de incertidumbre que atravesamos como sociedad del siglo XXI. Además,
permite al directivo aprovechar las múltiples oportunidades que brindan las
tecnologías digitales.
Por otro lado, en la Agenda 2030, se
reconoce el apogeo de las tecnologías de la información y comunicaciones. Estas
proporcionan un vasto potencial para el cierre de brechas en materia digital y,
en conjunto con profesionales líderes, expertos y conocedores de la materia,
han construido un marco de competencias acorde con los últimos avances en materia
tecnológica, que ya cuenta su tercera versión. En ella se encuentran
condensadas las competencias digitales que los directivos deben desarrollar
para cumplir un rol efectivo en manejo de las TIC en sus instituciones
educativas. En la tercera versión se sientan las bases para la construcción de
programas, planes y proyectos de formación inicial, continua y de soporte en
los directivos, con el fin de fortalecer su uso, manejo y aplicación en el
desempeño de la gestión institucional (Unesco, 2020).
Según Lugo y Ithurburu (2019) en América
Latina, en los últimos años, se han diseñado políticas públicas que buscan la
integración de las TIC en los sistemas educativos de los países de la región.
Sin embargo, el escenario aún es heterogéneo, con una diversidad de
planteamientos y propuestas, algunas en inicio, otras implementándose o en
proceso de evaluación, y quedan en el tintero retos, desafíos y demandas por
resolver. Por ello, es necesario que los tomadores de decisiones de los Estados
consideren como una variable estratégica la integración de las TIC en la
educación, para que favorezca el fortalecimiento de capacidades de los
directivos de las instituciones educativas y se acelere la reducción de la
brecha de calidad y equidad en materia digital. Como señala Portillo (2019), la
disminución de las brechas, tanto del presente como las futuras,
hace necesario que los directivos estén debidamente preparados en el manejo y
uso de los entornos digitales en el marco de una alfabetización digital.
De acuerdo a lo expuesto por Jiménez
(2018) las instituciones educativas han tenido que cambiar los modos de
implementar la gestión directiva por procesos, porque se han producido
transformaciones sustanciales y cambios al momento de integrar las tecnologías
con lo didáctico y metodológico. Por esa razón, es necesario contar con
aplicativos informáticos que favorezcan la gestión y administración educativa.
Se debe enfatizar en la mirada objetiva de cuáles son las competencias,
capacidades y actitudes que posee el directivo para la gestión de las escuelas,
y que le permita la conexión correcta con su comunidad educativa y los aliados
con los que cuenta.
Características de la competencia digital
Según INTEF (2017) la competencia
digital que todo directivo de una institución educativa debe lograr se define
como “el uso creativo, crítico y seguro de las tecnologías de información y
comunicación para alcanzar los objetivos relacionados con el trabajo, la
empleabilidad, el aprendizaje, el tiempo libre, la inclusión y la participación
en la sociedad” (p. 24). Como proponen Gisbert y Esteve (2016), la competencia
digital es la suma de todas estas habilidades, conocimientos y actitudes en
aspectos tecnológicos, informacionales, multimedia y comunicativos, lo que da
lugar a una compleja alfabetización múltiple. Los rasgos planteados en las
definiciones anteriores permiten desarrollar distintas esferas del actuar
cotidiano de un directivo, ya que la integración de las TIC abarca el ámbito
profesional como su realización como persona.
Del mismo modo, Durán et al. (2019) hace
mención al informe Horizon 2017 sobre enseñanza superior, en el cual se resalta
la idea que la competencia digital no significa solo comprender cómo dar uso a
las tecnologías, sino que es menester entender el gran impacto de las
tecnologías en el mundo digital y favorecer su integración de una manera
efectiva.
En atención a las actitudes del
directivo frente a la competencia digital, se considera que favorecen la
gestión institucional en situaciones apremiantes. Con el advenimiento de la
pandemia, se evidencia la importancia del equilibrio mental y el bienestar
emocional del directivo para el ejercicio de sus funciones, porque debe
sostener comunicación permanente no solo con docentes, sino también con padres
de familia y estudiantes. Es quien brinda soporte a su comunidad educativa
durante la emergencia sanitaria, con mayor énfasis en los primeros meses
realmente complejos. Durante ese periodo se demandaba un directivo resiliente,
capaz de ejercer valores como la solidaridad, la empatía, la compasión y el
trabajo en equipo, que participe activamente en una educación para la
ciudadanía en tiempos de crisis (Santillana, 2020).
La educación atraviesa momentos de
cambios sustanciales y radicales producto de la pandemia. Por ello, es
necesario establecer una educación más analítica, que favorecerá la formación
en línea de mayor calidad ―porque las personas cambian de actividades en cortos
periodos de tiempo―; la generación de intensos debates de calidad; la reunión
de grupos grandes de participantes, tanto en modo sincrónico como asincrónico.
Además, manifiesta que las tareas asociadas a la formación y evaluación de las
competencias digitales del directivo requieren de un algoritmo universal que
cumpla los requisitos de digitalización de los servicios educativos y que
garanticen una correcta medición del conjunto de competencias digitales de los
directivos (Chorosova, 2020).
Perspectivas de los desempeños en la competencia digital
Los desempeños reportados por los
directivos de instituciones educativas están vinculados con las deficiencias de
su formación en competencias digitales. Esto ha generado una mayor carga
administrativa durante el aislamiento social, impuesto por las autoridades
sanitarias, así como la acumulación de emociones negativas provocadas por las
limitaciones de la coyuntura. Asimismo, se describe la brecha digital imperante
entre directivos por la edad, el sexo y el contexto de la escuela donde
desarrollan sus actividades. Resaltan aquellas instituciones con dificultades
para la conexión, por lo que son más vulnerables al principio de equidad en el
desarrollo de la educación a distancia (Portillo, 2020). Además, Campión et al.
(2016) expresan que las tecnologías digitales en el sector educación han sido
orientadas desde distintos puntos de vista. Uno de ellos gira entorno a la
integración e inclusión de nuevas herramientas digitales, sin considerar un
proceso reflexivo metodológicamente.
Se debe tener en cuenta que la enseñanza
remota de emergencia (ERT) es un método de enseñanza diferente, porque se usa
en emergencias y el aprendizaje, avanzado o integrado, requiere del desarrollo
y la planificación total de la instrucción (Antonopoulou et al., 2021). Cuando
se utiliza una estrategia sistemática de diseño y desarrollo, los estudios en
línea han demostrado ser útiles en muchos estudios de investigación
(Manco-Chávez et al., 2020).
Perspectivas del escenario actual y pospandemia
Sin duda, el siglo XXI es el denominado
siglo de la digitalización de los datos y la información, situación que
encierra los más desafiantes modelos a los que el ciudadano común no se adapta
(Lévano et al., 2020). La COVID-19 ha exacerbado las desigualdades existentes
al dañar los desarrollos sanitario, económico y educativo de los más
desfavorecidos (Asio y Buyucca, 2021). La enfermedad ha demostrado cuánto ha
afectado en zonas con escasos recursos económicos y sistemas de seguridad
social débiles. De ahí que las desigualdades económicas, así como políticas han
agravado los efectos de la epidemia (Portillo, Garay, Tejada, y Bilbao, 2020).
Como respuesta rápida a este problema, se impulsó la enseñanza remota de
emergencia (Mishra et al., 2020). Por su naturaleza, el acceso a la tecnología
necesaria ha sido todo un desafío (Giovannella et al., 2020). Desde este punto
de vista, la competencia digital se constituye como un requisito ineludible
para lograr, desde las aulas, la excelencia en esa competencia (Lévano et al.
2020). Sin embargo, los programas de formación docente pueden no ser
suficientes para responder a las demandas en relación a la competencia digital
del directivo (Padilla, 2018).
Las instituciones educativas están
constituidas por una comunidad muy compleja y diversa. Esa heterogeneidad se ve
limitada por las condiciones socioambientales, socioeconómicas, por los medios
digitales, el soporte socioemocional, las demandas de los estudiantes, las
carencias administrativas de los directivos para gestionar sus instituciones,
entre otros factores que en un contexto de emergencia sanitaria como la que se
vive podrían agravarse. No obstante, se atraviesa un momento histórico en el
que las TIC se constituyen como herramientas cuyo manejo es de carácter
obligatorio (Pérez, 2019) y supone un desafío para los directivos que adoptan
la postura de asumir, apoyados en las tecnologías, la solución de las demandas
de los miembros de la institución. Sin embargo, la mayor dificultad que se
percibe es la carencia de recursos tecnológicos que favorezcan una adecuada
conexión. A ello se suma la escasa competencia digital del directivo
(Santillana, 2020).
Habría que decir también, según lo
expresado por Santillana (2020), que la fluida generación de conocimiento
científico para controlar la pandemia obligaba al directivo a modificar, de
forma permanente, la toma de decisiones en sus respectivas instituciones, como
mantener la distancia social, el uso correcto de las mascarillas, el número
permitido de personas en grupo, entre otros. A partir de ahí, es necesario que
el colectivo de directivos de las instituciones educativas fortalezca sus
competencias digitales para una correcta, eficaz y eficiente labor al frente de
sus escuelas, bajo un enfoque participativo en el que la crisis sanitaria ha
develado la interdependencia institucional y de personas.
Por otro lado, todos los procesos
desarrollados definen el crecimiento sin precedentes en cuanto a la
digitalización en todos los aspectos de la vida, tanto en lo público como en lo
privado. Además, precisan que la capacidad de adopción de tecnologías de la
información, de comunicación y de todos aquellos recursos digitales
involucrados a los que una persona, comunidad o país logra acceder, expresan el
nivel de aprovechamiento de los beneficios de la digitalización en estos
momentos de pandemia, ya que son las actividades digitales las que ocupan la
mayor parte del tiempo. Esto vertiginosos sucesos mundiales han permitido que
muchos directivos tomen las mejores decisiones en función de su propia
pervivencia, aun así, se deduce que se “ha acelerado el uso de las TIC y ha
incrementado la brecha de acceso entre los estudiantes más vulnerables” (Händel
et al., 2020), dejando consigo la experiencia y énfasis de una escuela menos
igualitaria.
Las herramientas tecnológicas se han
impuesto como un insumo adecuado, con el fin de mantener los sistemas
educativos en actividad. Esto ha permitido ayudar a los estudiantes en su
proceso formativo, en adecuar sus actividades académicas y en sostener la
comunicación entre los actores educativos con el director como líder del
“inminente escenario”, con todas las necesidades y demandas. Sin embargo, la
formación educativa que integra la tecnología favorece el surgimiento de nuevos
espacios y escenarios que rápidamente evolucionan a la par que se fortalecen
las competencias digitales de los actores. Por ello, los directivos deben
gestionar adecuadamente los espacios de participación, la tecnología imperante,
los recursos y las herramientas digitales, a fin de motivar e impactar con su capacidad
de liderazgo y con el uso de competencias digitales desarrolladas. Además, se
vive en un mundo global y proclive a las mutaciones, donde nuestros niños serán
quienes, probablemente, alcancen el próximo siglo XXII y los llamados a ser
nuestros líderes (Santillana, 2020).
MÉTODO
El estudio se realizó bajo el enfoque
cuantitativo a nivel descriptivo. La muestra se tomó del conjunto de directivos
de 46 instituciones educativas públicas de los niveles inicial, primaria y
secundaria, siendo aquella una muestra incidental; es decir, los directivos no
fueron seleccionados mediante los procedimientos regulares de la Estadística,
puesto que durante el proceso de la investigación algunos de los directivos
estaban con restricciones producto de la emergencia y otros no contaban con las
condiciones mínimas de conectividad; además, para la presente investigación
obtener una muestra adecuada de todas las instituciones educativas del contexto
se vería rebasada en sus posibilidades.
No obstante, la información recogida permite tener de primera mano las
percepciones que tienen los directivos acerca de las competencias digitales en
su acontecer diario en tiempos de pandemia, sus respuestas cobran especial
interés al tratarse de los líderes de comunidades complejas como son las
escuelas Robinson et al. (2014). Debido a la dispersión de la población objeto
de estudio se consideró la aplicación de la encuesta como la más pertinente
para la recopilación de los datos y, con el propósito de evitar que las
respuestas sean influenciadas por preguntas anteriores, estas se aleatorizaron
(Álvarez et al., 2000, p. 62; Tourón et al., 2018, p. 8).
En el marco de la Competencia Digital
(INTEF, 2017), se establece la herramienta que identifica las cinco
dimensiones, sus 21 competencias que, en el contexto español, todo docente debe
poseer de cara al siglo XXI. Tomando como base ese marco de referencia se ha
realizado la adaptación del instrumento que se utiliza en la presente
investigación, considerando que las competencias digitales del marco están
directamente abocadas al profesorado se ha tomado aquellas que se relacionan
con la gestión institucional, labor propia del directivo.
La adaptación del instrumento ha
considerado cinco dimensiones (información y comunicación, comunicación y colaboración,
creación digital, seguridad y resolución de problemas) y 26 ítems; para ello se
determinó la confiabilidad mediante el estadístico de consistencia interna
Alpha de Cronbach, cuyos resultados cumplen los criterios sugeridos por Touron
et al. (2020), el mismo que considera
óptimos los resultados si los valores se ubican por encima de 0,8; obteniéndose
índices superiores de 0,89; por tanto, se considera fiable. En cuanto a la
validez del instrumento, este consta de 26 ítems o variables observadas que
también se consideran dependientes y cinco dimensiones y se hizo la revisión de
la validez teórica de contenido con estudio piloto y con juicio de expertos de
la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo, en el contexto de la investigación,
conformándose la validez del instrumento.
RESULTADOS
Esta sección enfatiza los hallazgos del
análisis con relación a los temas estudiados. En el uso de herramientas de
comunicación digital, los directivos creen que son competentes y se evidencian
resultados favorables, pero en el uso de las TIC para la gestión institucional,
evidencian percepciones desfavorables. Las respuestas a las preguntas sobre la
competencia digital del directivo siguen la distribución estándar: el ítem
“tiene los conocimientos y las habilidades para el uso de herramientas de
comunicación en línea (chat, foro, videoconferencia, correo electrónico...)” es
único, ya que tiene una alta definición (4.00 de 5) y la desviación general
(baja distribución), así como un alto nivel de asimetría negativa. La gráfica
de la normal (la distribución de cola se extiende a los valores medios) y la
curtosis (datos centrados en el objeto curvado) del ítem “tengo las habilidades
y los conocimientos para ejecutar la plataforma educativa de la institución”,
con un mínimo de 0,53 puntos, una diferencia importante (13,25 por ciento), y
“para crear y organizar actividades en línea tengo habilidades y conocimientos
básicos”, presenta un valor de 3,60. “Tengo la información y las técnicas
básicas para buscar servicios en línea” tiene un valor de 3,70 y “tuve dificultades
para la comunicación con mi personal durante el aislamiento”, un valor de 3,70.
El sistema de creencias en torno al
acervo de la competencia digital parte de lo que, incipientemente, se cree como
concepto o definición. Con ello, el directivo asume que su creencia lo ubica en
el plano del conocimiento o dominio de las mismas. Sin embargo, la diferencia
entre el valor del concepto y las percepciones nos acercan a la realidad en que
la tecnología ofrece una oportunidad para el desarrollo humano y profesional;
pero, a la vez, se convierte en una fuerte amenaza en tiempos de pandemia y
después de ella, porque se crearán otros escenarios proclives al uso de las
mismas. En ese sentido, establecer un conjunto de percepciones relativas al
“conglomerado tecnológico” debe ser un elemento que aporte al concepto de
competencia digital como resultado emergente.
Figura 1. Niveles de
percepción de los directivos en el impacto de las TIC según la edad.
Las percepciones acerca de las TIC ofrecidas por los
directivos participantes del estudio según la edad, se evidencian en la Figura
1. Se encontró que el 33 % de los directivos, cuyas edades están comprendidas
entre los 41 y 50 años, tienen una percepción de nivel muy favorable en el
impacto de las TIC en la gestión institucional que ellos realizan. Lo mismo
sucede con el 30 % de los directivos que tienen entre 51 y 60 años. Esto indica
que ambos grupos etarios ven en las TIC un soporte importante en plena
pandemia, porque favorece la gestión institucional que ellos realizan. En
tanto, el 13 % de los directivos, cuyas edades fluctúan entre los 41 y 50 años,
tienen la percepción de un nivel favorable del impacto de las TIC en la gestión
según la edad, a diferencia del grupo de directivos de edades entre 51 y 60
años, quienes evidencian un 20 %. Esto revela que la edad es un indicador en
los directivos, quienes perciben a las TIC como un recurso que, debido a
ciertas condiciones, no impacta de modo considerable en la labor que realizan.
Sin embargo, el 4 % de los directivos de ambos grupos etarios perciben que las
TIC tienen un impacto desfavorable.
Figura 2. Niveles de percepción de directivos acerca de las
TIC en la gestión institucional.
La percepción sobre las competencias digitales que
ofrecen los directivos participantes del estudio respecto a cuatro ítems sobre
el impacto de las TIC en la gestión institucional se evidencia en la Figura 2.
Se encontró que, en todos los casos, la percepción tiene una puntuación alta
con respecto a los niveles favorable y muy favorable. Esto indica, de manera
concluyente, que las tecnologías han sido un factor clave para el desempeño del
gestor de la institución educativa en la coyuntura de la pandemia. Sin embargo,
en menor medida, un grupo de directivos tienen una percepción desfavorable
acerca del impacto de las TIC en la gestión institucional, principalmente, en
la zona rural, porque, además de la pandemia, se sumó la falta de conectividad,
la carencia de energía eléctrica y el escaso número de equipos informáticos.
Figura 3. Niveles de percepción de directivos acerca del
conocimiento de la competencia digital en la gestión institucional.
Las percepciones que ofrecen los directivos participantes
del estudio respecto a otros cuatro ítems sobre el impacto de la competencia
digital en la gestión institucional se evidencian en la figura 3. Se encontró
que, en todos los casos, la percepción acerca de la competencia digital tiene
una puntuación significativamente alta con respecto a los niveles favorable y
muy favorable. Esto indica, de manera concluyente, que, en la coyuntura de la
pandemia, el desarrollo de la competencia digital en los directivos es
significativa para el óptimo desempeño del gestor al frente de la institución
educativa. Asimismo, un grupo de directivos puntúa, de manera significativa,
con un nivel desfavorable el impacto que tiene la carencia de un desarrollo de
la competencia digital en la gestión institucional, no solo en la zona rural,
sino también en la urbana.
Discusión
La emergencia sanitaria ha puesto de relieve la necesidad
urgente de que los programas de educación continua, orientados a los directivos
de instituciones educativas, fortalezcan su capacidad para hacer frente a circunstancias
imprevistas, razón por la cual se plantearon los objetivos de desarrollo
sostenible (ODS), a fin de seguir desarrollando una educación de calidad (ODS
4). Se debe tener en cuenta que la gestión realizada por el directivo al frente
de su institución educativa involucra al conjunto de sus agentes, tanto del
interior (personal docente, estudiantes y padres de familia) como del exterior
(aliados estratégicos, sociedad civil, etc.) de la institución. En cuanto a la
relación de los directivos y al vinculado a la salud y bienestar (ODS 3) y el
trabajo decente (ODS 8), este estudio encontró que los directivos están
sobrecargados de trabajo, estresados y experimentan emociones negativas en
todas las áreas de la gestión institucional, aunque “la tendencia es
hacia la educación abierta, entendiendo ésta como la construcción de
experiencias de aprendizaje flexible
en relación con
el qué, el
dónde, el cuándo
y el cómo (Durán, et al,. 2019, p.188); por lo
tanto, la calidad de las percepciones debe reunir las condiciones que permitan
avanzar, puesto que, el sistema se desarrolla con cierta inercia. Las
pertinencias de los objetivos de desarrollo sostenible requieren un directivo
con dominio de las competencias digitales, se trata de un atributo insoslayable
al perfil profesional que las mismas universidades deben considerar en sus
planes de formación inicial.
Además, la investigación muestra que, en este tiempo de
aislamiento social, ha surgido una serie de necesidades de acercamiento a la
tecnología que es utilizada por muchas personas, independientes del trabajo que
realizan. A su vez, durante el periodo de aislamiento acumularon una gran
cantidad de experiencia. Esta es una diferencia crítica, porque se necesitan
ciertas habilidades digitales para mejorar los métodos de gestión institucional
(organizar las actividades para periodos cortos, medianos y de largo plazo, con
docentes y padres de familia; crear y administrar actividades en línea
significativas; monitorear el trabajo docente; comprender cómo usar la
plataforma educativa, y gestionar acciones con los aliados), asociados con el
aumento de los logros de aprendizaje de los estudiantes. Esto requiere la
adopción de programas de capacitación formal para desarrollar competencias
digitales en los directivos; puesto que, el dominio académico solo puede
reflejarse cuando el desempeño directivo se caracterice por el preclaro
ejercicio eficiente de las competencias, toda vez que “la competencia digital es una competencia nuclear indispensable, de primer
orden” (Gisbert, et al., 2016, p.76) que permite crear el puente en una
sociedad con nuevas exigencias.
La COVID-19 enfatiza en la importancia del desarrollo del
personal directivo en sus competencias digitales para una educación en línea e
integrada a las TIC. Del mismo modo, los datos muestran diferencias
significativas en el desarrollo de las competencias digitales, vinculadas al
género entre los directivos en actividad, así diferencias de edad y aquellas
creadas por la naturaleza de la institución educativa (urbana y rural).
No se trata solo de usar herramientas tecnológicas, sino
del desarrollo del pensamiento digital y el respeto por la tecnología, la
psicología y lo social, al igual que el uso de la tecnología para mejorar la
educación, apoyado por modelos como el TPACK. Cualquier otro método de
desarrollo de las competencias digitales de los directivos debe ser utilizado
en una variedad de prácticas de formación, sean síncronas o asíncronas, con el
fortalecimiento de las instituciones educativas que las ofrecen, a fin de que
sean sostenibles. El aseguramiento de una infraestructura sólida y la
innovación (ODS 9), con la presencia de profesionales capacitados no solo en
tecnologías sino también en la toma de acciones para eventos de incertidumbre
como el de la pandemia, deben ser parte de cualquier respuesta futura.
El
aporte de la investigación trae también consigo una idea relevante que
trasciende en la percepción de los directivos, mientras que las perspectivas se
sustentan en ideas no precisamente categoriales. En este sentido, se entiende
que “[…]en la formación inicial docente surge como un concepto
clave la competencia digital, a la hora de hablar de integración TIC en los
procesos de enseñanza-aprendizaje” (Jiménez, 2018, p. 13). porque se trata de
un proceso imperativo e insoslayable al perfil del egresado. Dicho de otro
modo, la necesidad de desarrollar competencias es una respuesta definitiva a lo
que vendrá dentro del escenario de las TIC.
CONCLUSIONES
Las percepciones de los directivos se sustentan en
significativas apreciaciones conceptuales. Este registro es imperativo, para
ser capaces de ofrecer una educación de calidad en el futuro, en lugar de una
enseñanza remota de emergencia que lo único visible que nos deja es el incremento
de la brecha digital de los más vulnerables. Estas necesidades deben
convertirse en el enfoque cuyo atributo sea la naturaleza de la competencia
digital.
La necesidad de desarrollar, conceptualmente, la
competencia digital del directivo es crucial. El sistema educativo peruano
recae en el directivo y en el fortalecimiento de sus competencias; por lo
tanto, cualquier percepción en torno a la competencia digital no sería
objetiva, sino que permitiría crear las condiciones epistemológicas,
metodológicas, ontológicas y operacionales del nuevo desempeño o escenario en
el que se debe desenvolver el directivo considerando que se trata del dominio
tipificado de las características y la misma sinergia de la competencia digital
en tiempos de urgencia.
Muchos cursos abordan las necesidades de aprendizaje de
futuros líderes educativos, así como el deseo de los directivos en actividad a
través de programas de formación continua con la finalidad de caracterizar el
desempeño del directivo cuando capitaliza las competencias digitales como un
conjunto de habilidades y condiciones muy proclives al cambio como el que se
vive en la actualidad
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